Un mundo enviciado
La idea de que los objetos y las cosas tienen su función o razón de ser, lleva a declarar que cuando se les corrompe, se les desvía, y se les da un uso inadecuado a las cosas, se les llama que está viciado. El mundo ha corrompido el correcto uso de las cosas, lo cual lo ha llevado a un mundo sin principio. De ahí que, muchas personas consideran lo malo como bueno, y lo bueno como malo, porque no hay una definición aceptada de las cosas, dentro de lo que es lo correcto. Por consiguiente, vivimos en un mundo viciado. El sentido común es el que dice que se actúa con prudencia y buen juicio, ante las diferentes circunstancias que se presenten. Sin embargo, cuando el ser humano se ha viciado no puede comportarse como todos esperan que se comporte, debido a que su interior no responde a lo que es correcto. De ahí que, se puede hablar de desequilibrio emocional. Esto es lo que está aconteciendo con las conductas aberrantes en el ser humano, que no es más que vicio de conductas. El ser humano, en toda época, ha demostrado cierto grado de moral universal, en la que los comportamientos de barbarie, aunque hechos por individuos, externa e internamente en el individuo, son considerados incorrectos. Esta norma moral, puede irse viciando de acuerdo a los circunstancias externas que corrompen esos valores naturales. Por eso es que, se debe tener prudencia cuando se defiende o se ataca una conducta, cualquiera que sea ella.;puesto que hay que hacerlo con el debido conocimiento y cuidadosamente. El sabio, y rey Salomón, escribiendo sobre la sabiduría en los comportamientos, escribió: «Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, la discreción te guardará; te preservará la inteligencia, para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades, que dejan los caminos derechos, para andar por sendas tenebrosas; que se alegran haciendo el mal, que se huelgan en las perversidades del vicio; cuyas veredas son torcidas, y torcidos sus caminos» Prov. 2:10- 15. Si el ser humano anduviese en los caminos correctos, de seguro que hubiese mejor forma de vida; pero como sucedió en los tiempos del profeta Noé, el mundo actual se ha corrompido. Está escrit «Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra» Gén. 6:12. Esto trajo como consecuencia, el diluvio para renovación de la especie humana, ya que el humano, como entidad independiente tiene la tendencia a viciarse. Sin embargo, hay que indicar que Sodoma y Gomorra son dos evidencias de como el hombre volvió a corromperse, a tal grado que Judas escribió: «como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas como ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno» Judas 7. Esas ciudades se habían corrompido en extremo, a tal nivel que el clamor del pecado había llegado hasta Jehová Dios. Dios deja que el hombre en su libre albedrío decida tomar el camino que desee, pero haciéndoles saber las consecuencias que se derivan de sus extravíos. El mundo en que vivimos se ha viciado en gran manera, cuyo resultado, es lo que se siente y se ve: delincuencia, empobrecimiento, enfermedades, pleitos, guerras, inseguridad, injusticia, entre otras que hacen del ser humano infeliz. Dios no obliga al hombre a obedecer, pero se sabe que toda desobediencia trae consigo consecuencias negativas. El apóstol Pablo, tratando con los seguidores de Jesucristo, les escribió: «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de de vuestra mente» Ef.4: 22, 23. Los discípulos de Cristo, no deben aceptar los vicios como forma de vida para sí, sin embargo, deben respetar a las personas, aunque éstas hayan corrompidos sus caminos.Realmente Dios es el juez de todos, mientras que los cristianos son anunciadores del evangelio al mundo viciado. Toda persona de criterio definido en el bien ha de sufrir en su interior, el desvío en que se encuentra la sociedad. Hubo un hombre llamado Lot, de quien está escrit «y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día a su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio» 2 Ped. 2:7- 9. Un mundo en vicio, es lo que se observa cada día. No se puede cambiar al individuo, a menos que éste desee cambiar, pero sí se puede predicar un nuevo mensaje que fortalezca el espíritu humano, y que dé una visión diferente al mundo. Necesitamos la luz de Dios, su poder y misericordia para que el ser humano pueda contemplar y comparar la vida que tiene, con la que Dios ofrece a través de Jesucristo. Si esto se logra, entonces, el cuerpo y el espíritu estarán libre de los vicios, y habrá felicidad para todos los humanos. Dios le bendiga.