Terceros períodos consecutivos y gobiernos progresistas

En su artículo “Terceros períodos consecutivos y gobiernos fallidos” el Licenciado Gedeón Santos, embajador permanente de la República Dominicana ante la Organización de Estados Americanos, dice en uno de sus párrafos:

Un país como la República Dominicana en franco proceso de crecimiento y desarrollo, (negritas mías), no sólo necesita consolidar sus estructuras económicas y sociales, sino que requiere solidificar su institucionalidad democrática para hacer más estable y predecible nuestro desarrollo, y vacunarnos contra los desequilibrios, la inestabilidad y las crisis que podrían provocar la violación y el irrespeto de nuestro sistema institucional establecido”.

Nos preguntamos: ¿En qué parte podría provocar la violación y el irrespeto de nuestro sistema institucional establecido, una modificación a la Constitución, para permitir un nueva re-postulación del presidente Danilo Medina?

La misma Constitución, en sus artículos 267 hasta el 272. Del capítulo XIV, Indica que se debe hacer para modificarla. Mucho más cuando lo que se modificaría, en este caso específico, es un artículo transitorio que afecta a un solo ciudadano dominicano.

Aunque el licenciado Danilo Medina no se ha referido a una posible cambio o eliminación del articulo transitorio que le impide optar nueva vez por una candidatura presidencial, no vemos cual sería el problema de hacerlo. Siempre que se utilicen las vías correctas.

El Licenciado Santos se pregunta;

¿Es necesario transitar el camino de un tercer período consecutivo sabiendo hacia dónde nos conducirá?

No conocíamos el don de Pitonisa de Gedeón.

En cuanto a su afirmación, refiriéndose a un tercer periodo consecutivo de que: “Países modelo en esta materia como Estados Unidos eliminaron ese riesgo desde su fundación.

No es cierto.  Los dos periodos y el nunca jamás, solo fue una tradición establecida por el presidente George Washington, que 143 años después, fue rota por el presidente Franklyn Delano Roosevelt ante la urgente necesidad de seguir impulsando, por otro periodo más, su programa político social llamado “New Deal”.

El presiente Roosevelt, no solo se reeligió para un tercer cuatrienio en el 1940, sino que lo hizo para un cuarto, en el 1944.  Este último, no lo pudo completar debido a su repentina muerte.

Después de su deceso fue cuando se estableció, a través de la XXII Enmienda a la constitución norteamericana la limitación a solo dos periodos consecutivos.

Esta tercera y cuarta reelección de uno de los presidentes más exitosos en la historia de los Estados Unidos de America, no provocó ni inestabilidad ni crisis.  Todo lo contrario, este fue el principio del gran desarrollo que muestra hoy esa gran nación después de haber sufrido la más grande depresión económica de su historia.

Pero el Licenciado Gedeón Santos, no quiere que nos miremos en ese espejo.  Nos envía a mirarnos en los pedazos de espejos rotos de presidentes latinoamericanos que han gobernado terceros períodos consecutivos como; Alberto Fujimori, Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correa.

Todos con un común denominador, que es el haber sido gobiernos de centro izquierda, cosa que no es del agrado del gendarme internacional.  Por lo cual esos mandatarios han tenido que gobernar con el constante hostigamiento de los Estados Unidos.

Pero, aun así, exhortamos a nuestros lectores que indaguen las ejecutorias de cada uno de esos regímenes, para que lleguen a sus propias conclusiones. Pues tomaría mucho tiempo hacerlo en este espacio.

Pero les aseguramos, que, si utilizan un criterio de análisis abierto, no sesgado, se van a encontrar con agradables sorpresas.

En el caso de Joaquín Balaguer, a quien el Lic. Santos también menciona en su artículo, es un caso sui generis y ameritaría un profundo estudio, pues luego de reelegirse para un tercer periodo consecutivo, sale del poder, pero, ocho años después, ciego y con sus condiciones físicas muy deterioradas, el pueblo vuelve y lo reelige por un cuarto y hasta un quinto término.

Demostrando con esta acción, entre otras muchas cosas, que los pueblos no cuentan periodos, sino que lo que cuentan son realizaciones. Se lo pueden preguntar, por ejemplo, a los países llamados “Tigres de Asia”

Dice Gedeón que: “Los terceros períodos consecutivos hay que analizarlos a la luz de la curva de ascenso y descenso de los gobiernos en las democracias”

Es una lástima que no exista una herramienta que pueda medir algo que no existe, como es el tercer cuatrienio consecutivo del presidente Danilo Medina.

Pero si utilizamos un instrumento común en estadísticas y en economía, como son las proyecciones, podríamos afirmar que un tercer mandato del presidente Medina, tomando como base lo que se ha hecho hasta ahora y avalado por diferentes agencias internacionales, no se vislumbra aun, un descenso en esa curva.  Todo lo contrario.

En cuanto a un gobierno fallido, ninguna de las descripciones que hace el Lic. Santos aplican en este momento al actual gobierno y no se otea que suceda en un futuro cercano

No hay una sociedad en una confrontación y crisis permanente, la actividad económica está en su mejor momento, han subido las exportaciones, las reservas en divisas extranjeras están en su punto más alto, el desempleo está en bajísimos niveles históricos,  no hay desorden administrativo, ni luchas sociales, la corrupción ha menguado con iniciativas como los veedores y la cuenta única del tesoro, no hay migración forzada ni fuga de capitales, estamos lejos de eso. El año pasado República Dominicana recibió casi la mitad de toda la inversión extranjera en Centro América y el Caribe.

Ni por asomo parecemos un gobierno fallido. Un crecimiento de un 7%, el mayor de América y uno de los más alto en el mundo, lo confirma. Las ejecutorias de este gobierno nos auguran un brillante porvenir.

El olfato de los inversionistas internacionales es muy fino. Ninguno invierte en un gobierno que tenga ni siquiera un breve olor a fallido.

Amigo y compañero Gedeón Santos, usted fue el primero que se montó en esa inmensa ola marina, para que se siguiera haciendo, ¡Lo que nunca se había hecho!  No le luce convertirse ahora, en un rompeolas. Tome nueva vez su tabla de surfing, con ella se agiganta su figura.

Se ve muy feo tratando de navegar en un pequeño charco repleto de malagradecidos.

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