Voto y pobreza
Según datos de organismos internos e internacionales, en el 2023, la tasa de pobreza monetaria en la zona urbana de República Dominicana se ubicó en el 24.10 %, en tanto en la zona rural alcanzó 25.80 % (una media redondeada de un 25%). Es decir, uno de cada cuatro dominicano o dominicana, es monetariamente pobre.
Quiere decir que el resto (el 75%), no lo es! En ese 75% está la clase media baja, la media media, la media alta y la clase alta. Gente que simplemente no es monetariamente pobre.
El gran problema es, que la tasa histórica de abstención electoral (ausentismo), que en el 2020 fue de un 46% (redondeada), quienes producen la mayor parte de ese universo, son los sectores de clase media alta y alta. Precisamente donde se encuentra la mayor calidad del voto.
La otra parte del abstencionismo la producen los sectores de clase media media y media baja, los cuales, o no les interesa la política, o simplemente no creen ni en el sistema de partidos; ni en los políticos; ni en la Junta Central Electoral.
De tal manera, que del 54% que sí votó en el 2020, una parte importante pertenece precisamente a ese 25% de personas en pobreza monetaria, a los cuales hay que sumarle su relativa baja escolaridad.
En otras palabras, en República Dominicana están votando más los dueños de un voto con poca o ninguna calidad y consciencia, mientras que al mismo tiempo, los votos de calidad prefieren ese día quedarse en sus casas.
Pero está claro que no es cierto que hay más hábiles para votar en pobreza monetaria y con una relativa baja escolaridad que los que no están en esa condición. Eso es falso.
Los que no son pobres (75%) y no tienen una baja escolaridad son más. El problema es que una parte importantísima de ese universo, tienen una clara apatía al voto. En cambio los que son menos pero con una escasa calidad en el voto y una baja escolaridad, son los que más están votando. Son la base principal electoral de los partidos y políticos tradicionales.
Tenemos que reducir ese abstencionismo del 46%, y colocarlo en apenas un 25% (21% menos), a los fines que la presencia del voto de calidad sea mucho mayor, y con ello impedir que los del voto sin calidad y sin conciencia, sigan diciendo las elecciones.
Si usted pertenece a la clase media baja, media media y media alta (para no perder el tiempo con este pedimento a los sectores de clase alta), no se quede en casa este febrero y mayo, vaya a votar, pues es la única manera que tenemos a nuestro alcance, para darle un giro a nuestra propia historia.
jpm-am
Tenemos que ir a votar y sacar lo que no sirve.
Si seguimos permitiendo que la gente menos pensante sea los que sigan eligiendo tantos burros en los cargos estamos frito.
Edgar Moreno sigue apostando al voto de la elite, este tiene el mismo valor del desbastao, no podemos plantear la teoría del avestruz, no importa que la clase alta vaya a votar, el problema está en los candidatos que presentan los partidos, no se da un giro a nuestra historia con la misma mentalidad, la élite educada es la minoría en término cuantitativo, puede tener ingresos más alto, pero no existe forma para determinar el voto de calidad.
Lo q estoy sugiriendo es,que si baja el abstencionismo, equivale a q más votos conscientes y de calidad habrían ido a votar en comparación a las elecciones del 2020.No estoy apostando a las élites.Estoy incentivando a los sectores medio bajo,medio medio y medio alto.Si eso sucede, estaríamos forzando a los partidos a postular (en eso tienes razón) mejores perfiles.Es decir,si la calidad del voto sube, obligaría a que los perfiles también mejoren.