RD en la edad oscura
La Edad Media fue el período que transcurrió entre la caída de las dos Romas, delimitado por dos eventos históricos clave: la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 d.C. y la caída del Imperio Romano de Oriente (Bizantino) en 1453. En este lapso temporal, se vivió un tiempo nombrado como “edad oscura” caracterizado por el estancamiento de la ciencia, economía, cultura y la estabilidad en Occidente.
Desde el año 2020, la República Dominicana ha estado experimentando un fenómeno similar. Inicialmente, se pensaba que este fenómeno era una consecuencia directa de los efectos globales de la pandemia. Sin embargo, a cuatro años de la COVID-19, hemos observado, a través de los acontecimientos que han marcado la vida nacional, que el retroceso que enfrentamos como país no es más que el resultado de la improvisación del gobierno del cambio.
Los apagones
La República Dominicana ha regresado a la época de los apagones, un problema que se había considerado superado por la sociedad dominicana. Al escuchar las declaraciones de las autoridades, da la impresión de que creen que no sabemos leer. Sin embargo, siempre he creído que el español tiene un amplio potencial expresivo, pero nuestros representantes parecen olvidar que estamos en la cuarta revolución industrial, en la era de Internet.
La justificación presentada, que argumenta que «los transformadores se han dañado por el alto consumo», parece ser una explicación poco convincente, destinada a ganar tiempo y desviar la atención de la población. Cabe recordar que durante la pandemia, cuando la mayoría de las personas permanecía en casa, el consumo de energía debió haber sido mayor. Sin embargo, en ese período no experimentamos apagones ni colapsos de transformadores, lo que sugiere que las explicaciones oficiales son, en realidad, una falacia. Para ilustrar la ineficiencia del sector eléctrico, es relevante destacar que las pérdidas eléctricas aumentaron del 29% en 2020 al 40% en 2023.
Caos en el tránsito.
El tránsito en la ciudad capital no refleja el de un país organizado; los congestionamientos de tráfico consumen un tiempo valioso para los ciudadanos. No importa la hora ni el día, siempre hay embotellamientos, y las autoridades no brindan respuestas oportunas. El viernes pasado, por ejemplo, se vivió una situación particularmente problemática: los semáforos se apagaron, y hasta el momento, las autoridades no han proporcionado ninguna explicación sobre la causa de este incidente.
Crisis en la educación.
El actual Ministro de Educación ha sido constantemente tendencia desde su nombramiento, pero no por razones positivas. Hasta la fecha, no ha presentado propuestas concretas para mejorar la educación en el país ni para abordar el estancamiento educativo en la República Dominicana. La situación se ha agravado con el inicio del nuevo año escolar; los medios de comunicación han reportado la preocupación de las familias dominicanas debido a la falta de cupos suficientes en las escuelas para los niños dominicanos, mientras que se ha dado prioridad a los estudiantes nacionales haitianos. Según el Ministro de Educación, se estima que 5,000 niños podrían quedarse sin plaza escolar, y la respuesta del gobierno ha sido ofrecer inscripciones en colegios privados.
En conclusión, la República Dominicana está enfrentando un retroceso histórico en el sector educativo. Los ciudadanos están agobiados por la inseguridad, el costo de la canasta básica y otros problemas. Muchos consideran la posibilidad de emigrar en busca de un futuro mejor, dado que los servicios básicos no están garantizados en el país.
En definitiva, nos hallamos inmersos en una etapa de considerable penumbra. En esta encrucijada crítica, es imperativo que podamos vislumbrar la posibilidad de un cambio trascendental y redentor. Anhelamos que, en el futuro cercano, podamos encontrar la claridad y la esperanza necesarias para superar las adversidades que actualmente nos aquejan.
jpm-am
excelente arti**** bien acorde con la realidad en que vivimos. felicidades