OPINION. El Alto Manhattan hoy
Aunque todavía el fuerte vaho de la marihuana penetra por los ventanales, parecería que hay un acuerdo simbólico entre los residentes del Alto Manhattan y los jovencitos que la trafican y consumen. En los últimos tiempos, éstos se han convertido en los guardianes del sector.
Hoy, el Alto Manhattan es prácticamente un remanso de paz. Sus calles están libres de matarifes, los asesinatos se han reducido casi a cero y, por si fuera poco, contrario a muchos barrios y residenciales de República Dominicana; se puede transitar por ellas sin temor alguno, a cualquier hora de la madrugada.
Las bodegas pueden permanecer abiertas hasta el despuntar de un nuevo día sin que ningún extraño se atreva a asaltarlas. ¡Hay de aquel! que ose intentar atracar a un bodeguero, o golpear a alguna dama o residente de los edificios enclavados en la zona. Aquí se podría decir que: “no hay mejor cuña que la del mismo palo”.
Luego de que el alcalde Rudolph Giüliany barriera con las drogas, y la tenencia de armas ilegales en el Alto Manhattan, el sector ha devenido en una zona idónea para habitarla, sin mayores conturbaciones. Pero se debe admitir que esa calma también ha sido apuntalada por los que representan un trasiego menor en la venta de marihuana.
Al contrario de décadas pasadas cuando se expendía todo tipo de estupefacientes, ese remanente que distribuye la yerba al menudeo, se cuida de que se “queme” la zona con vandalismos. Son territoriales, y como si trataran de agradecer la tolerancia por su actividad en el área, hay pocas personas que sean más solidarios que estos mozalbetes. No hay dama o anciano que llegue cargado de fundas de alimentos de los supermercados y bodegas, que no sea auxiliado por ellos.
Es evidente que la policía neoyorquina no los acosa como antes. Se podría entender que los agentes clasifican estos casos como menores, y sólo les interesa atrapar a los que trasiegan con “manteca”, crack, y otros costosos y lesivos narcóticos. Por lo visto el consumo de marihuana está de moda. Se podría argumentar que, en estos tiempos, su consumo es considerado inofensivo.
sp/am