Sankara y Mujica: antítesis de la corrupción socialista

Desde hace unos años y gracias a la gentileza de este prestigioso medio de difusión,  los lectores han podido percibir por medio de cincuenta artículos hasta la fecha, mi postura ideológica y la manera en que enfoco las ideas  malignas y protervas de la izquierda totalitaria,  atea y disociadora, fruto de las mentes maquiavélicas de Engels, Marx y Lenín. 
 
    No es algo de la casualidad, sino más bien, el resultado de una profunda convicción política y coherente ante la realidad de la tragedia que han vivido las naciones en que esa metodología política se ha encarnado en las riendas del poder. Creo y considero, que no hay nada más contundente para cualquier ente humano a la hora de tomar una determinación de ideas, que la observancia  al resultado de cualquier metodología política cuando la misma se ha aplicado a  una sociedad determinada y los resultados han sidos catastróficos. Los mejores ejemplos son Cuba, Venezuela, Corea del Norte, la exURSS, Berlín Oriental, China, etc.
 
    No obstante lo anterior, mis convicciones políticas no son óbices para valorar la conducta coherente, aceptable, digna y honesta de cualquier figura  de la izquierda, siempre y cuando no haya aniquilado la libertad de sus conciudadanos y la alevosía, la maldad, la iniquidad,    el crímen, la corrupción y la demagogia de sus ejecuciones  no se hayan apoderado de su espíritu transformador. Mi moral política no llega a esos extremos de insensatez, algo que es muy difícil de percibir en los fanáticos extremistas de las ideas marxistas-leninistas.
 
    En ese tenor, hoy voy a referirme a dos figuras que a mi juicio, han venido a ser la excepción a la regla de lo que es la podredumbre moral, política, gubernamental y social  de la izquierda revolucionaria a nivel mundial a lo largo de toda su historia. Me refiero  al extinto  líder africano Thomás  Isidore  Noel Sankara y al  actual presidente uruguayo José Alberto Mujica Cordano (a) «Pepe».
 
Thomás Isidore Noel Sankara:
 
    Fue un militar y líder panafricano que se convirtió en la figura más carismática de la nación que antiguamente se llamaba «Alto Volta» y que el mismo Sankara le cambió el nombre por el de «Burkina Faso»,  que en la lengua africana significa: «Tierra de hombres honestos».  El mayor error histórico que cometió este joven político-militar, fue en tener como modelos a imitar en su acciónar político a las figuras de los asesinos y sanguinarios Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz y a la hiena sedienta de  sangre Ernesto Guevara de la Serna (a) «El Che». Como consecuencia de ello, implantó muchas medidas al estilo cubano que fueron el caldo de cultivo para su posterior derrocamiento.
 
    Prácticamente, emancipó a la mujer de esa nación y eliminó la monstruosa ablación de los genitales femeninos y  los matrimonios forzados . De igual manera, prohibió muchos de los privilegios de los funcionarios públicos, redujo los sueldos de los mismos, incluyéndose él. Hizo que sus funcionarios destinaran un mes de sus salarios  a las obras públicas, dinamizó la producción agrícola y su gobierno fue muy austero en el uso de los recursos del Estado. Sus prédicas las hizo una realidad en su conducta como gobernante. Nunca le agradó que su foto como mandatario fuera puesta en las oficinas públicas. 
 
    A poco meses de haber recibido la visita del sátrapa cubano Fidel Castro, le sobrevino su derrocamiento y posterior asesinato por parte de su amigo y colaborador  Blaise Compaoré, el cual asumió el poder.  El  cuerpo de Thomás Sankara fue desmenbrado y enterrado en un lugar hasta ahora desconocido.
 
JOSE MUJICA:
 
    Es el actual presidente de la República Oriental del Uruguay y quien entregará el poder de nuevo a quien fue su predecesor: el Dr. Tabaré Ramón Vásquez Rosas,  miembro  del Frente Amplio al igual que Mujica. Es considerado por la prensa internacional como «el presidente más pobre de toda latinoamérica». Anterior a su elección como mandatario del Uruguay, José Mujica había sido senador, diputado y Ministro de Ganadería en el anterior gobierno de Tabaré Vásquez. 
 
