Privilegios y francachela de los diputados
En uno de los tabloides editados en la capital dominicana, fue dada a la publicidad la intención del Presidente de la Cámara de Diputados de que asignaciones otorgadas a sus miembros fueran transferidas al Poder Ejecutivo, y que las mismas fueran canalizadas en favor de los hospitales en el presupuesto del año 2015. Las sumas renunciadas son del orden de los RD$75 millones, y otra de RD$114 millones, que eran usadas para compra de juguetes para el Día de Reyes, y la Gestión Social (el barrilito), respectivamente. Dichos importes eran distribuidos en asignaciones individuales, manejadas a discreción, y sin fiscalización.El pueblo de la República Dominicana debe conocer, que a los miembros de dicho cuerpo legislativo, se les ha privilegiado con exoneraciones, viáticos y un jugoso sueldo, que muchos no lo justifican, pues faltan a su responsabilidad de asistir regularmente a las sesiones, y apena saben levantar la mano para apoyar la moción de otros, con el agravante de que han aprobado proyectos, sin leerlos; como el que favoreció a la Barry Gold. Pero las acciones aberrantes no quedan ahí. Conforme una notable periodista dominicana, los llamados representantes del pueblo, en el período comprendido de enero a septiembre, 2014 (sólo nueve meses), consumieron más de RD$43 millones, en comidas y bebidas exóticas. Esto no tiene calificativo. Porque mientras el erario público es dilapidado en francachelas, hay escuelas sin butacas, comedores escolares donde los niños tienen que sentarse en el piso, los hospitales sufren carencias; y existen hogares, en número apreciable, donde es posible, que por el fogón de su cocina pase una rana sin que se le queme una patita. Pero, la frustración es mayor, para aquellos que de alguna manera nos sentimos ser parte del discipulado del Profesor Juan Bosch; que vimos caer tantos jóvenes valiosos, y otros, llevados a guardar prisión en inmundas ergástulas, en la lucha por la democracia y el adecentamiento del Estado. Ver, como las garrapatas que él pensó habían muerto al limpiar al buey blanco, hoy, aparecen en las puntas y el cuerpo de la estrella amarilla, opacando el brillo de moralidad, que el ilustre Profesor le imprimió. Y que nadie apele a que son partidas amparadas en leyes, y/o disposiciones administrativas dispuestas por autoridades legalmente constituidas. Pues, aprendí en lecciones de derecho, que el espíritu de toda ley debe ser la justicia; y tales actos no se justifican, ni aun cuando todos los ciudadanos del país tuvieran garantizadas la satisfacción de todas sus necesidades. No quiero cerrar este artículo, sin dejar de resaltar la probidad del ciudadano Presidente de la Cámara de Diputados, señor Abel Martínez, quien, conforme la declaración, había renunciado a los irritantes privilegios, así como otros que se le habían otorgado en su calidad de presidente del organismo cameral, desde el 16 de agosto del 2010; acto que fue comunicado mediante cartas, al Presidente de entonces, Dr. Leonel Fernández, y al presente, señor Danilo Medina. El gesto del señor Martínez, es digno de ser imitado por todos esos funcionarios que disfrutan asignaciones semejantes. ¡Que nos ayude Dios!