OPINION: Hace rato Cuco se lo merecía
Está entre las distinciones con las que mayormente se ha identificado el pueblo dominicano, en especial la gente llana y sencilla, la que no coge poses para expresar sus sentimientos. Ha sido acogida y celebrado a todo lo largo y ancho de esta media isla la entrega del Gran Soberano de Acroarte al inmenso Cuco Valoy, un ícono viviente de la dominicanidad, y un polifacético del arte en el sentido más amplio de la palabra.
Su trayectoria está ahí, a la vista de todos, en un trabajo que lo ha llevado a los más variados escenarios del mundo artístico, en la cúspide de lo sublime. Pero sin dejar nunca de lado al pueblo sencillo del que procede, a la gente que le da sabor a la dominicanidad más auténtica.
“Mientras hayan hombres machos y patriotas, habrá patria…”. En las trincheras de Abril del ´65, en un Santo Domingo intervenido por tropas extranjeras, Cuco Valoy dijo presente. “Páginas Gloriosas” quedó como testimonio de ello.
“Cuando el país necesita a sus hijos hay que decir presente, y me llena de orgullo que cuando el país necesitó de mí, yo estuve presente”, dijo esta semana. Y así fue.
El más conocido aporte de este hijo del pueblo ha sido que, a base de grandes sacrificios, se labró un oficio que por más de seis décadas ha llevado alegría y sana diversión a millones de personas, de aquí y de allá.
En mi natal Sabana Grande de Boyá, en tiempos de gran empuje de la industria azucarera, cuando asomaba la sonrisa genuina en bateyes y cañaverales, y las velloneras en bares y cabarets se estremecían bajo los ritmos afro-caribeños, estaba muy de moda para entonces la voz del “Pupi de Quisqueya”, que es lo mismo decir de Cuco Valoy, o de Los Ahijados y luego Los Virtuosos, para seguir con La Tribu.
Pero sus producciones también encontraron resonancia en los medios electrónicos. Y esa dinámica, pese al tiempo transcurrido, se mantiene en las más variadas programaciones que saben apreciar el valor del tipo de arte que ha cultivado Cuco Valoy en su larga trayectoria de más de seis décadas.
Su inmensa producción está ahí, ya como consumado bolerista, o mejor sonero, o bongosero, o merenguero, y por qué no? Como salsómano o bachatero. “Juliana”, “El brujo”, “Yo no tengo quien me quiera”, “En la copa de licor”, “Maldita mi suerte”, “Yo te compro el corazón”, “Brindo por tu amor”, “No te perdono más”, “El bardo original”, etc., etc.
A Cuco Valoy, el inmenso, ícono del buen arte, su producción y actuaciones debieron merecerle el Gran Soberano desde hace rato.
jpm/of-am

Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Rusia difunde vídeo de dron usado contra la casa de Putin
El último invento de Putin (OPINION)
Irán advierte daría «respuesta dura» a una «agresión tiránica»
SNS garantiza asistencia en hospitales en Año Nuevo
Junior Lake conecta jonrón en victoria Leones; Toros triunfan
Pueblos latinos favorecidos con acciones de EE.UU.
El umbral del tiempo: del nacimiento a la esperanza
Que el 2026 sea de soluciones
Celebrar sin perder el ritmo: riesgos de la Navidad
Luis Abinader y la historia (OPINION) 















