Trampa del PLD, la sazonada reforma policial II
Toda política pública de seguridad debe estar centrada en los habitantes, en la gente. Cada acción, planificación y gestión de los organismos de seguridad debe enfocarse en las personas, resguardando sus derechos y libertades sobre todas las cosas.
El mérito a laurear en una correcta reforma policial es asumir el desarrollo de una función preventiva a todo conflicto social y violencia de cualquier manifestación que amenace la paz social, la libertad y derechos de los habitantes dominicanos, así como de sus bienes.
Ya decía el filósofo e historiador francés uno de los más influyentes del siglo XX, Michel Foucault, en su libro Vigilar y Castigar: “La disciplina son los métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad” (p. 141). “Los cuerpos dóciles; es dócil un cuerpo que puede ser sometido, que puede ser utilizado, que puede ser transformado perfeccionado y manipulado” (pag. 132). “Fabricar individuos y enderezar conductas. Es la técnica especifica de un poder que se le dan los individuos, a la vez, como objetos y como instrumentos de su ejercicio. Panóptico incentivos para obtener beneficios, chantaje de la modernidad” (pag. 158)
“Los policías tradicionalmente son regidos por una disciplina otrora, adoctrinados militarmente al autoritarismo y la represión; son entrenados para obedecer órdenes sin cuestionar ni tener libre albedrío o de pensamiento. Son los servidores más vulnerables y más vulnerados, no tienen derecho alguno, razón por lo que los denominan “esclavos asalariados” quizás, de ahí se desprenda que tengan tan poca sensibilidad humana frente a los ciudadanos al momento de actuar o mejor dicho de cumplir sus órdenes del mando político que ejerce el gobierno central y que compete al presidente, artículo 128 de nuestra Constitución.”
Es tiempo de dejar en el pasado los métodos de inquisición y de trujillismo que se mantienen en la mente de los dominicanos, en las políticas públicas siniestras de los gobiernos y en las acciones de los cuerpos de seguridad, denominados órganos represivos del Estado, características de gobiernos dictatoriales, autoritarios y que se alejan de los principios democráticos distinguidos por la garantía del respecto a los derechos y libertades humanas.
La ley policial 590-16 ha venido a demostrar el retroceso en materia de políticas públicas de seguridad. Los últimos gobiernos se han enfocado en debilitar y destruir a la Policía Nacional como forma de represalías para desahogar resentimientos personales de experiencias frustrantes de las que han sido víctimas la mayoría de los funcionarios que dirigen y han dirigido en las últimas décadas. De paso los jefes títeres y serviles al poder político no han tenido el mínimo honor y nobleza al frente de la policía, para por lo menos, intentar persuadir o defender esta grave situación de amenazas al sistema de seguridad pública que debe liderar la Policía Nacional.
Casi todos los incumbentes han sido simuladores y nefastos al proceso de reforma policial y han venido envenenados desde las esferas del mando político, quienes están influenciados por el poder militar, que a su vez, es la principal amenaza a la subsistencia e institucionalidad policial. A nuestro criterio, esta ha sido la causa principal del fracaso de los programas o planes de seguridad implementados.
La perversa ley 590-16 ha dejado de lado el proceso que demandara la anterior ley policial 96-04 de comunitarizar todo el cuerpo policial. Proceso indispensable para modernizar, democratizar y civilizar la policía dominicana a la urgencia de avances requeridos acordes al siglo XXI.
Han sido un simbolismo los múltiples anuncios propagandísticos de las diferentes actividades enfocadas en reformar, comunitarizar la Policía Nacional Dominicana. Podemos concluir que las diferentes medidas o programas de seguridad implementados por los últimos gobiernos, han sido fallidas.
APODOM, Asociación de Policías Dominicanos Jubilados y Activos, sumados los militares, pro dignidad y derechos, apresura de la integración de todos los miembros castrenses militares y policías para fortalecer su institucionalidad y poner fin a las violaciones y abusos existentes desde siempre en sus filas: (asociación sindical, aumento salarial, sueldos por año, seguro médico, cooperativa legítima, todo tipo de pagos atrasados, todo tipo de violaciones a sus derechos adquiridos, víctimas de todo tipo de extorsión, robo, corrupción, malversación de los recursos presupuestarios asignados para los policías y de su desempeño laboral, entre otras reivindicaciones y violaciones. Lo que se reproduce igualmente en las Fuerzas Armadas).
Historiador católico británico John Emerich Edward Dalkberg Acton, conocido como Lord Acton en 1887 decía: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.”
Recientemente el jefe policial ha centralizado la mayoría de los recursos presupuestados para la Policía Nacional y manejado en una cuenta única de manera cerrada y con criterio personal, precisamente una de las demandas y recomendación más exigida, desde siempre, como parte de la reforma policial, es la descentralización de los recursos de la policía, buscando con ello, transparentar y eficientizar los recursos y la función policial en los servicios policiales destinados a las diferentes localidades o regiones policiales.
