Primicias constanceras
Tener la oportunidad de consultar el álbum Imágenes Constanceras, de Constancio Cassá y Teruki Waki, publicado recientemente por el Archivo General de la Nación, es lograr el privilegio de refrescarnos con la observación de unas 365 impresionantes fotografías que dan cuenta sobre la realidad vivida, durante los años 1909 y 2000, en una hermosa y productiva comunidad agrícola, ubicada en las escarpadas montañas de nuestra Cordillera Central.
Hacemos referencia a un interesante registro de retratos en donde se conjugan múltiples facetas históricas en torno a las edificaciones, familias, actividades productivas, vías de comunicación, instituciones públicas, empresas privadas, centros educativos, templos religiosos y recursos naturales del lozano y laborioso poblado de Constanza, entre otros interesantes aspectos sociodemográficos, económicos y culturales.
Es un aporte esencialmente visual gracias a la atinada decisión del japonés Teruki Waki, quien desde sus dos años de edad se ha compenetrado con los pobladores residentes en el alucinante valle constancero y a su asiduo visitante Constancio Cassá, quien durante el transcurso de sus 60 años de existencia ha convivido con sus habitantes y sus empinadas montañas, llegando a escribir cuatro libros que abarcan diferentes tópicos del hoy municipio vegano.
A manera de invitación a consultar la magnífica obra Imágenes Constanceras 1909-2000 y resaltar algunas de las primicias que proyecta su contenido, como curiosos ejemplos, tomemos en consideración las siguientes puntualizaciones.
Los primeros pobladores del Valle de Constanza fueron nuestros aborígenes y hay quienes sostienen que luego llegaron personas que buscaban apropiarse de sus riquezas naturales, tanto de los pastos como de los minerales.
La primera iglesia católica de Constanza fue descrita por el barón Enrique Eggers, en 1887, como “una ermita que es un bohío cubierto de paja, en la que el cura de Jarabacoa dice misa de cuando en cuando”, según la tradición oral y se encontraba ubicada en la acera norte de la actual calle Padre Fantino, a media cuadra de la calle Libertad.

El primer libanés que se radicó en Constanza fue Abraham Abud Canaán, alrededor de 1896, junto a su esposa Elena Isaac y varios hijos, entre ellos Antonio con cuatro años de edad, quien tiempo después se convirtió en un importante ganadero, pulpero y operador de recuas de mulos para el transporte de mercancías, además de propietario de una fábrica de ladrillos, de varios bohíos y de grandes terrenos agrícolas, llegando a ocupar, en 1924, el cargo de sindico del poblado.
Las primeras siembras de caña de azúcar en Constanza se registran a mediados de la década de los años treinta del Siglo XX funcionando para entonces trapiches con tecnología similar a la usada en el Siglo XVI consistente en dos mazos de madera movidos por fuerza muscular, extrayendo el guarapo que permitía la fabricación de raspaduras para comer, melao para endulzar y melaza para las vacas.
Los tres primeros autos en hacer presencia en el poblado de Constanza llegaron el 26 de agosto de 1939, luego de múltiples dificultades a consecuencia de las condiciones de la carretera de acceso.
El primer edificio de dos pisos, en concreto, levantado en Constanza fue inaugurado el 23 de marzo de 1947, por iniciativa de su propietario Marún J. Tactuk, dando origen a un estribillo que se popularizó en el pueblo, asegurando que “ya Constanza tiene lo que no tenía, una casa de alto y de mampostería”, ubicada en la intercepción de las actuales calles Matilde Viñas y Miguel Andrés Abreu.
La primera escuela con subvención municipal abrió sus puertas en 1905, bajo la dirección de Nervisa Cabral, concretizándose la primera iniciativa privada en la educación con la apertura del liceo secundario Radhamés Trujillo, el 24 de septiembre de 1954, teniendo como director al profesor José Antonio Guzmán Fabian,
El primer casino en Constanza bajo la denominación de Casino Generalísimo, el primer hotel de la zona, el Brisa del Valle, fundado por Francisco Javier Collado Filián y su esposa Emilia Gratereaux Matías, la primera carretera, cuyo trayecto iniciaba en Jarabacoa, fue inaugurado el 23 de marzo de 1947.
La primera planta eléctrica en Constanza fue instalada el 24 de octubre de 1947.
Pedro Antonio Céspedes Rodríguez ha sido considerado como el primer profesional médico con residencia permanente en Constanza, llegando al poblado el 5 de agosto de 1943 y a partir del 24 de octubre de 1949, dirigió el primer centro de maternidad inaugurado en la mencionada demarcación cibaeña.
El primer aeródromo de Constanza fue en 1952.
El primer hospital al servicio de los constanceros fue puesto en funcionamiento el 24 de octubre de 1953 con el nombre de Ramfis Rafael Trujillo Ricard, mientras que la primera farmacia en prestar servicio comunitario fue propiedad de Marún J. Tactuk Fadul, iniciando sus actividades comerciales a partir del 5 de diciembre de 1952, bajo la administración de la farmacéutica Luz del Carmen Gómez Matías.
El primer hotel de Constanza denominado Nueva Suiza fue aperturado el 19 de junio de 1954, el mismo día en que se produjera la inauguracion del puente sobre el rio Constanza y el monumento en honor a Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El primer grupo de colonos agrícolas españoles llegó a Constanza el 6 de mayo de 1955, en el trasatlántico España, embarcación que terminara adquirida por el gobernante dominicano y que había arribado al puerto de Ciudad Trujillo, el 7 de enero de referido año, transportando 764 inmigrantes.
La primera emisora de radio de Constanza fue fundada por Eddy Miguel Ángel Tactuk Concepción, junto a su hermano Rafael Marún (Ramfis), el 27 de febrero de 1964, llevando como nombre Radio Constanza.
La primera locutora de Constanza, en la empresa radiofónica con ese mismo nombre, se conoce como Nancy Quezada Ortiz, quien laboró en otras estaciones de radio y televisión en Santo Domingo, capital dominicana.
El primer estudio fotográfico que funcionó en Constanza fue instalado por Andrés Abelardo Rodríguez en 1954 y estuvo ubicado en la calle Luperón, dejando como triste recuerdo el hecho de que todos los negativos de las fotos tomadas por el mencionado artista del lente se extraviaron y únicamente, en el Archivo General de la Nación, existen unas pocas, correspondientes a las elecciones presidenciales del 16 mayo de 1957.
El primero en introducir el llamado Ajo Blanco de gran tamaño y olor en Constanza fue Manuel Alcides (Yango) Peguero Durán, llegando a ser el de mayor cultivo durante las décadas de los años de 1960 y 1970, a consecuencia tres cabezas de ajo que le fueron enviadas de regalo al referido productor agrícola.
El primer invernadero construido en Constanza con el propósito de ser utilizado para, en su interior, enraizar esquejes de claveles, funcionó en el patio de la casa de Choko Waki, en la década de los años 60 del siglo pasado, en la denominada Colonia Japonesa.
jpm-am
Excelente información