Trump y su 9-11

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EL AUTOR es profesor universitario. Reside en Santo Domingo.

La noche del pasado domingo 01 de octubre, el mundo presenció la grotesca masacre perpetuada desde un piso alto del Mandalay Bay hacia una multitud que disfrutaba un concierto de música típica norteamericana.

El Ciudadano Cero, como le llamaría Sabina, usóo armas automáticas de su arsenal y sin miramientos, cegó la vida a más de medio centenar de personas, dejando otro medio millar de heridos. Paddock, multimillonario de los bienes raíces y empedernido jugador de poker, hombre de pocos amigos y escasas relaciones sociales, no se le conocía rastro alguno de fanatismo político o religioso y desconocido por todos.  Hoy sabe Las Vegas, Estados Unidos y el Mundo, sus dos apellidos.

La administración Trump ha sido cautelosa en suponer autores intelectuales del atentado en Las Vegas y posibles conexiones con grupos terroristas identificados en el Mundo, declarados de antemano, enemigos de occidente y en especial de Norteamérica. Es de todos sabidos que el manejo mediático de estos sucesos es aprovechado por sectores gubernamentales o no, con fines políticos y propagandísticos.

La adjudicación de los hechos por parte del ISIS, a través de su medio portavoz Amaq, no ha causado revuelo expreso aún en el ánimo de la Casa Blanca sobre posibles represalias contra el grupo islámico, reeditando la práctica contra Al Qaeda en la década pasada.

Los sucesos del 11 de septiembre del año 2001, tomaron al presidente George W. Bush en un mal momento de su popularidad, cuestionada aún su elección presidencial que, a la sazón, ventilaba una posible reapertura del caso en la Suprema Corte. Todo quedó borrado, olvidado en oscuros rincones y polvorosos cajones, en momento de que toda la sociedad norteamericana se postró a lado de su líder aquel fatídico septiembre. Su popularidad se encumbró a un lugar inalcanzable por las estadísticas de los 41 mortales poseedores del salón oval antecesores a Walker.

Aquella condición de todopoderoso mundial, cambió las fronteras comerciales, infringió miedo en las poblaciones del mundo, lesionó la vida de viajeros e itinerantes, pudiendo ser declarado como terrorista a cualquier transeúnte condenándolo a una suerte distinta. La dicha del gobernante fue tal cual, que, de ser un ciudadano impopular, de bajo carisma y de pocas actitudes, se colocó en la vanguardia de la lucha contra el terrorismo, logrando de manera “fácil” una segunda elección en noviembre de 2004.

Si al lector le resulta incómoda la comparación de los hechos y el posible manejo mercadológico de los sucesos, sería propiamente correcta otra referencia. El caso de los 66 rehenes diplomáticos y funcionarios estadounidenses, retenidos en la embajada americana en Irán en noviembre de 1979 por la revolución chiita, luego de desplazado el Sha. El mal manejo político y militar de la crisis, colocó al presidente Carter en una muy mala postura frente el electorado, que, a juicio de muchos analistas, el hecho le costó la elección del año próximo contra Ronald Reagan.

Vale resaltar que, en la citada elección, George H. W. Bush era candidato vicepresidencial de la formula republicana y su reciente paso por los altos organismos de inteligencia estadounidense, vinculaban de manera directa sus tentáculos frente a la política internacional.

En 1997, fueron desclasificados los documentos de la Operación Argo, por la administración Clinton que revelaron algunas verdades sobre el caso. Luego de más de cuatrocientos días de crisis diplomática, los rehenes fueron liberados una vez finalizada la contienda electoral norteamericana, sin que la historia registre bajas entre los retenidos.

La nebulosa existente en la muerte de Paddock cierra una parte de la investigación, eliminando al actor principal de los hechos y permaneciendo la mente abierta a cualquier elucubración. Parecido el caso, al asesinato temprano de Lee Harvey Oswald, quien fue inmediatamente acusado de la muerte del presidente John F. Keneddy días antes. La verdad del Informe Warren perduró hasta que fueron desclasificados algunos documentos como el video Zapruder, que contaban los hechos de forma distinta.

Hoy, Estados Unidos llora una nueva tragedia colocando luto una vez más, en el corazón de su gente y a la vez, representando esta, un pie de amigo al poseedor del solio para ejecutar cualquier pensamiento bélico que le ayude a ganar popularidad bajo el argumento nacionalista entre barras y estrellas. Mientras tanto, todo lo que pasa Las Vegas ya no se queda en Las Vegas.

jpm

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aalinareyes
aalinareyes
6 Años hace

bueno! todo eso da que pensar muy profundamente!