Turistas son potenciales compradores de artesanía
En el presente contexto histórico, de economías abiertas, de globalización, es preciso que las instituciones públicas y privadas se aboquen a fomentar iniciativas novedosas y funcionales que tiendan a contribuir con la creación de fuentes de empleos y de ingreso de divisas al país.
El fomento adecuado de la actividad artesanal es una vía adecuada para conseguir esos propósitos.
Por si usted no lo sabía, el mercado de las artesanías en la República Dominicana anualmente desarrolla un comportamiento comercial por el orden de los 4 mil 186.6 millones de dólares que lo define como un importante renglón económico, que tiene su mayor mercado dentro del sector turístico, el cual atrae anualmente más de 5 millones de visitantes al territorio nacional y que dentro de poco llegarían a 10 millones, tal cual se lo ha propuesto el Presidente Danilo Medina.
Además, existe un elevado proceso de exportación de obras artesanales hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Barbados.
Datos aportados por el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana revelan que las exportaciones de artesanías han registrado un repunte significativo, al punto que solo en el año 2013, el mismo registro un crecimiento de un 23.0% con respecto al 2012, desempeño este que significa más de 4 mil millones de dólares (US$$4,186.6 millones).
Agrega el CEI-RD que esos datos conforman la suma de las exportaciones de larimar, con un total de US$177.3 millones; las del barro, que ascienden a US$445.7 millones, y las que integran en su componente madera, que arrojan un monto de US$ 3,563.6 millones.
Ese gran potencial que exhibe la artesanía en el país se equipara a volumen de recursos aportados a la nación cada año por los sectores turismo y zonas francas. Los ingresos provenientes del turismo en los últimos anos promedian los US$6,000,000,000.00 anuales y los de zonas francas superan los US$5,000,000,000.00.
Sin embargo, entre el 60% y 70% de las artesanías que se encuentra en las tiendas provienen de exportaciones que se realizan desde varios países, por lo que aproximadamente 3 mil 217 millones de dólares de los comercializados anualmente no son el resultado de una producción nacional, sino foránea, lo que ha de ser cambiado con el impulso de políticas a favor de la producción en serie de obras artesanales locales, el fomento de clústeres, la protección de la denominación de origen, las certificaciones de las obras y la aprobación en el Congreso Nacional de la Ley de Fomento, Desarrollo y Competitividad de la Artesanía Nacional.
Además, con la actualización de un registro y operación de los artesanos nacionales, la organización del Concurso Nacional de calidad artesanal con la finalidad de impulsar la adopción de mejores niveles de calidad, innovación y diseños en la producción artesanal, que permitan desarrollar una cultura de competitividad entre los artesanos dominicanos, y la organización de ferias artesanales para dar a conocer los productos artesanales dominicanos estaríamos contribuyendo enormemente al bienestar del sector.
Así mismo -insistimos- en que, inequívocamente, a los fines de garantizar el fomento, desarrollo y competitividad de la artesanía se ha necesario e impostergable la obligación de certificar los productos artesanales e imponer sanciones en los casos en que se comercialice el producto artesanal sin la debida certificación, así como que se erradique y prohíba la venta de artesanía engañosa.
Es preciso, también, seleccionar los artículos con mejores cualidades estéticas y mayor demanda, para ser incluidos en el catálogo y en la producción nacional masiva, garantiza de antemano una aceptación y distribución en los mercados locales e internacionales.
Solamente el mercado interno actual de las ventas de obras artesanales (que no incluye el informal por carecerse de estadísticas) mueve cerca de 192 mil millones de pesos al año, como se indicó anteriormente.
Si a ello adicionamos un flujo de exportación masiva (que inicialmente podría estar por el orden de los US1,230 millones anuales) estaríamos frente a una novedosa fuente de producción que, por demás, prácticamente no requiere la importación de materias primas.
Cálculos y proyecciones conservadoras estiman, por la comercialización de los artículos producidos, un movimiento económico por el orden de los 5,400 millones de dólares anuales, que justifican su viabilidad al margen de su incidencia social como mecanismo generador de empleos permanentes.
A los fines de fortalecer la industria de la Artesanía dominicana, en el Congreso Nacional cursa el Ante-Proyecto de Ley de Fomento, Desarrollo y Competitividad de la Artesanía Dominicana, el cual se propone crear la Dirección Nacional y el Consejo Nacional de Artesanía, lo cual es muy atinado.
Para tranquilidad de la Nación y, en especial, de los artesanos dominicanos, en el Capitulo IX, concretamente del articulo 38 hasta el 48 de la pieza, están los elementos fundamentales para dejar resuelto el dolor de cabeza del sello de origen y garantizar que el país y el sector realmente obtengan el 99% de los ingresos provenientes de la comercialización de las obras artesanales que se fabrican en la República Dominicana.
Estamos en el mejor momento, manos a la obra, pues.
jpm