Por una justicia independiente y justa

Por MARINO MEJIA  WILMA TAMAYO

Desde hace un buen tiempo el Consejo Nacional de la Magistratura que controla el partido de gobierno (P.L.D.) y preside el Lic. Danilo Medina Sánchez  viene dando muestras inequívocas de que sus intenciones tienen por objetivo conformar una Suprema Corte de Justicia que, sobre todo, se mantenga en sintonía con los designios reeleccionistas y todo lo que ello implica en materia económica, social y política. La escogencia de Luis Henry Molina como presidente de la Suprema Corte de Justicia, es una muestra más de que el partido de gobierno ha establecido “Su Suprema Corte de Justicia” así como Danilo Medina nombro “Su Congreso”.

El Consejo Nacional de la Magistratura fue creado por  la modificación de la constitución de 1994 y sus funciones se las asigno la Ley orgánica # 38-11 del 21 de julio del 2011. La composición del organismo encargado de evaluar y seleccionar los jueces de las altas cortes deja meridianamente claro que el pueblo dominicano esta en medio de una encrucijada difícil, aunque no imposible, de evadir  y salir airoso. El solo hecho de que de los ocho miembros que integran el Consejo Nacional de la Magistratura 6 responden a lo que el señor presidente llama “MI JUSTUCIA” deja bien clarito “hacia donde nos podrían llevar  estos caminos”.

Basta con tirar una ojeada panorámica a lo acontecido con la Magistrada Miriam German Brito y protagonizado por el títere Procurador Jean Alain Rodríguez Sánchez  y la indiferencia cómplice del titiritero Danilo Medina para darnos cuenta que violar los reglamentos del CNM, atropellar burda y cobardemente a una jueza que siempre ha caminado de cara al sol y erguida la frente al momento de impartir justicia, es un indicador categórico de que en ese organismo faltan escrúpulos y sentido ético pero que predomina un afán furioso para que la corrupción y la impunidad prosigan su agitado curso .

En otras palabras, las altas instancias del actual gobierno dominicano con el Presidente de la Republica Dominicana a la cabeza quieren, a como dé lugar, que el organismo diseñado por Danilo Medina sea el instrumento “legal” que genere el blindaje a los actuales mandantes a través de  una pésima escogencia de los integrantes de las cortes y muy especialmente de la Suprema Corte de Justicia, que sería la que se encargaría de ventilar los actos delictivos de la gran mayoría de los bandidos que nos desgobiernan.

No es necesario ser de inteligencia excepcional para entender que la justicia es parte esencial del sistema democrático por cuanto sobre sus hombros descansan responsabilidades vitales como son las de resolver conflictos de las más diversas gamas con las herramientas que proporciona el sentido ético, el empleo del buen derecho, el respeto a la plataforma jurídica del país pero, sobre todo, tener una actuación en el marco estricto de los valores humanos sin distinción de raza, religión, edad o condiciones sociales de las personas envueltas en el conflicto de que se trate.

Todo lo indicado párrafo arriba nos pone en advertencia de lo delicado del momento político que vive nuestro país debido, fundamentalmente, a existencia y actuación de una justicia endeble y vulgarmente manipulada por el Poder Ejecutivo y eso no puede seguir así.

La justicia debe de ser independiente y justa para el desarrollo de cualquier país y de esto no está exenta la Republica Dominicana. Ese mentado crecimiento y desarrollo que promueve el Presidente Medina es inexistente y no es lograble con el sistema de justicia corrompido que el coordina desde su despacho. El país no podrá ver luz hasta que no existan jueces que custodien las leyes y dicten sentencias firmes independientemente de quien este sentado en el banquillo de los acusados.

Ahora bien, ¿Qué recursos le queda al pueblo dominicano junto a la oposición política y todas las fuerzas progresistas para impedir que Danilo Medina, el Partido de la Liberación Dominicana; un grupito de empresarios ambiciosos y las consabidas bocinas se salgan con las suyas? Pues,  sencillamente movilizar todo el pueblo dominicano junto a todas las fuerzas organizadas y conscientes de lo delicado de la actual situación de nuestro país al tiempo que hacer llegar a todas las instancias nacionales e internacionales las serias amenazas que se ciernen sobre la débil democracia de la Republica Dominicana.

No cabe la menor duda que negros nubarrones transitan por los cielos de Quisqueya dibujando en todo el firmamento dominicano trazos visibles de una dictadura con ropaje de democracia que desde ya debemos frenar aunque tengamos que aportar cruentos e incruentos sacrificios como los ha hecho el pueblo y nación dominicanos en otras épocas conquistando grandes reivindicaciones político/sociales y fortaleciendo los valores democráticos que, precisamente están en serio peligro en los actuales momentos.

No hay que pensarlo dos veces, el dilema es único:

O nos unimos  o nos hundimos.

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