Una jubilación política forzada

He notado que ninguno de los precandidatos a la nominación presidencial por el PLD ni el PRM, habla de corrupción. Ni lo hace Gonzalo Castillo, mucho menos lo hace Leonel Fernández.

             Un intelectual se queja que Gonzalo Castillo no lo hace, porque si lo hace es como hacerse un selfie. Y yo le pregunto: ¿Y Leonel Fernández, está hablando de corrupción? ¿Hipólito Mejía lo está haciendo? El Sr. Luís Abinader es el único de los cuatro precandidatos principales que, como no ha sido presidente ni ha estado cuestionado por temas de corrupción, tiene la libertad de abordarlos.

 La sociedad dominicana sigue adormecida, anestesiada, sin darse cuenta que el día 6 de octubre es una fecha que podría ser memorable para la historia política de la República Dominicana, y que podría definir su futuro inmediato, pues esa fecha les está brindando al electorado, la imperdible oportunidad, tanto a los militantes del PRM como a los militantes del PLD y los votantes independientes que están hábiles para participar en las primarias abiertas del PLD, la cual no es otra que la de jubilar para siempre, el mismo día, a dos individuos que jamás debieron ser presidente, y que si salieran airosos de ese certamen electoral, los veremos aspirando mientras estén respirando.

 Gonzalo Castillo y Luís Abinader, en modo alguno son la panacea de los problemas que acusa la sociedad dominicana, pero son los que podrían el 6 de octubre inhumar a los que quieren volver, que no lo quieren hacer por cuatro años, sino hasta que tengan su último suspiro, pues su enfermedad es tal, que le importa un carajo llevarse de paro los demás liderazgos emergentes de sus respectivos partidos, con tal de seguir aspirando a la presidencia, es decir, quiere sepultar los presidenciales de su generación como el propio Danilo Medina, Temistoclés Montas, Rhadamés Segura, Reinaldo Pared Pérez, entre otros, y en el PRM, al propio Abinader, a Faride Raful, Paliza, Winston Arnaud, Collado entre otros.

 Lo cierto es, que si los dejan, como dice la afamada canción interpretada por Luís Miguel, se llevarían, en el caso del PLD, la que debe ser la tercera ola de ese partido, me refiero  al mismo Gonzalo Castillo, Francisco Domínguez Brito, Andrés Navarro, Francisco Javier García, Crespo, José Laluz, entre otros.

 Una victoria de Gonzalo, así esté altamente cuestionado por caso Odebrecht, o de Abinader, así no tenga la actitud que muchos demandan, nos habría hecho el favor del siglo, pues esas derrotas enterraría para siempre a dos individuos,  que inexplicablemente, en el caso de Leonel Fernández,  pesar de haber sido tres veces Presidente, para él no es suficiente, y, al parecer, lo que menos le preocupa es lo que piensen sus demás compañeros de partido, los cuales, con su actitud, no podrán ejercer nunca su derecho a ser elegible.

 En el caso de Hipólito Mejía, ya ha sido candidato a la vice presidencia, presidente en el 2000-2004, candidato a la presidencia en el 2004, en la que resultó perdedor, y nuevamente candidato en el 2012, resultando nuevamente perdedor, pero al parecer, tampoco entiende que ha sido suficiente.

 En el otro litoral, los amigos del PRM tienen una situación similar. Un triunfo del Sr. Luís Abinader, sería el camino más expedito para jubilar al accidente de la historia del 2000-2004, que como el Sr. Leonel Fernández, sino no lo retiran en las primarias cerradas del PRM, y se alza con la nominación presidencial de ese partido, al parecer, nunca se retiraría por motu propio.

 Dos escenarios, dos objetivos, con la posibilidad de dos grandes jubilaciones. El otro, el que quiere volver en el 2024, ya le llegará el escenario para también sacarlo del escenario político para siempre, así logre que en una nueva reforma constitucional, alcance habilitarse nuevamente para volver a aspirar a la Presidencia de la República.

 ¿Se imaginan a un Leonel Fernández e Hipólito Mejía jubilados finalmente de la actividad política por sendas derrotas que podrían sufrir en las primarias del día 6 de octubre en sus respectivos partidos? ¿Quién gana? No son Luís Abinader ni Gonzalo Castillo los principales ganadores, sino la sociedad dominicana, y los liderazgos emergentes de ambos partidos, los cuales finalmente verán fuera del escenario, a dos de los tres principales obstáculos que han impedido ejercer a ese relevo generacional, su derecho fundamental a ser elegible también.

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