Entre las centralizaciones de estos recursos está la eliminación de la mayoría de dependencias que tenían recursos descentralizados, asignados dentro de la policía y en algunas de estos organismos se manejaba a favor de los pensionados cómo es el caso del Comité de Retiro, COREPOL, que tenía de presupuesto 91 millones de pesos, de los cuales había un programa de prestamos a bajos intereses para los pensionados le ha sido cerrado, y de igual forma, la reducción de 20 millones del los 63 que tenía asignado la Reserva Policial.
Más de trescientos millones de pesos del presupuesto asignados por el gobierno que tenía el cerrado Institutito de Seguridad Social, ISSPOL, de igual manera la ARS policial, de donde se desprende el cierre del programa de Becas para los policías y sus hijos. Además, se cerró el Instituto de Dignidad Humana, la Comisión de Reforma Policial, el Museo Policial, que manejaban varios cientos de millones de pesos, y en ese sentido entendemos que retrocedemos al principio, cuando se creó a la Policía Nacional en los tiempos de Trujillo buscaba centralizar el poder de la policía para interés del régimen, haciendo la policía a interés del Estado y descuidando el interés comunitario de las policías locales que existían en ese entonces.
Por otra parte, no se sabe lo que ha pasado con los varios cientos de millones que tenía asignado el Hospital General de la Policía. No entiendo la forma secreta y que aún no se ha hecho pública, el acuerdo de la administración del Hospital qué pasó a manos de Instituto Tecnológico de Santo Domingo, INTEC, y quizás no sea malo, pero, es cuestionable no exponerlo al público debidamente y consultarlo con los policías.
Todas estas problemáticas vienen a sumarse al descontento que se acrecienta cada instante en el seno de la policía, con la medida de ley policial 590-16 que sanciona la oportunidad de los policías de desempeñar pluriempleo en su tiempo libre, esto impide mejorar la calidad de vida de los policías, completar mínimamente la canasta familiar y comer decentemente con un salario u oficio adicional, para mejorar su condición de vida, restricción arbitraria y retrógrada.
Cada año la policía ahorra de sus «donaciones obligadas» descontadas de su salario de los policías, cada mes, para el plan de vivienda, unos 100 millones de pesos, tienen dos años que no se usan ni para hacer una rancheta, sumando doscientos millones, además de los 100 millones que dizque aportó el Presidente Danilo según anuncio en discurso del 27 de Febrero, que no se sabe a dónde están. De acuerdo a informes la policía tiene unos fondos de cuatrocientos millones del plan de defunciones y tampoco se conoce su uso, el mismo, muy bien podría utilizarse en beneficio de los policías.
Cabe señalar que apenas se asignan RD$240.00 por mes laboral para el desayuno, almuerzo y cena de los policías, viene siendo RD$8 pesos por día, para lo que le llaman raciones alimenticias, es algo irrisorio que está desde los gobiernos de Balaguer y no se han adecuado. Muchas veces esas raciones pues se la roban, así mismo, siguen las dificultades con el manejo del seguro de Senasa, ha habido irregularidades en la asignación de estos fondos y de la red de prestaciones de servicios médicos para la familia de los policías y para los policías, especialmente con el último grupo de pensionados que aún no se le ha podido dar el sueldo por año, los ahorros y todo lo que le correspondía, que son dineros adquiridos por derecho de ley.
El Presidente Danilo mintió al pueblo, no aumentó RD$3000 millones al presupuesto policial. En cuanto a las cooperativas de recién creación, a los policías los obligan a firmar el formulario para ser socios en la cooperativa policial descontándoles quinientos pesos de sus sueldos. COOPOL es un fraude, viola ley y derechos de los policías. Nelson Rosario miente a los medios, no han pagado sueldo por año ni los ahorros.
Las Fuerzas Armadas usurpan funciones policiales y tienen privilegios frente a la Policía Nacional. Las Fuerzas Armadas están policializadas y descuidan su misión.
La corrupción interna policial sigue en aumento con la permisibilidad o complicidad de los jefes, ministros y gobierno central. Con relación a los fondos manejados por ISSPOL que en su mayoría eran descuentos aportados por los policías como ahorros para su retiro, fueron mal administrados, dilapidados y lo han dejado desfalcado al momento de cerrarlo, y tampoco se ha llevado un régimen de consecuencias de justicia a los que mal usaron estos fondos.
Con relación a las dependencias policiales que manejaban presupuesto independiente o descentralizado no compartimos que se hayan suprimido, quizás, lo que había que hacer era transparentar y eficientizar en un buen uso dicho presupuestos, no cerrar estas instituciones que son necesarias para el desarrollo de la Policía en un enfoque democrático y comunitario.
“No solo con armas se mata un ser humano, cuando nos roban el derecho a la seguridad, a la educación, a la salud, al pluriempleo o un salario justo, a un techo propio, a la alimentación, a un trato humano, a un horario de ocho horas, a una pensión digna y cuando te niegan los demás derechos, también así se mata. A los policías los están matando física y sicológicamente. Y a la Policía Nacional la están matando moral e institucionalmente.”
JPM

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