Restos de monseñor Flores son sepultados en Catedral Santiago

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Santiago (R.Dominicana), 11 nov (EFE).- Los restos del arzobispo emérito de Santiago, monseñor Juan Antonio Flores Santana, fueron sepultados hoy en la Cripta de los Obispos de la Catedral Santiago Apóstol. Flores Santana falleció el domingo a los 87 años en Santiago tras permanecer varios días ingresado en un centro médico. La salud del prelado se agravó el lunes pasado cuando sufrió una caída que le causó la fractura de la cadera derecha, que requirió una intervención quirúrgica en el Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), donde falleció. A los actos fúnebres de hoy asistieron el nuncio apostólico Kudeta Adeus Ocolo, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, el arzobispo de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa Carpio, 10 obispos dominicanos, autoridades, militares y feligreses. El cardenal López Rodríguez, a petición del arzobispo de Santiago, presidió la homilía en la Catedral, a la que también asistió la primera dama, Cándida Montilla de Medina, y el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, entre otras autoridades. El cardenal declaró que con mucho gusto aceptó el pedido que le hizo el arzobispo de Santiago, «por los estrechos vínculos de amistad y colaboración que mantuvo con este virtuoso hombre de la Iglesia». López Rodríguez se refirió a que quienes tuvieron el privilegio, como él, de trabajar al lado de Flores Santana, sobre quienes dijo «pueden apreciar sus muchas cualidades». «Ante todo, se debe reconocer que a Monseñor Flores le correspondió suceder a otro gran hombre de Dios, Francisco Panal Ramírez, un auténtico hijo de San Francisco de Asís», sostuvo. Subrayó que una de las obras de monseñor Flores Santana que más impactó cuando era obispo de la Vega, fue dedicarse por varios años a la zona de la costa, atendida desde 1936 por los anegados misioneros del Sagrado Corazón, que siguen prestando sus valiosos servicios en esa zona. En ese orden, significó que lo primero que quiso emprender fue la construcción del Seminario Santo Cura de Ars, cuyo diseño y construcción confió a su hermano, el arquitecto Juan Francisco López Rodríguez, recientemente fallecido. Al finalizar la homilía que pronunció el cardenal López Rodríguez, el arzobispo de Santiago asumió la responsabilidad de presidir los actos de las honras fúnebres del fenecido arzobispo emérito de Santiago y quien también fue obispo de la Vega. El Arzobispado de Santiago dispuso mediante un decreto que en todas las parroquias y capillas de la Arquidiócesis local que comprenden las norteñas provincias de Santiago y Espaillat, se celebren eucaristías durante nueve días. Por su parte, el canciller del Arzobispado, Wiliam Arias, leyó un testamento que dejó el fenecido arzobispo, en el que señalaba que no tiene tierra ni casas, ni cuentas en el banco, tampoco automóvil a su nombre, por lo que no deja ninguna herencia material. La familia, por intermedio de Mercedes Flores, sobrina del religioso fallecido, agradeció a los distintos sectores del país su solidaridad, en este momento de tanto dolor y tristeza. La primera dama, Cándida Montilla, destacó los aportes que hizo a la iglesia católica el fallecido arzobispo, a quien describió como una «figura de la Iglesia, no solo por su misión, sino por sus acciones». De su lado, el expresidente Hipólito Mejía sostuvo que por los méritos que acumuló el fallecido arzobispo de Santiago debe ser canonizado, y así sería el primer Santo dominicano que tendría la Iglesia Católica. EFE as/mz

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