Seguimos en la ruta peledeísta hacia el pasado 6 de octubre

Dijimos en nuestra entrega anterior que la ruta hacia el pasado 6 de octubre, fecha en que se celebraron unas primarias abiertas en el PLD, impuestas por la facción representada por el Presidente Medina a lo interno de ese viejo partido, había comenzado luego de la derrota electoral del año 2000 del hoy Presidente.

Y lo creemos así, porque ese fue el momento en que el entonces Candidato, se percató de lo difícil que iba a resultar su proyecto político avanzando desde la oposición política contra cualquier otro partido, o proyecto que detentara el poder.

Luego de lograr el retorno al poder del Partido de la Liberación Dominicana en el 2004, en un modelo de poder encabezado por el Dr. Leonel Fernández, Danilo Medina sería, con el beneplácito del Presidente, el repartidor de los decretos y designaciones de la nueva administración del Estado.

En esto debemos hacer un alto, porque desde la posición del entonces Secretario de la Presidencia, no solo se repartían decretos y designaciones, sino que también se decidía, quien debía recibir tal o cual contrato del Estado; en una administración donde todavía no existía la ley 340-6 que regula la compra y contrataciones de bienes y obras del Estado.

Para muestra, basta un botón; durante la campaña electoral para el certamen de 1996; un ingeniero, cuyo nombre nos reservamos, en un fatal accidente con una pala mecánica, perdió un pie y por poco la vida, mientras iba por las calles abriendo la ruta, por donde pasaría una enorme marcha encabezada por el Candidato presidencial, a la sazón el Dr. Leonel Fernández.

Después de instalado el nuevo gobierno, a este compañero, se le asignó la remodelación de la cárcel de La Victoria; dos años más tarde, estábamos en el despacho del Secretario de Estado Danilo Medina, y entró alguien con una nota que venía del despacho del Presidente; Danilo leyó la nota para sí, y luego de quitarse los anteojos estalló de la siguiente manera:

“Carajo, por lo visto la pata de fulano, le va a salir a este partido y a este gobierno más cara que un potosí”; con esta expresión, manifestaba su disgusto de no ser él, quien decidiera la asignación que se le sugería en la susodicha nota para la persona en cuestión; le estaban imponiendo algo desde el despacho del Ejecutivo.

Cuando el Secretario de la Presidencia, Lic. Danilo Medina, renuncia a la posición en noviembre del 2006, dejó en el gobierno una estructura de su equipo de cooperación en todos los ámbitos de la administración pública, que le aseguraba que podía tomar decisiones desde fuera con cualquier miembro o personas favorables a su proyecto político.

Así emprendió el desatinado propósito de querer desplazar al Presidente Fernández de una re postulación, legitimada por la Constitución del 2002 que le había franqueado el camino al Ex presidente Hipólito Mejía; todos conocemos en que terminó esa lucha sin sentido, con aquella famosa frase de que “me venció el Estado”; pero, ¡qué cosa! Leonel 70%, y él  un pírrico 28%.

Antes hemos dicho, que el poder genera adicciones y lealtades desprendidas de los beneficios políticos o económicos de quienes se sienten amparados por un proyecto de gobierno; y esto es más notable en sociedades donde existen capas  pequeño burguesas con un desmesurado inmediatismo en superar sus niveles de pobreza.

Por esta sencilla razón, se crean grupos alrededor de los gobernantes aunque éstos no los animen, ni los incentiven; por lo que creemos en la sinceridad del Dr. Leonel Fernández, cuando dice que nunca incentivó un grupo a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana; y no tenía que hacerlo, era natural que todos quisieran estar al lado de un presidente con un largo tiempo de ejercicio.

Cuando aparecieron los “ingenieros constitucionales” antes de la selección del candidato presidencial del PLD para mayo del 2012, el Lic. Danilo Medina, que desarrollaba una precampaña nacional por la candidatura, cuando le preguntaban sobre las pretensiones de gran parte del congreso de modificar la recién votada Constitución del 2010, para permitir un tercer período del Presidente, él contestaba sin atacar aquellos amagos, solo diciendo que estaba seguro de que sería el candidato del Partido.

Nunca enfrentó la campañita de las carretillas de firmas, que pedían al Presidente Fernández re postularse; Danilo Medina conocía muy bien a ese Leonel coherente, y sabía que respondería a sus concepciones propias hasta el final de sus días; y no se equivocó, muy a tiempo el Dr. Fernández se dirigió a la Nación para despejar las dudas de si tenía intenciones reeleccionistas.

En un país manejado magistralmente, en el marco de una crisis económica mundial con innumerables replicas, el gobierno de Leonel Fernández se abocaba al año electoral del 2012, constreñido por las limitantes trazadas por los organismos crediticios internacionales; en ese escenario, escuchamos al candidato Danilo Medina expresar su desaliento, y hasta llegar a proclamar que su candidatura se comportaba como si subiera por un “palo encebado”.

Llegó a distar 30 puntos del Ing. Hipólito Mejía, candidato del otrora PRD. Pero ahí arribó la política económica de expansión mundial del gasto público, para tratar de reencausar las grandes economías, diseñada e incentivadas por el FMI, y Leonel Fernández, vio la brecha para ayudar al candidato de su Partido y convertirlo en presidente.

En una declaración en la ciudad de New York, dijo: “Sería una irresponsabilidad nuestra ante el país, permitir el retorno de la oposición al poder”; además en un comentario muy criticado por la prensa adversa, manifestó Fernández Reina, que se expandiría el gasto público en unos cuarenta mil millones de pesos, lo que ayudaría grandemente la candidatura oficial.

Los resultados no se hicieron esperar; y el candidato oficial ganó en primera vuelta; en su discurso de agradecimiento ante su victoria, se le escucharía dar las gracias al Presidente Fernández por todo el esfuerzo hecho a su favor; pero también dio allí, gracias públicas a un personaje que jugaría un papel deleznable en su futuro gobierno.

Sí, el Presidente electo Danilo Medina dio las gracias públicas a su publicista, Joao Santana Figuereo; y muchos pensamos que con estas palabras del Presidente se despedía de un importante personaje de su campaña.

¡Que equivocados estábamos!, el papel de Joao Santana Figuereo, apenas comenzaba en el intrincado mundo del Lic. Danilo Medina que veremos más adelante.

mxmsanchez45@gmail.com

JPM

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