OPINION: Perspectivas para RD 2022
Empezamos con una pregunta clave que han planteado Francesca Caselli y Parchi Mishra, del Fondo Monetario Internacional (FMI): cuáles son las combinaciones de condiciones que podrían provocar un brote persistente de la inflación y desatar una espiral alcista de precios?
En el pasado tales episodios han estado asociados con fuertes tasas de depreciación del tipo de cambio de divisas en los mercados(como los que ocurrieron en los años 1984 y 1986) en República Dominicana, que la tasa de cambio se disparó desde 1.55 hasta 8.15 pesos por dólares, la inflación llegó a 43.15% y el déficits fiscal alcanzó el 8.16% del PIB, llevando la economía a un colapso, degenerando en grandes protestas y la derrota del PRD; y ocurrió de manera similar en los años 2003 y 2004 la tasa de cambio se disparó de 16.3 por dólar a 55.3 por dólar, alcanzando una tasa de inflación de hasta 42% en ese periodo y colapsando la economía, con un déficit fiscal altísimo y un balance en la cuenta corriente en rojo.
En esta coyuntura, el impacto del COVID-19 de manera negativa en la economía, que ha generado una alta inflación de los alimentos y la medicina en promedio de 36.6% en el 2021, escasez de productos, déficits fiscal de más de un 4.8% del PIB proyectado para el 2022, alto niveles de desempleo y un alto nivel de endeudamiento son factores suficientes para proyectar una perspectiva económica poca alentadora para el año 2022, por lo que habrá que evitar que se dispare la tasa del dólar, con lo cual podrían irse generando una bomba de tiempo y explotarle en las manos a las actuales autoridades.
Según analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) la recuperación económica ha estimulado una rápida aceleración de la inflación este año en las economías avanzadas y de mercados emergentes, producto de una demanda sólida, la escasez de oferta y el rápido aumento de los precios de las materias primas.
Se estima que la inflación continuará en aumento en los próximos meses de este año 2021 para luego volver a los niveles previos a la pandemia hacia mediados de 2022, si bien persisten los riesgos de una aceleración de demandas de productos de primera necesidad y no hay una contraoferta, no se lograría disminuir la inflación en el 2022.
Al episodio ocurrido en nuestra economía en el 2002 hasta 2004, le siguió el aumento del déficit fiscal y en cuenta corriente, llegando alcanzar un déficit del 8.5% del Producto Bruto Interno (PIB) y los compromisos de gastos a mediano y largo plazo, conjuntamente con los shocks externos y alto endeudamiento que comprometieron el Producto Bruto Interno (PBI)para el pago de amortizaciones de capital y el pago de los intereses de la deuda.
Las expectativas para el año 2022 no son muy alentadoras debido a que para este año 2021 se estima un mayor crecimiento de la economía, situándose en un 3,6% mientras que para el año 2022 sería de un 2% del PIB, todo esto en contraste con una proyección de la inflación menor en el 2022 ( pasando de 6,8% en el 2021, pasaría a 4% en el 2022).
Durante la pandemia los precios de los alimentos en el mundo aumentaron en un 40%, lo que plantea un gran desafío para los países de bajos ingresos, la República Dominicana no estaría exenta aunque como país está clasificada como economía de ingresos medianos.
“Ellos concluyen diciendo que las autoridades económicas deben encontrar un delicado equilibrio entre no apresurarse en estimular la recuperación y estar dispuestas a actuar con rapidez. Lo que es más importante, deben establecer sólidos marcos monetarios, los cuales deben incluir factores que determinen cuándo reducirá el apoyo a la economía para frenar una inflación no deseada. Lo que debe incluir encuestas prospectivas, niveles insostenibles del saldo fiscal y el saldo en cuenta corriente, o fuerte fluctuaciones de las divisas.”
Cuidado con hacer una reforma fiscal impositiva sin ser consensuado porque esa podría ser el inicio de un detonante de proporciones impredecibles, más estimulada con el alto desempleo y las persecuciones políticas que los funcionarios actuales no dan tregua de aplicarla, sin pensar que el cambio por el que votó el pueblo fue para que el nuevo gobierno permita la igualdad de oportunidades de todos los dominicanos, no un gobierno de grupitos.
Aparentemente el año que se avecina vendrá con grandes demandas de instituciones que le han disminuido el presupuesto, otras que la han excluido, más demandas de inclusión social, reformas al sistema de pensiones, alza de precios, alzas en la tasa de cambio, mayor endeudamiento y la imposición de una reforma fiscal que solo perjudicará a los consumidores y no a las ganancias de las grandes riquezas, porque se visualiza una perspectiva económica, política y social muy difícil de sortear.
En conclusión, para cambiar esta percepción, el gobierno deberá conseguir que las reformas sean consensuadas con la oposición política y los miembros de la sociedad civil; mantener la estabilidad cambiaría, mantener bajos niveles de inflación, disminuir el gasto, aumentar la inversión de capital y ejecutar proyectos de desarrollo con alianza sector público /privada y el presupuesto nacional no fue preparado con esa visión, pero eso será materia de mi próximo artículo.
JPM