PRM o la sinfonía política de la tercera edad

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Las personas adultas mayores debemos saludar la proclamación de esta nueva organización. El pasado fin de semana fue la escogencia de la directiva del PRM en el club Los Prados, lo que indiscutiblemente constituyó todo un culto al pasado y a la tercera edad. El poeta colombiano Vargas Vila dijo en un libro de política que: “Los tiempos han pasado, pero no han cambiado”. Esa frase perfectamente se puede emplear en este caso del PRM, ya que parece que las generaciones anteriores se han fosilizado y no permiten el desenvolvimiento dialéctico del quehacer político, que dé paso a nuevas caras, y por ende a nuevas generaciones. Realmente la selección de las personas que dirigirán los destinos del PRM conlleva a pensar que la sociedad dominicana está petrificada en el tiempo y el espacio, pues todos sus signos demuestran que no hay relevos generacionales en la política nuestra. Actores y actrices que han agotado gran parte de su vida en las lides partidarias y que con su selección hay que pensar que son inamovibles. Que no quepa dudas de que la directiva del PRM debe vocear a todo pulmón: “¡Senectud, Divino Tesoro!”. Esta dirección conformada por adultos y adultas mayores del recién nacido partido político no solo representa el pasado, sino que estarán también en las luchas presentes y futuras, ya que sus protagonistas han estado en todos los acontecimientos de la historia del país. La película Forrest Gump trata de un individuo que recorre todos los instantes de la vida norteamericana; sin temor a exageración, esta directiva del PRM se le puede señalar como los Forrest Gump de la política nacional, pues han estado en todas. La canción que puso en boga José José que dice en su lírica de que: “lo pasado, pasado”, no tiene cabida en el PRM, pues todo el que hizo nombre hace una retahíla de años atrás tiene abiertas las puertas de esa entidad. Indiscutiblemente que el pasado dirigirá el presente. Una señal de eso lo fue el hecho de que la actividad de esa organización partidaria se celebró en el Club Los Prados, que lo preside el ingeniero Johnny Marte, quien en el año 1978, lo vimos participar en un concurso de baile Hustle que se efectuó en ese mismo club. Pero en el año 2012 (casi 40 años después), vimos en la avenida Venezuela de la capital, al ingeniero Johnny Marte, vestido de traje negro, y con un tinte en la cabeza que aun así no dejaba de delatarlo como adulto mayor, tratando de dar lecciones de bailar Hustle, a un auditorio que su música preferida era la bachata y el dembow, y que ni por asomo saben lo que bailaba el presidente del club Los Prados. Otro que igualmente está en la directiva del combativo PRM es el ingeniero Rafael Suberví Bonilla (Fello), quien desde 1978 viene ocupando cargos en los gobiernos del PRD, como si no hubiera más perredeístas en esa organización merecedora de mejor suerte. De Fello los capitaleños tenemos los “agradables recuerdos” del croar de los macos de la fuente cibernética que se inauguró en el Malecón durante una de sus inacabables gestiones edilicias. En el solio directivo del PRM está Andrés Bautista, quien en su paso por la presidencia del Senado tiene en sus haberes el haber aprobado el Código de cientos de artículos y capítulos en menos de hora y media y en la repartición del barrilito con otro nombre. Una de las figuras excelsas de la dirección del PRM lo representa el doctor Hugo Tolentino Dipp, a quien ni el padre de la Patria se le salvó en sus disquisiciones teoréticas, y en uno de esos arranques de histeria intelectual del monsieur dijo en una ponencia de historia que Duarte cometió un error al proclamar la independencia de la República. Pero el anuncio hace varias semanas del nacimiento del PRM era que se haría una unidad sintética de lo nuevo y lo viejo, pero en la praxis ese enunciado está muy distante de la realidad pues lo pasado se hace presente para imponerse. Se pensaría que el licenciado Luis Abinader representa la novedad, empero enarbola un discurso hueco y vacío, que a legua deja ver solo una intención proselitista y en atiguedad. Abinader quiso, como buen politiquero que es, politizar el problema de la Chinkunguya, como si el mal fuera solo en nuestro país, y resulta que en estos momentos una cantidad de países transitan por las mismas dificultades que las nuestras. Para demostrar que el “plátano maduro sí llega a verde “, solo le falta a la proclamación del PRM en Los Prados, que la muestra de carnaval que se presentó en el acto fuera dirigida por integrantes de la época en que la doctora Milagros Ortíz Bosch dirigía la oficina de carnaval del Ayuntamiento del Distrito Nacional.

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