OPINION: 29 de Septiembre, Día Mundial del Corazón
La Federación Mundial del Corazón (World Heart Federation, WHF) ha emitido una declaración en la que urge a los gobiernos del mundo a “actuar ya” apelando a una política global que implemente sistemas de vigilancia y monitorización de las enfermedades cardiovasculares (ECV), a fin de prevenir, tratar y controlar al mayor asesino del mundo, a propósito del Día Mundial del Corazón” este 29 de septiembre.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) representan la primera causa de muerte (36.2%) en nuestro país, junto a las cerebrovasculares y metabólicas, más que todas las causas de muerte por cáncer, enfermedades transmisibles, renales y pulmonares. Además, es la primera causa de hospitalización e invalidez y segunda en consultas.
El estilo de vida inadecuado, los factores de riesgo conductuales como el tabaquismo y el sedentarismo y la presencia de enfermedad están íntimamente vinculados con estas enfermedades. Afortunadamente la mayoría de estos factores pueden ser modificados para evitar los eventos catastróficos.
Cerca de dos y medio millones de dominicanos mayores de 15 años sufren de hipertensión arterial (35%), el 75% está sin tratamiento médico o mal controlados. Es decir, cerca de dos millones de personas están en riesgo de morir prematuramente, de hospitalizarse o de invalidarse.
Existe 1.85 millones de obesos (27%), 1.44 millones (23%) con colesterol elevado, 1.85 millones de obesos (27%), 700 mil diabéticos (10%) y 1.1 millones de personas con intolerancia a la glucosa (16%). Es decir, 5 de cada 10 dominicanos adultos tienen al menos 2 factores de riesgo. Lamentablemente, son los menos afortunados económicamente los más afectados.
Mientras la mayoría de los países han implementado políticas correctivas, nuestras autoridades de salud viven de espalda a esta cruel realidad; no se tiene consciencia de la importancia del problema sanitario y la carga económica que representa para el individuo, familia y estado.
No se puede establecer una política de salud correcta sin declarar a las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y metabólicas como prioridad sanitaria nacional, como política prioritaria de Estado. La elaboración de un plan decenal o quinquenal de salud permitiría optimizar los recursos existentes.
Cerca del 40% de nuestra población está desprovista de cobertura de seguridad social, no tenemos programas de educación y/o prevención dirigidos a la población, se carece de unidades cardiovasculares disponibles las 24 horas en la red pública hospitalaria; no existen programas de suministro de medicamentos genéricos gratuitos y de acceso a tecnología de avanzada a personas sin recursos y con riesgo alto o medio de tener muerte prematura.
La República Dominicana registró en el 2015 un gasto de salud menor del 2%, de los más bajos en las Américas (promedio 6.9%), sólo superamos a Venezuela y Haití. Para cambiar esta situación debemos llamar la atención a nuestras autoridades para que se entienda que sin salud no hay posibilidad de desarrollo, que es necesario la participación de todo el Estado con sus instituciones y de la sociedad civil.
Debemos cumplir con los acuerdos y recomendaciones de los organismos mundiales y regionales de salud, tales como la Consulta Regional “Prioridades para la Salud Cardiovascular de las Américas” de la Organización Panamericana de la Salud (2011), el Instituto de Medicina (National Heart, Lung and Blood Insitute, NHLBI) “Promoviendo la Salud Cardiovascular Global” (2011) y el “Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de la Enfermedades Crónicas no Transmisibles (2013-2020) elaborado por la Organización Mundial de la Salud en el 2013. Todas las recomendaciones apuntan a que los gobiernos deben declararlas como prioridad sanitaria nacional.
La carga económica que representan estas enfermedades para los individuos, familias y estados, sin duda, es una retranca para el desarrollo global de las naciones. La educación y prevención son la principal y mejor herramienta para luchar contra esta mortal epidemia del siglo XXI.
A pesar de que no se disponen de cifras confiables se calcula que por cada dólar invertido en educación y prevención se ahorra cien a mil dólares. La educación de los niños, en hacerlos sanos, promoverlos como monitores de cambios los harán catalizadores de modificaciones en los estilos de vida de sus padres y adultos sanos. La reeducación de los adultos y los operativos de prevención nos permitirá detectar los ciudadanos con riesgo moderado a elevado para ser intervenidos antes de los eventos catastróficos. El “Programa Nacional de Educación, Prevención y Tratamiento de las Enfermedades Cardiovasculares, Cerebrovasculares y Metabólicas “ es nuestra propuesta a las autoridades de salud.
Sólo el reconocimiento de la importancia de estas enfermedades podrá ayudarnos a establecer su prioridad, en lo referente a políticas y programas para su implementación.
¡Alimentemos, movamos y amemos a nuestros corazones, potenciemos nuestras vidas, pongámonos las pilas de la promoción de la salud: propiciemos cambios en nuestros estilos de vida, seamos felices y disfrutemos de estar sanos y salvos!.

Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
MEXICO: Comunicador de RD presenta libro en Guadalajara
Senado aprueba a unanimidad nuevo Código Procesal Penal
Industrias San Miguel realiza tradicional encuentro navideño
El PLD cuestiona reforma al Código Procesal Penal de RD
DP World invierte más de US$90 millones en seguridad en la RD
El Banco Popular Dominicano impulsa movilidad sostenible
La adaptación del cerebro a la pérdida de la autonomía
Miavisión y King Radio 93.3 FM celebran llegada de la Navidad
El Blachy: “Soy el artista que más gusta entre las mujeres”
Un muerto y dos heridos en un ataque Ucrania sobre Donetsk











