Rev. Al Sharton: entre Dios y el descaro

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Una de las peculiaridades que tiene la sociedad norteamericana es la proliferación de iglesias de distintas denominaciones y por consiguiente, una cantidad amplia de «reverendos» que tratan de conciliarse mediante un sincretismo socio-religioso, en la manera en que cada uno de ellos enfoca las diversas vertientes sociales y/o políticas que se producen en la gran nación del norte. Es este caso particular, me quiero referir a una figura que por más de cuatro décadas ha tenido una presencia muy activa en la política norteamericana, sobre todo, en cuanto a las cuestiones de los derechos civiles de las minorías . En consecuencia, me refiero al Rev. Alfred Charles «Al» Sharton Jr. Nacido en el condado de Brooklyn en la ciudad de New York un 3 de octubre del 1954, se desempeña como ministro de la iglesia Bautista, añadiendo a ello su activismo por los derechos civiles y por la «justicia social» en los Estados Unidos. Su osadía política fue tal, que en el año del 2004 se postuló a las primarias del partido Demócrata en la cual salió victorioso el candidato Jhon Forbes Kerry, actual Secretario de Estado del presidente Barack Hussein Obama. Cabe destacar que en su hoja de vida civil, el «reverendo» Al Sharton estuvo en prisión federal por espacio de tres meses. Es dable señalar que la imágen que él como reverendo representa, dista mucho de la que debe ser de un predicador de la Palabra de Dios. Sus actuaciones así lo demuestran a lo largo de su 40 años de activismo. La misma está llena de escándalos y de oscuras actuaciones al margen de la ley, de la ética y de la moral que se supone debe primar en un portador espiritual y activista social. Es notable en su figura, una habilidad para promover la agitación social, como de la misma manera, para granjearse el favoritismo tanto del presidente de turno de los Estados Unidos, el gobernador o el alcalde de New York o cualquier político que quiera contar con el voto y la simpatía de la comunidad afroamericana. Con Al Sharton al parecer, tratan de ponerse donde el «capitán los vea». En la sociedad política norteamericana, es bien sabido que no he visto con buenos ojos y que si ha permanecido por tanto años como símbolo de las minorías, se debe a su habilidad para encantar a sus seguidores y a los que creen en su sinceridad y nobleza. Es la razón por la cual el sociólogo norteamericano Orlando Patterson, una persona con amplios conocimientos sobre la segregación social en los Estados Undios lo calificó como «un pirómano social». La razón de abrazar la causa por los derechos civiles de las minorías en los Estados Undios, tuvo sus orígenes desde muy jóven, a la edad de los 18 años y fue cuando tuvo la oportunidad de conocer al cantante de «soul» James Brown. Al éste contarle cómo había sido víctima de la policía al ser tiroteado su hogar sin aparente motivos algunos, ello engendró en el joven Sharton la chispa que lo llevó a tomar la lucha para si en representación de las minorías negra. Esto fue motivo más que suficiente para llenar de ira y de una molestia disimulada a Sharton, el cual, como una vez dijera el escritor Stuart Stevens : «En los Estados Unidos hay muchas gente llena de ira y de odio, pero Sharton es el único que lleva décadas vomitándolo» Cada vez que surge una confrontación entre la polícia y los negros, podemos estar seguro que Al Sharton tomará su papel que ha sabido ejecutar tan bien y que le ha permitido llevar una «buona vita» sin ejercer actividad alguna para ganarse el sustento como lo hacen las mayoría. Fue así como vimos su presencia activa en la muerte reciente del joven negro Michael Brown, ocurrida en Ferguson, Missouri, después de éste haberse robado una caja de cigarros de una bodega . De la misma manera, fue notorio su dramatismo en la muerte de Eric Garner, un vendedor de cigarrillos ilegales en Staten Island, New York, y el cual tenía un prontuario delictivo de más de 14 arrestos y el cual se resistió a ser detenido por parte de la policía que lo detuvo por sus actividades ilícitas. El «reverendo» Al Sharton se ha convertido en la voz de las minorías y de los negros y con ella, muchas veces ha alimentado el fuego con su verbo incendiario, emitiendo improperios y acusaciones falsas revestidas de odio y resentimientos en contra de ciertos grupos que no les son de sus simpatías, como los judíos, la misma policía, políticos y hasta con otras congregaciones religiosas, como es el caso de los mormones. Dicho proceder no es más que la manera para justificar sus actuaciones y destilar la hiel de su corazón la cual lleva muchas décadas cultivando. Veamos algunos acasos En el año 1992 una iglesia pentecostal afroamericana le pidió a un inquilino judío que administraba un negocio de venta de ropa de nombre «Freddie Fashion Mart», que sacara del edificio a una tienda de música negra. Cuando esto se hizo, el Rev. Al Sharton lideró las manifestaciones en contra de la tienda «Freddie», siendo la misma incendiada y muriendo en ella 7 empleados y el pirómano negro. Ante ese hecho, nos preguntamos : Cuál puede ser la justificación de ese proceder de un hombre que se dice ser un «predicador de las enseñanzas de Jesucristo ? En el 1991, sus discursos incendiarios volvieron a tener eco en la población negra del condado de Brooklyn, en la ciudad de New York, cuando accidentalmente una ambulancia conducida por un joven judío atropelló y causó la muerte de otro joven negro. Ante ese hecho y pasando por alto las causas de la muerte del joven afroamericano, Al Sharton lanzó improperios en contra de toda la comunidad judía de la zona, a los cuales acusó de «tener las manos manchadas de sangre de niños inocentes». Eso fue más que suficiente para provocar disturbios y de paso, ocasionar la muerte de un joven estudiante judío, ocasionada por una turba de afroamericanos. Cuando la instigación de una persona genera un crímen, se supone que el instigador es el mayor culpable. En su largo y sinuosa conducta, es bueno destacar que el famoso «reverendo» también fue un confidente del FBI por la década de los años 70 y 80 y que, concomitantemente con su actividad pastoral, combinó las mismas con ser «agente» musical del catantante James Brown. Es bueno señalar que el FBI contaba en sus archivos con un video en donde se le filmó en una «negociación» entre él y un narcotarficante. Pero,lo que más puso al desnudo su interés pecuniario y la manera en que se gana la vida, fue cuando el mismo Al Sharton amenazó con demandar a la policía por «no protegerlo» de un supuesto atentado que se iba acometer en contra de su vida. Por ello, el famosos «predicador y luchador civilista» recibió por parte de la alcaldía la modesta suma de unos US$200 mil dólares que fueron más que suficiente para dejar sin efecto la demanda civil que tenía planeada incoar. En el mundo han salido a escena muchos Al Sharton, los cuales, tras una imágen y careta de luchas civiles o políticas, ocultan sus verdaderas y oscuras intenciones. Podemos señalar a unos cuantos, pasados y actuales. Entre ellos vale la pena mencionar a : al cura Camilo Torres Restrepo (Colombia); Rogelio Cruz (Rep. Dominicana); Miguel G. D' Escoto (Nicaragua); Fernando A. Lugo Méndez (Paraguay) y Manuel Pérez Martínez (El cura Pérez) de España. Si así son los «pastores» y los «sacerdotes» que se suponen llevan el mensaje del evangelio, debemos pedirle a Dios que nos aborde a todos confesados.

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