    Su conducta como gobernante se ha caracterizado por una sencillez que raya en la incredulidad,   en donde hoy en día los gobernantes viven sumergido en el lujo, el boato, los viajes placenteros y en  amasar inmensas fortunas obtenidas bajo el poder onnímodo del que disfrutan. 
 
    En su gobierno que ya concluye, no hay políticos presos, no se ha reprimido ni censurado a la prensa, no se  destruyó el aparato productivo de la nación, no se ha reprimido a nadie por sus ideas políticas, no se copió el modelo cubano, no se cambió el modelo económico y no se entrometió en asuntos de otras naciones a pesar de sus ideas socialistas.
 
     Fue un activo guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, el cual -y al igual que muchas guerrillas que se dieron en la década de los 60-  tenían como la chispa inspiradora la figura  de Fidel Castro, el cual, respaldado por la exURSS y en pleno apogeo de la «Guerra Fría», lucía envalentonado en exportar guerrrillas y en tratar de socavar gobiernos para implantar regímenes comunistas afines a su revolución.
 
   Como ya he explicado en artículos anteriores, Fidel Castro al ocurrir el desplome soviético y la economía cubana entrar en una franco declive, dejó de «exportar» guerrillas y guerrilleros y se dedicó a la trata de blanca de los médicos cubano y «educadores» en Africa, América Latina y El Caribe, lo cual le ha dejado pingues beneficios  económico a su dictadura decadente, algo que todavía hace actualmente.
 
   Los Tupamaros al cual José Mujica pertenecía junto al conocido Raúl Sendic, era un grupo terrorista que trataron de llegar al poder por el uso de las armas y la violencia. Durante sus acciones  cometieron asesinatos, voladuras y extorsiones para financiar sus actividades. Una de esas acciones y en las cuales participó «Pepe» Mojica, el actual gobernante, fue lo que en la República Oriental del Uruguay se conoció como «La Toma de Pando».
 
   Ocurrió ese hecho sangriento el 8 de octubre del 1969, en donde los «Tupamaros» tomaron por asalto la localidad de «Pando» distante a unos 30 Km. de Asunción, la capital del Uruguay y, una vez allí, se apoderaron del cuartel de los bomberos, de la comisaría, de la central de teléfono y procedieron ha asaltar varios bancos ( al estilo de Los Palmeros en Rep. Dominicana) de donde sustrajeron alrededor de unos US$400,000 dólares, siendo una inmensa fortuna para la época. Eso produjo una cacería por parte del gobierno del presidente de entonces, Jorge Pacheco Areco. 
 
    En ese asalto murieron dos agentes policiales, tres guerrilleros y creó un terror sin precedente en esa localidad uruguaya. Cabe destacar que dicha operación, a pesar de llevarse el botín, fue considerado desde el punto de vista insurreccional y político un rotundo fracaso de Los Tupamaros a los ojos de la sociedad uruguaya.
 
   Los años en prisión de José Mujica (14 años), el peso de la edad ,  la reflexión que hizo de su futuro y los cambios políticos que tuvo la América Latina y la decandencia de l espejismo de la revolución cubana, al parecer le hizo entender que habían otras formas de llegar al poder transitado el camino de la democracia, del respeto a las leyes y sin violencia.  La toma de Pando es la mácula política que acompañará siempre la historia del exguerrillero y del presidente de la patria de  José Gervasio Artigas Arnal.
 
    Sin lugar a dudas e independientemente de que ambos políticos cometieron un error en utilizar las armas  y el terrorismo de  izquierdista como método de llegar al poder, su conducta honesta e incorruptibles  de cada uno en su espacio y tiempo, dejaron un legado sine qua non dentro del contexto de la izquierda política.
 
    Thomás Sankara y José -Pepe- Mujica, vienen a ser las dos golondrinas solitarias que sí hicieron un verano en el espectro putrefacto de la izquierda totalitaria y aberrante que todavía sobrevive .  La conducta honesta e impoluta en el ejercicio del poder de estos dos hombres,  no la pueden presentar como legado ni los Castros en Cuba, ni  los Chávez y sus enchufados en Venezuela, ni los Ortegas y sus sandinistas en Nicaragua.  Todos estos gobiernos y los líderes que lo han encarnado, han florecido en el fango de la corrupción, del crímen y de cercenar la libertad de sus conciudadanos.
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