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Servicio, fuente de sanación
En el servicio a los demás, en la entrega desinteresada hacia el semejante, encontramos una fuente de abundancia, pues recibe más el que sirve que el que recibe.
A través del servicio logramos descubrir quiénes somos, logramos sanar, aprendemos a amar, ejercitamos la compasión, entregamos algo de nosotros, que a veces ni sabemos que tenemos hasta el momento en que optamos por donarlo a otro. Cuando hablo de donación, no hablo necesariamente de algo material, o algo que me sobre, me refiero más bien a cosas no materiales como tiempo, amor, atención, cariño. Vale aclarar que muchas de esas emociones o sentimientos que podemos dar mediante el servicio a otros, muchas veces son nuestras mayores debilidades o carencias, y dándolos a otros, entonces viene la sanación.
Sanamos a través de darnos a los demás. Saliendo de nosotros mismos, de nuestra zona de confort, de nuestro dolor, de nuestra propia tragedia, logramos darnos al otro y en el proceso, descubrimos quizás, que nuestro dolor no es único.
Sanamos dándonos al que nos necesita. Veo a diario en los acompañamientos que realizo, personas muy tristes, con grandes situaciones, que me dicen que como van a servir y ayudar a otros cuando ellos mismos estas desechos, que sienten que no tienen nada para dar. Y es justo en ese momento que les invito a salir de ese espacio de dolor que los arropa para darse a otros, es ahí donde viene ese milagro de sanación, donándonos, entregándonos, ocupándonos de otro u otros que estén iguales o peores que nosotros.
Eres una mujer maltratada, sirve a otras mujeres maltratadas desde tu propia experiencia. Estas atravesando un duelo fuerte por la pérdida de un ser querido, ve y sirve dando consuelo a alguien que esté pasando esta misma situación, desde tu propio dolor. Sal de tu dolor, sana sirviendo a otros. No necesariamente servir a otros que estén pasando lo mismo que yo, pero sirve. Sal de ti para darte a otros y encontraras sanación. Encontraras y recibirás abundantes bendiciones, amor, paz, felicidad.
Te invito a pensar cómo puedes servir a otros. A la persona que te sirve en casa, al conserje, al señor que diariamente te guarda un parqueo en la oficina. Al compañero del trabajo que está pasando un mal momento. Empecemos con las personas más cercanas; abramos los ojos del corazón para poder ver la necesidad del otro y compadecerme de él.
Nunca estamos tan mal que no podamos darnos a otros. Experimenta la mejor herramienta de sanación que a mi entender existe, y es gratuita, te la da Jesús, SIRVE a otros.
El servicio, siempre será una fuente inagotable de abundancia, sanación y aprendizaje.
Qué esperas ¡inicia hoy mismo!
@amarloquetengo