Propósitos presupuestales

Durante los meses de julio-septiembre de cada año la República Dominicana conforme la Ley Orgánica de Presupuesto Público No.423-06, a través de la Dirección General de Presupuesto se aboca a formular el Presupuesto General del Estado el cual es enviado al Consejo de Ministros en busca de su visto bueno para ser depositado posteriormente en el Congreso Nacional donde se conoce para su aprobación y  una vez promulgado por el Poder Ejecutivo se convierte en ley de gastos públicos.

Según el Articulo No. 1 de la señalada Ley el Sistema de Presupuesto es el conjunto de principios, normas, órganos y procesos regidos y utilizados en las etapas del ciclo presupuestario por los diferentes organismos del sector público.

La finalidad del Presupuesto General del Estado es la de que los recursos públicos se utilicen en forma eficaz y eficiente para cumplir con las políticas y objetivos del Estado.

El artículo No. 11 de dicha ley establece que los Principios y Normas Generales del presupuesto se reducen en: principio de universalidad, integridad, programación, unidad, sinceridad, periodicidad, especialidad cualitativa, especificación, claridad, transparencia y publicidad.

El articulo No. 12 expresa que los presupuestos de los organismos públicos deberán indicar las responsabilidades que le han sido asignadas en los planes de desarrollo nacional, la producción de bienes y servicios e incidencias en los resultados esperados de la política de desarrollo de corto, mediano y largo plazo.

El presupuesto Plurianual del Sector Público no financiero será elaborado por el Ministerio de Hacienda y deberá tener el marco financiero, los programas y proyectos prioritarios definidos en el Plan Nacional del Sector Publico, la distribución de los gastos, tendrá 4 años de duración y será aprobado por el Consejo de Ministros, este será utilizado como base para la formulación de los presupuestos anuales (Articulo No.13)

Los presupuestos de los organismos públicos detallarán los ingresos y gastos sin compensación.

Los presupuestos de ingresos comprenderán las entradas originadas en los impuestos, tasas, ventas de bienes y servicios, donaciones en efectivo o en especies, venta ocasional de activos físicos, y todo aquello que origine modificación cuantitativas y cualitativas en el patrimonio.

Los presupuestos de gastos comprenderán todas las transacciones económicas-financieras, gastos corrientes y de capital.

Las fuentes de financiamientos son las disminuciones de activos financieros, los desembolsos en efectivo o en especies de préstamos, los ingresos que generan la colocación de títulos de la deuda pública, el uso de saldos de caja y bancos de ejercicios anteriores.

Las aplicaciones financieras son todo incremento de activos financieros. Las amortizaciones de la deuda interna o externa y cualquier otra disminución de pasivos financieros.

Un Sistema Presupuestario tiene las siguientes etapas: 1) cálculo de los recursos que demandará el Plan de Gobierno, 2) Proyecto de ley y envío al Poder Legislativo, 3) Presupuesto Público Anual y 4) Ejecución y seguimiento del Plan de Gobierno.

El Sistema Presupuestal debe de ir acorde con el Sistema de Contabilidad Gubernamental a los fines de que las distintas transacciones presupuestales que se ejecuten se reflejen simultáneamente en los registros contables y en la formulación de los estados financieros de las distintas instituciones y por ende en la contabilidad del Gobierno Central.

El presupuesto público no obstante responder al programa de gobierno de un partido y del interés del Poder Ejecutivo no debe dejar a un lado las necesidades básicas de las distintas comunidades a los fines de que este sea lo más justo y equitativo posible. Las necesidades van surgiendo en la medida en que transcurre el tiempo.

Los organismos del Estado deben buscar equilibrio entre ingresos y gastos mirando con sumo cuidado que el crecimiento y el desarrollo económico de la entidad guarden relación con la disponibilidad de recursos.

Se debe tener presente que los ingresos y los gastos aprobados estén destinados a beneficiar a las clases sociales más necesitadas mediante la prestación de servicios públicos utilizando medios o recursos financieros públicos.

En cuanto al equilibrio del presupuesto, la escuela clásica habla de un equilibrio estático, mientras que la escuela contemporánea se refiere a la existencia y el manejo de un equilibrio dinámico.

Según la escuela clásica, el Estado debe en lo posible restringir su actividad a lo estrictamente necesario, mientras la escuela contemporánea plantea equilibrar el presupuesto en relación con la situación de la coyuntura económica por la cual está pasando una nación.

El equilibrio entre ingresos y gastos o equivalencia entre unos y otros solamente se establece cuando la economía se encuentra en relativa estabilidad. Mientras esto no suceda el presupuesto se ha de ejecutar en desequilibrio, bien sea con déficit o con superávit fiscal.

En períodos inflacionistas se desarrollará el presupuesto con superávit. El gobierno, a fin de restringir las disponibilidades o excesos monetarios de la economía y lograr la estabilidad, procederá a disminuir sus gastos y a incrementar los impuestos para sustraer de la circulación los excedentes de masa monetaria.

En períodos depresionistas el presupuesto se desarrollará con déficit, para lo cual se cubrirán los faltantes en la economía, principalmente con préstamos externos e internos o emisiones monetarias a fin de aumentar la capacidad de compra de la economía y lograr la recuperación. Este desequilibrio se obtiene aumentando los gastos o disminuyendo los impuestos o estimulando el crédito.

El déficit fiscal es el que se presenta cuando los ingresos corrientes de la nación son inferiores a los gastos. Para los liberales clásicos el déficit fiscal no era recomendable, pues siempre consideraron que los ingresos del Estado deberían ser suficientes para atender los gastos que exigía la atención adecuada de las necesidades de la colectividad.

El Estado contemporáneo recurre con mucha más frecuencia a la deuda pública para financiar un nivel de déficit fiscal que mantiene con carácter permanente. Hoy en día lo más importante no radica en evitar el déficit fiscal, sino en lograr el mecanismo para financiarlo (Hansen).

Ahora bien, lo anterior es en relación a las teorías y el pensamiento de las dos escuelas presupuestales existentes, pero el problema imperante en algunos Estados no es la simple aplicación de las técnicas, reglas, normas y principios presupuestales sino las aberraciones que a diario se desarrollan de parte de gobernantes inescrupulosos.

Los presupuestos públicos deben perseguir siempre el crecimiento y el desarrollo económico y social de una nación de lo contrario se quedará en simples poesías.

El hecho de que se den déficits de forma natural no obstante la buena aplicación de las reglas, normas y principios presupuestales no es el problema, la crítica está en que dichos déficits sean inducidos por gobernantes malos intencionados que se aprovechan de la buena fe o desconocimiento de toda una población que paga religiosamente sus tributos y estos gobernantes de mala voluntad sustraen las recaudaciones y demás recursos públicos para fines inconfesables, beneficios personales o políticos.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

 

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