Las buenas conductas y el buen hacer se premian. Y de igual manera, los malos comportamientos, las ejecutorias negativas y las Malas acciones se aborrecen, se escarmientan y se castigan.

En sentido general, esto se aplica en la educación hogareña, en los grupos sociales, en las organizaciones y hasta en la política. Y quizás es en la política donde más se necesita la aplicación de este modelo premio-castigo por sus repercusiones en toda la sociedad y en el rumbo del destino de la nación.

De modo que, así como no es factible incentivar la mala conducta recompensando las acciones dañinas y perjudiciales, tampoco es válido o procedente premiar a un partido y un presidente que andan dándonos todo tipo de golpes. Golpes en nuestros bolsillos a través de una inflación galopante, y agravada por el mal accionar de un gobierno inoperante que dijo tener un plan para hacer frente a los principales problemas de la nación, pero que en efecto todo se trató de un simple cliché electoralista.

Golpes en nuestra seguridad familiar, personal y social a través de una delincuencia incontrolable que sobrepasa a nuestras autoridades, las cuales no encuentran respuestas para frenarla ni tampoco tienen la voluntad ni la visión política para hacerlo. Ya en lo que va de gobierno han improvisados múltiples planes de combate a la delincuencia sin que ninguno de ellos haya sido efectivo hasta la fecha.

Pero la conducta humana racional rechaza, naturalmente, el sufrimiento provocado por los golpes o la humillación, excepto aquellos que tienen vocación suicida o tendencia hacia el masoquismo. Y el pueblo dominicano ha dado sobradas muestras de inteligencia y de querer buscar lo mejor para sí, como para seguir prefiriendo políticamente a quienes actúan como sus verdugos e indiferentes ante el sufrimiento que padecen. .

Azotadores que parecen gozar repartiendo leñazos, guantazos, latigazos y patadas sobre el cuerpo de un pueblo que ya no aguanta que lo martiricen más, por lo cual ya se está preparando para devolver el golpazo, y en primera vuelta, contra el Partido Revolucionario Moderno, PRM, y su gobierno de ineptos, elitistas y excluyentes.

Y aquí caemos dentro del significado y la reflexión del título que encabeza este artículo: ¿Qué es lo que realmente se pretende reelegir? ¿Vamos a reelegir a la deficiencia e improvisación del gobierno, a las insensibles élites empresariales de Abinader, a la «popicracia» que encabeza este gobierno, o el figureo sarcástico e irresponsable de Hipólito?

¿Vamos a reelegir la falta de planificación gubernamental, los desastres y abandonos en las ejecuciones de obras de interés social de cara al futuro de nuestra juventud?  ¿Vamos a continuar con el fracaso de programas de interés, como el de inglés por inmersión, y la ausencia de una verdadera visión de hacia dónde debemos conducir o elevar el sistema educativo de nuestro país? ¿O acaso vamos a reelegir las bocinas prepagadas que este gobierno paga con los recursos del estado para crear narrativas falsas sobre la verdadera realidad que vive el país?

El gobierno del PRM, presa de la impotencia, la desesperación y la frustración, busca refugio en la construcción de narrativas aspaventosas de fortalezas a base del uso dispendioso de los recursos del Estado, mientras los enfermos mueren en los hospitales por la falta de medicamentos.

La participación activa de connotados funcionarios públicos en la reeleccion de Abinader, muestra desvergonzadamente y a la clara de donde provienen los recursos que se están empleando para sostener el sueño de la reelección que se les desvanece entre las manos.

Dudamos que el pueblo elija de nuevo los maltratos y las humillaciones, sobre todo, porque ya cuenta con el instrumento político de la esperanza verde como un escudo contra los golpes y como un medio para realizar sus sueños de un mejor porvenir para cada uno y todos los dominicanos sin exclusion por razones de color o abolengo social.

Vistas así las cosas en sus justas perspectivas, en vez de reelegir la actual tragedia nacional que sufrimos todos los dominicanos, excepto el grupito de popis en el poder, vamos a elegir la experiencia probada, la innovación garantizada, y la conducción sabia y certera con que el próximo presidente de la República, el doctor Leonel Fernández sabe conducir la nave de la nación.

JPM-AM

Virus de antaño, que castigaron severamente a habitantes planetarios, han estado en resurgimiento y nacen otros nuevos, denominados emergentes -el mundo tiene catarro, con un derrame de moco-, especialmente en los países pobres y en la población negra, que devienen en calamidades sanitarias y en crisis humanitarias y económicas.

