Las improvisadas, masivas y violentas deportaciones en Venezuela de colombianos por parte del autoritario régimen de Nicolás Maduro, son una violación flagrante a los derechos humanos, y una humillante bofetada al pueblo y al gobierno colombianos.
Las imágenes de centenares de colombianos cargando sus escasas pertenencias, cruzando precariamente el rio Táchira, y la destrucción implacable de sus viviendas, es algo que revela el poco respeto que ese régimen de oprobios siente por los seres humanos, y lo que es capaz de llevar a cabo con tal de preservar sus intereses políticos y económicos. Ahí no valen derechos ni dignidad humana, pues lo que importa es ejecutar la agenda oculta del chavismo prepotente.
Lo sorprendente es que los organismos internacionales que han estado muy al día vigilando y denunciando imprudentemente de violación de derechos humanos a la República Dominicana, porque esta nación está tratando de una forma civilizada y bajo el manto legal y soberano de la constitución, poner orden en el área de inmigración, en este caso alarmante de violación infame de derechos humanos, estos han guardado bochornoso silencio.
Si algo semejante a esta crisis humanitaria creada de manera violenta e improvisada por el dictador venezolano, hubiera ocurrido en la Republica Dominicana, pobre de nosotros, pues esos organismos nos hubieran caído como una plaga inmisericorde, atacándonos y denunciándonos como racistas y discriminadores, disque porque los haitianos son de raza negra, y por cuya razón supuestamente, es que no los queremos.
Aunque maduro alega que las violentas deportaciones se producen por un ataque de presuntos contrabandistas que había dejado tres uniformados y un civil heridos, y la supuesta presencia de grupos paramilitares colombianos, la verdadera razón, según analistas, es la extradición a Estados Unidos, por parte del gobierno de Santos, de dos narco traficantes pertenecientes al cartel de los soles, el que supuestamente es dirigido por Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional venezolana.
El gobierno de Santos decidió recientemente entregar a la justicia norteamericana a los presuntos delincuentes colombianos Gersaín Viáfara Mina, alias Eliseo y el “empresario” Oscar Hernando Giraldo Gómez, quienes son supuestamente integrantes del llamado cartel de los soles, los que podrían aportar valiosa información que comprometería seriamente a la cúpula chavista con el crimen organizado.
Segun los mismos analistas, las extradiciones, aprobadas por el presidente Juan Manuel Santos pese a las intensas presiones ejercidas por el régimen de Caracas, podrían acelerar los casos que llevan adelante las autoridades estadounidenses sobre las actividades del cartel de drogas venezolano, presuntamente operado por militares de alto rango y por dirigentes claves del chavismo.
Otras versiones también achacan esas acciones represivas de Maduro, a la protección que quieren brindarles a los narcos venezolanos, en contra de los capos colombianos, es decir que estas acciones son, en todo caso, como especie de una oscura cortina de humo, para desviar la atención.
Con unos precios del petróleo en caída libre, amenazando con bajar a menos de 40 dólares el barril y la popularidad de Maduro rosando solo el 30%, y una opinión pública descontenta y consciente de la implicación del régimen en una gigantesca corrupción y su poco disimulada complicidad con el crimen organizado, a esa tiranía no le queda mas remedio que maniobrar usando constantemente su estrategia de mentiras continuas y tergiversación de la realidad para ir ganando tiempo.
De ahí que iniciaran esta acción violenta y criminal contra los colombianos usando sus perversas tácticas de confundir, las que siempre ha utilizado para justificar su extensa cadena de violaciones y crímenes.
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