Por el valle de la venganza de patrioteros eternos

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EL AUTOR es comunicador. Reside en Cotuí.

Sin libertad no puedo escribir. Que no les quede duda, y me arrancaré tu amor que duele, como un zorro cogido en una trampa se amputa consiente el miembro preso. Y me iré por el mundo sangrando; pero libre.

He compartido con una señora muy distinguida y culta de San Cristóbal, dominicana que ahora vive en Boston. Hemos comunicado algunas ideas. Muchas de ellas afines. Vivió por años en Venezuela la tierra de Bolívar, Arturo Uslar Pietri, el autor de Tierra venezolana; de Rómulo Gallegos, aquel hombre que escribía deforme en la época de su Doña Bárbara.

Pues muy bien, mirando el Guadalquivir de Diego Casa Cazorla por esa belleza inmortal llamada Córdoba, vuelo a la época del siglo antes-pasado para compartir lo que hoy día vivimos y que ya venía bullendo desde tiempos antiguos.

A Don Arturo Uslar Pietri lo conocí en esta capital dominicana. Lo escuché en una conferencia en Palacio Nacional sobre nuestras raíces, nuestras luchas, nuestra identidad tropical. Estuve en esos días con Hilarión Cardoso un líder sindical de aquella época que visitaba con frecuencia la tierra de Duarte, Sánchez, Mella y todos nosotros.

Otros escritores venezolanos me llamaron la atención en mis años de estudiante. Para mí era imposible entenderlos en aquella época que éramos como las ostras del mar. Sólo oteábamos para adentro. Hay un escritor que me sacó casi los ojos.  Estos me recuerdan mucho lo que vive nuestro país. Dominicanos con corazones suizos que no quieren admitir lo que somos.

En Ídolos rotos de Manuel Díaz Rodríguez aquel escritor venezolano no hay sino triste mezquindad de corazón, egolatría vesánica y la más elocuente expresión del egoísmo. Me di cuenta de que Alberto Soria no vivió sino para él, no pensó sino en él, no tuvo más amados ideales que sus ideales artísticos, ni quiso más gloria que la suya.

Cuando sus compañeros de camino se reunían en el taller del escultor, para concertar los medios de trabajar con éxito por la regeneración moral de la República, su personaje de Alberto Soria ofrece con la mayor formalidad, sin prescindir de su yo impertinente, dar conferencias sobre arte. Cuando sus camaradas de camino se convencen de que semejante obra tiene forzosamente que ser larga, pacienzuda y dolorosa para alcanzar el triunfo, Soria asienta que lo mejor es emigrar, porque «aquí no florecen ideales artísticos», y porque si él abriga en el santuario de su alma un ideal absorbente de esa especie, «debe salvarlo y salvarse con la huida». Cuando ve su Patria vituperada, todas las estatuas profanadas, Alberto Soria en vez de defender la grandeza de la República se desborda en vituperios contra Venezuela, porque renegar de ella es tanto como vituperarla: «Alfonso tenía razón cuando me dijo que me fuera. Yéndome entonces, cuando él me lo dijo, me hubiera llevado quizás algo intacto, me hubiera llevado quizás casi entero el bueno amor de la tierruca. Alfonso tenía razón: nadie tiene derecho a sacrificar su ideal. El supremo deber de un artista es poner en salvo su ideal de belleza. Y yo nunca, nunca realizaré mi ideal en mi país.

Nunca, nunca podré vivir mi ideal en mi Patria. ¡Mi patria! ¡Mi país! ¿Acaso es ésta mi patria? ¿Acaso es éste mi país?» Y cuándo, por último, termina tan violento cuanto injusto y extravasado desahogo, Alberto Soria escribe dentro de su propio corazón esta palabra innoble, «irrevocable y fatídica», que es la reproducción exacta de su egoísmo sórdido y de su ruin vanidad desatentada: Finís Patria. ¡Como si la Patria fuese moralmente responsable de la barbarie de las revoluciones, de la embriaguez de los caudillos en el día de la victoria, de los satánicos odios populares y de los desafueros cometidos por la soldadesca impura, desenfrenada e inconsciente! ¡Como si la Patria no fuese algo sublime que resplandece como un sol muy por encima de todas las infamias de los hombres, de la furia implacable e indecorosa de las sectas, del espíritu siniestro y arrasador de las venganzas partidarias! ¡Como si la patria no tuviese derechos a demandar, precisamente de los intelectuales, de los sedicientes abanderados del bien, de los propagadores de la luz, de los que llevan en los libros la vos del ideal, siquiera una migaja de resistentes fortaleza, un poco de energía, una chispa de grandes de alma y de carácter, contra la barbarie y en beneficio de su civilización! Este escritor en vez de ser un francotirador de la unidad fue un azaroso de la desunión.

Para este satírico escritor en Venezuela para su época todo estaba podrido, nada servía, cursi, demasiado irrisorio, asaz infame, asqueroso y canallesco. Todo el mundo es despreciable, profundamente despreciable en la más baja de todas las raleas. La política es una infamia ascosa, la literatura una solemne porquería, la sociedad una inmoralidad perene, las costumbres una eterna barbarie y salvajez, la historia una mentira, lo que se piensa un disparate continuado y lo que se dice una vulgaridad sin interrupción posible.

