OPINION: La CEPAL y la economía dominicana

Actualmente nadie alega ignorancia acerca de la crisis económica y financiera producto de la terrible enfermedad viral Covid-19 que hoy afecta al mundo el cual se ve afectado periódicamente de crisis en crisis.

Lo anterior revela lo vulnerable  que son los habitantes terrícolas pues no termina de superar una crisis cuando ya se inicia la otra, pero el ser humano muestra con pruebas fehacientes que es una especie resiliente destacándose la fuerza de voluntad que tienen los dominicanos para vencer las adversidades.

Recientemente la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe publicó su más reciente balance de las economías de América Latina y el Caribe 2020.

En  dicho estudio el referido organismo señala que el Producto Interno Bruto de la República Dominicana reportó una caída del 5.5% en 2020, dado el impacto del Covid-19 sobre la actividad económica. Específicamente por la tasa de contagio y el cierre del sector turismo.

También por el impacto negativo de la demanda externa muy especialmente por la contracción de la economía estadounidense.

La  CEPAL estima un déficit fiscal del gobierno central de un 9.9% del PIB al cierre del año, cuando dicho déficit fue de un 2.2% en 2019 y todo debido a los efectos devastadores del Covid-19 que ha hecho que los ingresos del gobierno hayan caído y los gastos sociales se hayan incrementado a los fines de hacer frente la crisis.

El déficit de la cuenta corriente cerrará el 2020 con un 3% del PIB, mientras en 2019 fue de 1.3%, debido a la contracción de los ingresos por turismo.

La inflación interanual (diciembre 2019-2020) dicho organismo estima al cierre 2020 en un 5% límite superior del rango meta del Banco Central (4.0% con un punto de tolerancia en ambos sentidos), debido al traspaso de la depreciación del tipo de cambio y por los eventos meteorológicos.

La desocupación laboral se redujo en 8.8% en el segundo trimestre del año 2020 en comparación con el mismo periodo de 2019.

En los primeros ocho meses del año, los ingresos totales del gobierno central cayeron un 13,4% real interanual.

La recaudación de impuestos se contrajo un 17,1% con una reducción del 19,1% de los impuestos sobre bienes y servicios.

Los gastos del gobierno central se incrementaron un 24,1% interanual real entre enero y agosto.

Los gastos sociales mostraron el alza más significativa (192,6% real interanual), debido a la introducción de programas como Quédate en Casa (con un costo estimado hasta finales de diciembre equivalente al 1,7% del PIB), el Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado (1,2% del PIB) y Pa’ Ti (0,2% del PIB) que ofrecen transferencias monetarias a familias dominicanas afectadas por la crisis.

Al cierre de septiembre de 2020, la deuda del sector público no financiero fue equivalente al 54,8% del PIB (frente a 40,4% al cierre de 2019); 75,6% corresponde a deuda en moneda extranjera y el 24,4% restante en moneda nacional (72,2% y 27,8%, respectivamente, en 2019).

Para responder a la crisis, el gobierno recibió préstamos de diversos organismos internacionales: un total de 150 millones de dólares del Banco Mundial, 486 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo y 650 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional.

En septiembre, el gobierno administró la emisión de bonos soberanos en el mercado internacional más grande en la historia del país, por un total de 3,800 millones de dólares.

La demanda para dicha emisión alcanzó 9,600 millones de dólares, 2,5 veces el monto inicialmente emitido.

El Banco Central ha adoptado una postura expansiva, con una reducción de la tasa de política monetaria en 100 puntos básicos en marzo, de 4,5% a 3,5%, y 50 puntos básicos adicionales en septiembre, para ubicarla en 3,0%. La tasa de interés de la facilidad permanente de expansión (Repos a 1 día) se redujo en 150 puntos básicos (6,0% a 4,5%) y la tasa de interés de depósitos remunerados de corto plazo en el BCRD (Overnight) en 50 puntos básicos (3,0% a 2,5%).

Estas medidas han llevado a una reducción en las tasas de interés del resto del sistema financiero y han permitido que se mantenga el dinamismo del crédito al sector privado.

La tasa activa promedio ponderada para la banca múltiple se redujo de 13,3% en marzo a 10,2% en octubre de 2020. La tasa pasiva promedio ponderada se situó en 3,0% a finales de octubre, frente a 6,0% en marzo. En términos reales, la tasa activa de la banca múltiple fue del 6,7% en septiembre y la pasiva de 0,3%, en comparación con 9,4% y 2,1%, respectivamente, en marzo. La  tasa de cambio ronda los RD$58.40 por dólar, la que dicho organismo estima que cerrará en RD$58.50 por US$1.00.

Hasta mediados de octubre, el crédito al sector privado en moneda nacional se había expandido un 9,2% interanual, frente a una expansión de 11,8% interanual en octubre de 2019.

A pesar de las condiciones económicas difíciles provocadas por la pandemia en los Estados Unidos (el principal país receptor de migrantes dominicanos), a septiembre las remesas familiares han aumentado un 10,5% en términos interanuales.

En el mismo periodo, el flujo de la inversión extranjera directa alcanzó 2.066 millones de dólares, con las mayores inversiones en los sectores de comunicaciones y minería.

Este monto está en línea con los flujos históricos de IED hacia el país (3.013 millones de dólares en total en 2019.

Para 2021, la CEPAL prevé un crecimiento del PIB de 5,0%. La inversión en obras públicas serán determinantes, ya que la recuperación del sector turístico podría requerir más tiempo.

El presupuesto nacional para 2021 contempla un déficit fiscal del gobierno central equivalente al 3% del PIB, en un esfuerzo por contener el gasto.

El balance de la cuenta corriente, estimado en -2,5% del PIB en 2021, mejoraría en relación a 2020 gracias a la recuperación del sector externo.

Se prevé que con la estabilización del abastecimiento de alimentos la inflación podría reducirse en torno a 4,0% en 2021.

Ante este cuadro económico y financiero de la República Dominicana presentado por la CEPAL no es del todo halagüeño pero la situación irá mejorando en la medida que la pandemia disminuya y las vacunas sean de aplicación masiva entonces los efectos negativos en la economía y las finanzas aminoraron.

Mientras tanto la República Dominicana como el resto del mundo tendrán que subsistir en base a flexibilizar la política monetaria y expandir la política fiscal.

De ahí que la entidad emisora dominicana continúa aplicando una política monetaria laxa con tasas de interés bajas y el Ministerio de Hacienda una política expansiva al aumentar el gasto específicamente el social.

Por ello la semana pasada el Senado aprobó dos préstamos por US$500 millones firmados con el BID y la Agencia Francesa de Desarrollo los cuales serán invertidos en programas de apoyo a la movilidad, transporte terrestre y seguridad vial así como la ejecución de diversas obras.

Con el manejo transparente, combate a la corrupción, buenas inversiones y control de la pandemia la nación dominicana tendrá un 2021 más promisorio.

Se habla de que el nivel de endeudamiento rompió el umbral del 60% ya que casi se ubica en el 70% en relación al PIB, pero nada se puede hacer si no se recupera el dinero desviado por la corrupción prevaleciente en el gobierno anterior y si la pandemia no disminuye sus efectos negativos. Como se ve la situación de crisis no ha sido causada por las actuales autoridades sino que ha sido heredada.

JPM

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