Un buen diputado del exterior
Aunque residimos en los Estados Unidos de America por casi 30 años, nunca nos hemos desligado de las inquietudes que enfrentan nuestros conciudadanos que quedan en nuestro país, como tampoco hemos permanecido indiferentes ante las adversidades que tienen que enfretar nuestros compatriotas de la diáspora, principalmente los que residen en el territorio norteamericano. A través de numerosos artículos de opinión, publicados en este medio, en incontables ocasiones, nos hemos convertido en la voz de reclamo por los derechos de los ciudadanos, principalmente los de las clases más necesitadas y más perjudicadas, al no respetarles esos derechos. Desde que se dió a conocer el anteproyecto para la modificación constitucional del 2010, reclamé, en un artículo de opinión, el cual luego de ser publicado entregué personalmente al entonces Presidente de la Cámara de Diputados, y por lo tanto Vicepresidente de la Asamblea Revisora, Julio Cesar Valentín, que en el artículo 18 de ese anteproyecto de Constitución se nos «prohibia a los que voluntariamente adquiríamos una nacionalidad extranjera el derecho a ser electo o designado en ningún cargo ni representación diplomática», aunque constitucionalmente conservabamos la nacionalidad dominicana. Finalmente esa prohibición se anuló, manteniéndose únicamente la prohibición a la presidencia o vicepresidencia de la república. El 14 de Agosto de 1994, a dos días de Joaquin Balaguer asumir por 7ma. y última vez la Presidencia de la República, fué Dada y Proclamada en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Capital de la República, por la Asamblea Nacional, una nueva Constitución, cuyo propósito principal fué el de incluir la prohibición a la reelección presidencial consecutiva, luego de que los sectores politicos de aquel entonces llegaran a un acuerdo que denominaron «Pacto por la Democracia», al haberse presentado factores adversos a la gobernabilidad democrática y pacífica, por alegatos de resultados amañados al concluirse el conteo de los votos emitidos por los ciudadanos en las elecciones presidenciales de Mayo de ese mismo año. Para lograr ese objetivo de prohibir la reelección presidencial consecutiva, los congresistas participantes en la Asamblea Nacional Revisora establecieron, dentro del Título V, Sección I, Del Poder Ejecutivo, que el Artículo 49 dijera: «El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo, no pudiendo ser electo para el período constitucional siguiente». De esta forma se le puso fin a la contínua carrera reelecionista implementada por Balaguer. Además, dentro del Título XIV de esa misma Constitución de 1994, en las Disposiciones Transitorias, el Artículo 121 dispuso que: «El período presidencial que se inicia el 16 de Agosto de 1994 concluirá, por excepción, el 16 de Agosto de 1996». Así se recortó el periodo presidencial de Balaguer en dos años, pués el artículo 122 dispuso que las próximas elecciones presidenciales fueran celebradas el 16 de Mayo de 1996, en las que definitivamente el presidente Balaguer no podría participar. Pero la modificación que más nos llamó la atención, a los dominicanos que residimos fuera del territorio nacional, en diversos países del mundo, fué la que, dentro del Título III, de los Derechos Políticos, Sección I, De La Nacionalidad, en el Artículo 11, sobre quienes son dominicanos, dentro del numeral 4, se le hizo al Párrafo IV, que decía: «La adquisición de otra nacionalidad implica la pérdida de la nacionalidad dominicana, salvo acuerdo internacional en contrario». En la Constitucion de 1994, dentro del mismo Artículo 11, en el Párrafo I del numeral 4, se puede leer: «Se reconoce a los dominicanos la facultad de adquirir una nacionalidad extranjera»; y se modificó el Párrafo IV que diría a partir de entonces: «La adquisición de otra nacionalidad no implica la pérdida de la nacionalidad dominicana», aunque: «Sin embargo, los dominicanos que adquieran otra nacionalidad no podrán optar por la Presidencia o Vicepresidencia de la República». El siguiente paso logrado por la diáspora dominicana fué la inclusion del derecho al voto, pués dentro de la Ley 275-97, del 21 de Diciembre de 1997, se incluyó el Título XI, del Sufragio de los Dominicanos en el Extranjero, con los artículos 82, 83 y 84, dándole a los dominicanos residentes en el exterior el derecho de votar por el Presidente y el Vicepresidente, y responsabilizó a la Junta Central Electoral del desarrollo y la puesta en ejecución de este nuevo derecho. La modificación que se le hizo a la Constitución en el 2002, en busca de la reeleccción del Ing. Hipólito Mejia, no tocó esos derechos de la diáspora dominicana. Pero el mayor reconocimiento otorgado a los dominicanos residentes en el exterior, por su importancia, ha sido el derecho a la representación congresional. La diáspora dominicaca supera el 10% de la población total del país y no tenía forma de hacer oir sus reclamos, pero en la nueva Constitución, proclamada el 26 de Enero del 2010, en el Título III, que trata del Poder Legislativo, en el Capítulo I, referente a su Conformación, en la Sección II, sobre la Cámara de Diputados, el Artículo 81, al referirse a la Representación y Conformación de la misma, dice: La Cámara de Diputados estará compuesta de la siguiente manera: …; y en su numeral 3 se puede leer: Siete diputadas o diputados elegidos en representación de la comunidad dominicana en el exterior. La ley determinará su forma de elección y distribución. Ya en el 2012 fueron electos los primeros siete diputados del exterior. Para el 15 de Mayo del 2016, tercer domingo de ese mes, están programadas nuevas elecciones presidenciales y congresionales para nosotros los dominicanos residentes en el exterior. En la Circunscripción No. 1, que incluye la ciudad de Nueva York, donde residimos, y otras grandes ciudades del noreste de los Estados Unidos serán electos nuevamente tres Diputados al Congreso, esperamos ser uno de ellos con la anuencia de mis conciudadanos. Llevamos más de 25 años sirviéndole al Partido de la Liberación Dominicana, a sus dirigentes y a nuestros compañeros; es tiempo de servirle al pueblo. Queremos hacerlo desde un curul en la Cámara de Diputados. silvanordny@gmail .com