Para los Alberto Soria de nuestra época, existe arraigada la creencia de que en Paris, todo es bueno, todo hermoso, todo aristocrático, todo arcádico y sublime, todo como fresco pan candeal por su blancura, y que allá no se conocen las intrigas, ni la calumnia muerde a nadie, ni en la sociedad hay impureza, ni la política puede compararse con algo que no sea el ampo inmaculado de la nieve, ni los artistas como Soria tienen que tropezar a cada paso con la indiferencia pública, ni mucho menos con la envidia sangrienta de los émulos de la horrorosa lucha por la gloria y por la vida.

Para este escritor Caracas no tenía aptitudes todavía para ser como las grandes capitales europeas en punto a cultura intelectual, y que, si en la Grecia antigua aquella su civilización fecunda llegó a alcanzar el apogeo del esplendor maravilloso de la gloria, ello no fue sino después de muchas guerras encarnizadas y sangrientas, de distintos estados sociales inseguros por su anomalía y rudeza, y de largos y complicados períodos históricos.

Ídolos rotos de Díaz Rodríguez es una novela que se convirtió en una mentada de madre a Venezuela y también un retrato fiel de lo que en su mayoría es la intelectualidad de nuestra América. Todos quieren largarse de sus países en vez de luchar por la libertad de sus propios pueblos.

Soria con todas sus pretensiones pedantescas, tiene menos valor moral e intelectual que Emazábel, cuando éste aconseja a sus amigos: «De ningún modo sigamos como hasta ahora: el escritor escribiendo su libro, el escultor esculpiendo su estatua, el estudioso hundiendo en sus meditaciones y problemas, encerrados todos en un individualismo salvaje, cada cual, sobre su propio surco, sin importársele nada del vecino.» Ídolos rotos, es una novela triste, profundamente triste, y, además, árida como un campo rojizo y salpicado de vegetación raquítica. La poesía no la alegra con la divina belleza de sus flores; en sus páginas se siente mucho anhelo de agua y de frescura; las flores no se ven son flores lívidas de odio, de orgullo y vanidad, para expresarse con esa rara antítesis que usan con frecuencia otros escritores refiriéndose a esta mentada de madre.

¿Te gusta viajar a Suiza; a Ámsterdam; a Nueva York; ¿a París, porque tu tierra es una porquería o a Haití el país vecino que hay tantas oportunidades?

Vuelvo a recordar aquel pensamiento que he escrito en otras ocasiones en este apretado resumen, para que lo tengamos siempre presente: El Patriotismo, aparta al Hombre de la Humanidad, y lo recluye en la Patria; lo aísla en ella, y  asilándole, lo hace egoísta y feroz; lo contagia del furor del rebaño; ese ser así mutilado de la Humanidad, deja de ser un Hombre, y se hace ese animal político llamado: un patriotero; el más feroz de todos los animales… poned en un patriota un espíritu religioso, y apartados de e él; habéis tropezado con la bestia más peligrosa de la Creación.

Quiera el cielo que sean pocos los que continúen vueltos de espaldas a la patria.

JPM

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Maria Belen Chacon
Maria Belen Chacon
3 Años hace

Me fascino esa sutil dicotomia, entrelaza los conceptos con sutileza y hace de la prosa un ´poema completo. Lecturas como esta diafanizan el trafago cotidiano y endulzan los asperos caminos que hemos de recorrer los que vivimos alejados de patrio solar. Un abrazo, desde lejos y desde aqui.

Última edición 3 Años hace by Maria Belen Chacon
Jose Perez
3 Años hace

Sobre esa generacion de escritores venezolanos que usted describe, sus padres se llevaron toda la fortuna del petroleo venezolano hacia Europa, y alli vivian dandose la vida de buenos burgueses, y maldiciendo aquella «barbarie» que entendian era su odiada patria aunque para ello saborearan las mieles del poder. En su escribir representan esa dualidad, odia hacia la patria, y amor al statu social europeo.

Última edición 3 Años hace by JOHNNY WEBSTER
julio fernandez
julio fernandez
Responder a  Jose Perez
3 Años hace

dile directamente su verdad, este hombre es dominicano por accidentes patriotismo es por la patria de su padre,CUBA,PERO LA CUBA DE BATISTA,DONDE EL QUE TENIA DOS PESOS,TENIA HASTA ESCLAVOS,y el anhela vivir ese tiempo.

Recalcitrante
Recalcitrante
Responder a  julio fernandez
3 Años hace

1.La Cuba precastrista no se limita a los agnos de Batista. Hubo tambien, y cuànto! los agnos de Grau San Martin y Prios Socarras (1944-1948 y 1948-1952) que, en su discurso «La Historia me absolverà», el propio Fidel los califica de agnos de democracia. En ese entonces la Isla ocupaba el 3er lugar en América Latina en términos de ingreso per càpita.

Recalcitrante
Recalcitrante
Responder a  julio fernandez
3 Años hace

2. Cuànto les hubiere gustado, a los millones de cubanos que solo suegnan con emigrar, haber vivido en esa Cuba prospera aunque imperfecta, donde se podia protestar y votar, que la propaganda castrista y sus bocinas presentan como un infierno terrenal!

ASURBANIPAL
ASURBANIPAL
3 Años hace

El autor es un romantico pero carece de conocimiento cientifico no distingue patriotismo de nacionalismo.
Nacionalismo es amor a mi nacion por encima de las otras.
Patriotismo:en antropologia evolutiva mi supervivencia depende de la seleccion de mi grupo si tu grupo desaparece tu desapareces en las naciones muchos de sus miembros tienen un alto grado de patriotismo»amor al bien comun de tu grupo»con cualidades de fidelidad obediencia, valor,simpa