Tomás Hernández Franco: poeta y deportista (3 de 3)
«Desde el domingo 30 de marzo, el estudiante Tomás Hernández Franco es campeón universitario de boxeo de París, peso medio–mediano…». (París. Abril de 1924)
De todo lo que hemos dicho se desprende que el sport es el culto voluntario y habitual del ejercicio muscular intensivo, apoyado en el deseo de progreso que puede llegar hasta el peligro y de ahí podemos deducir estas cinco nociones primordiales: El sport no es natural al hombre: está en contradicción formal con la ley animal del “esfuerzo mínimo”. No es suficiente, pues es necesario darle facilidades materiales para que progrese o se mantenga: es necesario estimularlo por la pasión o por el cálculo.
El carácter sportivo es susceptible de sobreponerse a todo ejercicio muscular como puede también estar completamente ausente. Esta afirmación debemos explicarla más detalladamente. Se puede practicar un sport, sin ser sportivo, se puede ser jugador de béisbol, sin ser sportivo, sobre todo cuando no se lleva al diamante el espíritu caballeroso, leal, franco, decidido, que caracteriza toda manifestación de ese género.
En efecto, querer ganar en toda competición, es lógico, porque el triunfo es el objetivo que se persigue en toda lucha, pero querer ganar a todo trance aun cuando se reconoce la propia inferioridad, utilizando para ello tretas de mala fe o combinaciones de cualquier especie, cuando al terreno se lleva el engaño, la cólera, el odio, la inquina ya se podrá ser jugador de béisbol pero no se será sportivo nunca, porque se han traspasado sus fronteras de belleza.
En el verdadero sport hay que querer ganar siempre, hay que luchar hasta lo último por el triunfo, pero hay que admitir sinceramente la derrota, hay que saber perder, y hay que saber reconocer sinceramente la superioridad del adversario y tratar en seguida de superarlo. Ese es uno de los aspectos en que más ha influido el sport en la actual civilización: las gentes, al sportizarse, van perdiendo mucho de la animal rudeza de antes, y ante el espíritu sportivo, el rencor, la venganza, la inquina, van perdiendo camino. Cuando todo el mundo tenga alma sportiva, podremos asegurar que el crimen, la falsedad, el engaño habrán desaparecido del mundo.
La tercera consecuencia es que el sport siendo una escuela de dominio sobre uno mismo y haciendo un constante llamamiento a la observación y a la sangre fría, cae en los dominios de la psicología tanto como en los de la fisiología y puede hacer reaccionar favorablemente el entendimiento, el carácter y la conciencia. Por tal motivo, es un agente de perfeccionamiento moral y social.
«Señores:
Muy a la ligera, contra mi querer, por no haber tenido el tiempo material suficiente para darle forma más amplia a esta disertación, he querido probaros de una verdad que ya seguramente adivinabais. Nada más noble que el sport y nada más noble que esa actitud de entusiasmo que todo el pueblo ha tomado frente a los triunfos de nuestro team beisbolero que muy pronto va a enfrentarse a la conquista del campeonato de serie “E”. Os he dicho cómo, desde Homero y Píndaro, los más grandes hombres de la humanidad en las actividades del intelecto, se han ocupado del sport sin sentirse denigrados, y que lo han practicado previamente sin obtener ningún menoscabo de sus inteligencias. No olvidéis que el mismo Platón, antes de ser filósofo, fue atleta y por eso que nadie crea que se pierde el tiempo que se dedica al cultivo de la fuerza física.
Ojalá que vuestro entusiasmo no se limite a aplaudir solamente al único equipo atlético que Tamboril ha logrado presentar y que, por el contrario, otros deportes, conjuntamente con el béisbol, logren vuestro favor y se desarrollen aquí.
Amigos del Team “Senadores”:
Habéis visto la diferencia que existe entre ser practicante de un sport y ser un verdadero sportivo. Ya sabéis las condiciones morales y materiales que tal nobleza exige. Sedlo siempre. Hay que llevar en todas vuestras acciones, aun aquellas que se pasen fuera del diamante, la dignidad de aquel que respeta su propio cuerpo, de aquel a quien la práctica metódica y digna de ejercicios físicos ha dado el equilibrio constante de una mentalidad sana en un cuerpo sano.
Habéis aprendido a ganar y no sabéis lo que es perder, pero preparaos siempre para otros triunfos, pensando que el día en que llegue la derrota, no será pesado para vosotros, porque en toda lucha, el mejor ha de salir vencedor, y de la derrota sólo podemos, en sportivo, tratar de sacar, no cóleras ni desalientos, sino lecciones para otros triunfos. El día que penséis así y así viváis, habréis dado una lección sportiva a todos y seréis dignos de llamaros verdaderos jugadores de béisbol. He dicho»
CRÓNICA COMPLEMENTARIA
La crónica que a continuación fielmente se transcribe fue fechada en París y publicada el 28 de abril de 1924 en el periódico La Información (Santiago), diario para el cual escribía, desde la capital francesa, donde residía y estudiaba, el poeta Hernández Franco :
« «Desde el domingo 30 de marzo, el estudiante Tomás Hernández Franco es campeón universitario de boxeo de París, peso medio –mediano. Batió violentamente a Haah, un suizo alemán, campeón del año pasado, en dos
rounds de tres minutos. Le partió las dos arcadas de las cejas y el hueso de la narís. En cambio, el boxeador dominicano no recibió, sino dos golpes sin importancia, de tal modo que el match tuvo lugar a las tres de la tarde, y en la noche festejaba el triunfo bailando.Haah, el suizo, le llevaba 8 kilos de diferencia de peso.
El match tuvo lugar en el Central Spotting Hall, donde el boxeador dominicano fue favorecido durante todo el combate con las simpatías del público que lo aclamaba ruidosamente. El estudiante dominicano seguramente terminará ahí su carrerera de boxeador, continuando únicamente su cultura física sin especialización determinada, consagrándose con más ardor a sus estudios de Derecho»
(París, abril 1924)
jpm-am
profesor, cuando usted publique un trabajo en partes, siempre ponga el enlace de los anteriores…las razones son obvias…un abrazo…