En tiempos de las bisabuelas, las antiguas abuelas y tías, se propagaban la malaria, la viruela, el cólera, el tétano, el sarampión, el tifus, las paperas y la rubeola, y hoy en República Dominicana pululan, además de las primeras cuatro, el covid-19, el VIH-Sida, la difteria, el dengue, la leptospirosis y la influenza o infecciones respiratorias agudas transmisibles.

En las últimas décadas en la esfera global fatigan, encorvan y lastiman el lomo -por la fiebre, la tos y la insuficiencia orgánica- la chicungunya, el ébola, el Marburgo, el Naip y el Sars; las fiebres del Valle del Rift y Lassa; el ántrax y las gripes Aviar y porcina -la mayoría originada en Asia y Africa- brotan por las embestidas económicas, y por ensayos bacteriológicos, que escapan del control de los experimentadores.

Además de las patologías precitadas, actualmente en la República Dominicana está mandando a las emergencias, a las consultas y a habitaciones clínicas -otros se arriesgan con tratamientos ambulatorios-, el virus sincitial respiratorio, que provoca dolores de garganta, asma, rinitis, bronquitis y neumonía, agravado por las inundaciones de las lluvias y el polvo de Sahara.

Las enfermedades infecciosas emergentes mundiales son de alta mortalidad, y una parte no cuenta con medicamentos específicos y eficaces para su tratamiento, y a veces se resisten a los fármacos, por lo que podrían poner en peligro la sobrevivencia humana.

Los agentes causantes de estas epidemias y pandemias de elevada incidencia son cuadrúpedos e invertebrados, como gatos, perros, ratones, monos, murciélagos y mosquitos; la manipulación de tejidos de animales, la contaminación con sangre, los viajes, el uso de drogas por vía intravenenosa y el hacinamiento.

Estas infecciones bacterianas y virícas, que se reflejan en fiebre y dolores de cabeza, en los músculos y las articulaciones y otras sintomatologías, provienen del medio ambiente, los insectos-animales y los malos hábitos de las personas,

especialmente en aquellas naciones donde abundan la pobreza, la arrabalización, la falta de higiene y la ignorancia, y donde menos se cumplen las leyes sanitarias que abren brechas para probar nuevos fármacos.

Las enfermedades engendradas por el cambio climático, consecuencia de los factores preindicados, se propagan rápidamente por los viajes y las emigraciones constantes en este universo globalizado, que se caracteriza por el crecimiento desordenado, la concentración de riquezas y las injusticias.

Los virólogos, infectólogos, epidemiólogos y otros especialistas bregan frente a virus y bacterias que no tienen tratamientos o se tornan resistentes a los medicamentos, y ante sistemas de salud que colapsan, como ocurrió en la República Dominicana en el 2014 con el chikungunya, una nueva epidemia transmitida por un mosquito que cuneteó por el territorio dominicano, martillando a más de un millón de personas.

Los virus, que en la tierra son más que las estrellas del universo, se tornan dilemáticos, porque operan en un cruce de dos polos: uno positivo y otro negativo. Representan una amenaza para la humanidad, y a la vez una esperanza, como aliados de la medicina. Son útiles para las vacunas o fármacos, eliminan bacterias y protegen las plantas.

¿Cómo observar los cuidados preventivos?

Para evitar desenlaces fatales por la presencia de tantos virus negativos, tenemos que correr hacia los centros médicos ante ciertas sintomatologías, y abrazarnos a la farmacopea o apuntalamiento boticario/recetario:

1.- Fortalecer el sistema inmunológico, con buena alimentación y vitaminas, para disminuir la posibilidad de que baje la defensa.

2.- No tomar medicamentos por imaginación, no disparatear ni inventar.

3.- Tomar mucha agua.

4.- Observar la higiene, como lavarse las manos constantemente, con alcohol o jabón.

5.- Evitar la presencia en espacios cerrados o en lugares de conglomerados.

6.- Rehuir al contacto físico.

7.- Hacer ejercicio y tomar el sol para la vitamina D.

8.- Descansar y dormir bien.

9.- No acumular agua en recipientes.

10.- Eliminar criaderos, botar las vasijas destartaladas, limpiar patios y ranchos.

 

Estos consejos buscan salvar vidas. ¿Prefiere usted acogerlos?

 oscarlr1952@gmai.com

jpm-am