Un bombillo en Navidad
POR EDDY PEREYRA ARIZA
Las navidades son los mejores días del año. Es donde la alegría nos acoge prácticamente a todos por igual. Esta celebración simboliza esperanza y renovación, además de reflexión, donde se resaltan valores como el amor, la generosidad y la unión familiar.
Más allá de su origen religioso, la Navidad se ha convertido en una festividad colectiva que invita a compartir momentos significativos con seres queridos, a dar y recibir con sensibilidad, así como a llenar los días de luz y calidez.
Constituye una hermosa tradición que inspira a las personas a conectar y apoyar a los que menos tienen. También hay quienes experimentan otras emociones, como la tristeza, la melancolía o angustia.
Sin dudas, esta temporada pone en evidencia la cantidad de dominicanos en condiciones de desigualdad, pobreza extrema, riesgo de pobreza y/o exclusión social.
John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos declaró que «si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos».
En las navidades las luces nos hacen más felices, dado que es energía que influye en nuestro estado de ánimo.
Pero, debido a la complejidad de la expansión de la red eléctrica especialmente en regiones rurales y montañosas, alrededor de 65 comunidades distribuidas en provincias principalmente fronterizas carecen de electricidad.
En esas comunidades apartadas, donde la oscuridad suele ser una constante al caer el sol, la llegada de la luz, aunque sea un simple bombillo, representa un cambio profundo en la vida de sus habitantes.
Este pequeño destello simboliza no solo un avance eléctrico, sino también una conexión con el desarrollo y las oportunidades.
Soluciones alternativas
En esas poblaciones, el Ministerio de Energía y MInas está implementando soluciones alternativas con energía solar fotovoltaicas y proyectos hidroeléctricos pequeños para suplir la demanda energética de manera sostenible.El esfuerzo de esa institución pública para llevar luz a un rincón olvidado del país refleja un compromiso con la equidad y el desarrollo sostenible y es altamente apreciado por quienes la reciben.
Sin dudas, constituye un ejemplo de cómo las políticas públicas bien orientadas tienen el poder de transformar realidades, promoviendo la inclusión social y mejorando las condiciones de vida en los sectores más vulnerables, que por demás, son portadores de derechos. En el brillo de un bombillo, no solo iluminan los hogares, sino los sueños que allí descansan.
El escritor Charles Dickens nos invita a conservar el espíritu de la navidad todos los días, mientras que su tocayo Charles M. Schulz concibe que “la Navidad es hacer algo extra por alguien”
Para los que vivimos en ciudades iluminadas las luces en las calles y en espectáculos recreativos, crean una animosidad que nos hace sentir alegres e ilusionados.
Y para los que logran prender un bombillo en sus hogares por primera vez, como lo que sucedió en Sabana Inaje, Santiago Rodríiguez, gracias a la voluntad del presidente Luis Abinader y su ministro Joel Santos, quienes muestran que aman a su país y se preocupan por la gente; probablemente la satisfacción en Navidad de esos hogares es superior, y sea un punto culminante.
Por ello, cito a Mario Benedetti cuando dijo que “cualquiera puede regalarte flores, pero no cualquiera puede hacerte florecer.”
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