Un nueva ley de cooperativas
Desde hace más de una década, el liderazgo de las cooperativas dominicanas, ha planteado la necesidad de adecuar la ley 127-64 que data de 1964, y que en diferentes aspectos ha quedado desfasada frente a la realidad de cambio del entorno económico y social que evidencia República Dominicana.
Ahora que el presidente Danilo Medina ha colocado como prioridad en su agenda institucional, adecuar la ley de cooperativas y dado que existe consenso entre los principales actores del movimiento con un texto de ley para gestionar, supervisar, promover e incorporar el sector, es propicia la oportunidad para dar el paso a un marco más idóneo para potenciar el desarrollo de la economía solidaria, con un moderna ley de cooperativas.
Otra oportunidad estelar para avanzar en el camino de adecuar la legislación, con altas posibilidades de tino, radica en que el recién instalado congreso cuenta con legisladores conocedores del intríngulis del sector. Tales son los casos de los senadores Manuel Paula y Eddy Mateo Vásquez y de los diputados Radhamez Camacho, Rafael Méndez y Julito Fulcar, dos de ellos han ocupado la presidencia del IDECOOP, dos son parte del desarrollo y fomento de importantes cooperativas como las de los maestros y la de la UASD, y uno de ellos es el líder del principal organismo de integración de las cooperativas del país.
La propuesta de ley incorpora importantes innovaciones, que van más allá del simple cambio de nombre de su organismo rector, ella busca hacer a las cooperativas mejores empresas, facilitando su fomento, financiamiento, desarrollo y fiscalización, estableciendo y reforzando normas prudenciales que deberán ser aterrizadas en un reglamento que establecerá parámetros de actuación y responsabilidad de cumplimiento, afianzando el criterio de que las cooperativas son instituciones de interés público y que las mismas tienen como misión el fomento del ahorro y la producción de bienes y servicios socialmente rentables.
El testimonio de cientos de miles de dominicanos, prueba que las cooperativas organizan a la gente para enfrentar problemas que les son comunes a partir de la autogestión.
El hecho de que el presidente de la República condicione en sus visitas sorpresas el financiamiento de proyectos de desarrollo, a que los grupos productores o de vecinos en las comunidades se constituyan en cooperativas, conduce a pensar que este modelo de organización basado en la democracia y promotor de la transparencia, bien puede ser incorporadas para ser depositarias de una proporción de los recursos provenientes de los Fondos de Pensiones, a los fines de potenciar con mayor velocidad el financiamiento para la producción de bienes y servicios que generen inclusión social en las comunidades y sectores donde se desempeñan.
Si las cooperativas han logrado construir un patrimonio que genera crédito barato para financiar a las familias, y que ya se estima entre el 4 y el 6% del Producto Interno Bruto, generando miles de empleos sostenibles y de calidad, al tiempo que brindar bienes y servicios en beneficio directo de más de un millón de dominicanos que las integran, imagínense que fueran recipiendarias del 5% del total cotizable de los Fondos de Pensiones a una tasa del 6% anual, dos puntos más que lo que actualmente rentan dichos recursos en el mercado financiero, con lo cual los dueños de los fondos tendrán mayor rentabilidad directa e indirecta, pues esos fondos serian invertidos por la cooperativas para financiar de manera solidaria las ideas, planes y proyectos de sus asociados que son fundamentalmente los trabajadores y trabajadoras del país.
Ahora que se modificará la ley de seguridad social y la ley cooperativa, proponemos ponderar nuestra propuesta, con el propósito de fomentar que las riquezas acumuladas se derramen a una mayor velocidad para reducir pobreza e inclusión social, como son los deseos manifiesto del presidente Danilo Medina.
JPM