PUERTO RICO: Población dominicana enfrenta grandes retos

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Marta Santos, oriunda de Santiago, República Dominicana, es estilista y les envía dinero a su madre y sus tres hijos semanalmente.

Marta Santos y Altagracia González llegaron a Puerto Rico hace 13 y 15 años, respectivamente. Dejaron atrás a sus familias en la República Dominicana en busca de un mejor porvenir en la isla.

Su misión era clara: trabajar de sol a sol para proveerles a los suyos. Desde entonces, ambas envían dinero al vecino país, a veces más de una vez en semana, dependiendo de la necesidad de sus parientes y sus posibilidades de ingreso.

Las dos han tenido que superar múltiples dificultades en la isla, como la migración acelerada por la catástrofe causada por el huracán María. El éxodo les quitó clientes, a la primera en su negocio de estilismo y a la segunda en las viviendas donde realiza trabajos de limpieza.

Las historias de Santos y González son solo dos ejemplos de la diversidad de circunstancias por las que atraviesa la comunidad dominicana en Puerto Rico, población con un ingreso per cápita mayor que el de los puertorriqueños, pero con profundas desventajas socioeconómicas.

Una investigación del Centro de Información Censal de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Cayey, analizó la situación de la población dominicana en la isla. El estudio utilizó datos del Censo del 2000 y los comparó con la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico 2011-2015.

Según el análisis, liderado por el economista José Caraballo Cueto, director del Centro, el ingreso per cápita de los dominicanos en Puerto Rico fue de $9,580 para el 2000 y $12,274 entre el 2011 y el 2015. El de los puertorriqueños, en cambio, fue de $7,905 (2000) y $11,137 (2011-2015).

No obstante, la tasa de desempleo entre dominicanos aumentó en ese plazo, de 13.5% (2000) a 17.9% (2011-2015). La de los boricuas disminuyó durante el mismo período de 19.6% a 18.3%.

El estudio sobre la situación socioeconómica de la población dominicana en Puerto Rico también arrojó que esta comunidad, entre los años 2011 y 2015, tenía la proporción más baja de personas con plan médico, con 68%.

“La población dominicana está mucho más desventajada que la cubana y la local, sobre todo en cobertura médica. Se estima que tres de cada 10 dominicanos no tienen plan médico, y sabemos que son más con los indocumentados”, comentó Caraballo Cueto en entrevista con El Nuevo Día.

Según el investigador, son muchos los dominicanos que se han quedado sin empleo los pasados años, ya que debido a la crisis económica, el área de la construcción y la actividad económica general han mermado.

“El 25% de las personas que migraron (fuera de la isla) del 2005 al 2014 no nacieron en Puerto Rico. Eso es una cantidad significativa. No toda la migración es de puertorriqueños nacidos en la isla”, agregó.

Sin plan ni hogar

Gloria Díaz y Darvelin González también trabajan arduamente desde que salieron de su Quisqueya natal. Díaz llegó hace casi 30 años y González, hace tres. La primera, enfermera de profesión, estableció un negocio con su familia hace 10 años en Puerto Nuevo.

Con ilusión, la mujer reveló a este diario que pronto juramentaría como ciudadana de Estados Unidos. Explicó que tomó ese paso para poder votar y exigir los cambios que entiende se necesitan: mejorar la salud y la educación.

González labora en el negocio de Díaz, y cuenta los dos años que le quedan para poder solicitar la Reforma de Salud. Mientras tanto, no tiene plan médico, aunque señala que cuando enferma visita un Centro de Diagnóstico y Tratamiento(CDT) cercano a su casa.

José Rodríguez, presidente del Comité Dominicano de Derechos Humanos, indicó que, a pesar de que se estima que en la isla hay de 200,000 a 250,000 dominicanos, son una comunidad “totalmente olvidada” por el gobierno del vecino país.

“Hay unos acuerdos comerciales entre ambos países (Puerto Rico y República Dominicana), pero no les importa nada el lado humano”, sostuvo.

El estudio del Centro de Información Censal de la UPR en Cayey indica que, en 2000, la población dominicana en Puerto Rico era de 56,146, mientras que entre el 2011 y 2015 era de 63,647.

Rodríguez coincidió en que la falta de plan médico es una tragedia que ha traído dolor a muchos de sus compatriotas. “Muchos no solo no tienen seguro médico, sino dónde vivir. La gran masa de dominicanos que deambula es alta”, afirmó.

Mencionó el caso de un joven con quemaduras en 85% de su cuerpo que llevaba seis meses en el Centro Médico, en Río Piedras, sin que nadie lo fuera a visitar ni tenía dónde ir.

“Esto es peligroso porque, si una persona con una enfermedad contagiosa no tiene acceso a la salud, puede ser un foco de infección. Por la ley EMTALA (Emergency Medical Treatment and Active Labor Act) los atienden en sala de emergencias y ya”, señaló.

Advirtió que la cantidad de dominicanos sin hogar en Puerto Rico ha aumentado considerablemente después del huracán María.

“Son personas que no existen para el sistema, pero están ahí. Sin embargo, el envío de dinero de inmigrantes del exterior es el tercer o cuarto renglón económico más importante en la República Dominicana, pero al gobierno (dominicano) no le importa nada el lado humano” de sus inmigrantes, manifestó.

Rodríguez urgió a que se establezca política pública en la isla que favorezca la disponibilidad de ayudas a dominicanos que no cualifican para asistencias gubernamentales.

Denunció que, a pesar de que el Municipio de San Juan había ordenado que no se les pidiera información sobre el estatus migratorio a las embarazadas en instalaciones de salud, hay hospitales que no respetan esa disposición. Señaló también que, tras el ciclón, muchos dominicanos no cualificaron para ayudas gubernamentales, a menos que tuvieran un hijo nacido en la isla.

“Le hago un llamado al gobernador a que defina cuál es su política pública con los inmigrantes”, dijo.

Piden más ayudas

Romelinda Grullón, directora del Centro de la Mujer Dominicana en Puerto Rico, aseguró que la población dominicana en la isla es mucho mayor de lo que revelan los censos, si se considera a las personas sin estatus migratorio definido.

“La mayoría están insertados en la construcción y no han arrancado después de (el huracán) María. Muchas que hacían trabajo doméstico perdieron su trabajo o porque sus patronos se fueron del país o porque se quedaron sin trabajo. Otras solo trabajan ahora a medio tiempo”, detalló.

Sobre la situación médica, lamentó que la mayoría no tenga un seguro de salud, pues deben tener más de cinco años de residencia para solicitar el plan del gobierno.

“Ahora están pidiendo afidávit (que diga) quién fue el que la (o lo) trajo (al país). Las leyes migratorias están cada vez más primitivas, y algunos beneficios han sido eliminados”, manifestó.

Aunque Grullón comentó que al ser Puerto Rico una jurisdicción de Estados Unidos está sujeto a seguir las políticas de ese país, abogó por que el gobierno local flexibilice los requisitos para el acceso a fondos con la intención de facilitar las ayudas.

Ana Marchena, presidenta del Comité Pro Pacientes Inmigrantes con Cáncer, deploró que la población dominicana sea marginada, censurada e invisible, particularmente por la cantidad de personas sin documentos que legalicen su estatus migratorio.

“Nos llegan cantidad de pacientes que, a pesar de tener cáncer o una enfermedad catastrófica, no tienen las herramientas (ni recursos ni plan médico) para enfrentar su condición”, expresó.

No fue posible conseguir declaraciones del cónsul de República Dominicana en Puerto Rico, Franklin Grullón. En el consulado, se informó que se encontraba fuera del país.

Fuente: EL NUEVO DIA

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