Analizando sin pasión el grave problema que afecta a los productores de carne, leche, huevo, arroz y otros, víctimas de la competencia desigual con los de Estados Unidos, se requiere de una revisión del acuerdo comercial que abarca a países centroamericanos, como al dominicano, más bien conocido como el DR-CAFTA.
La postura de los productores agropecuarios para que se produzca esa revisión de ese acuerdo, es correcta, en virtud de que su competencia norteamericana cuenta con el total respaldo de su gobierno, en lo que respecta al no pago de impuestos, que son fundamentales para sacar del mercado a los centroamericanos, incluyendo a la República Dominicana.
Hasta ese punto, estamos de acuerdos con los productores. Ahora bien, nuestros productores deben cambiar su estilo de producir para disminuir costos y de esa manera poder vender más barato a favor de los consumidores. ¡Que es por su propio bien!
El problema está en que una gran parte de productos importados desde Estados Unidos, que tienen más altos costos para llegar al país, la mayoría de ellos pueden ser adquiridos en los mercados a precios más bajos por los consumidores que los que se producen en el país.
Si el problema son los impuestos, que no estamos muy claros de eso, lo correcto es que haya diálogo con el gobierno de la República Dominicana para resolver esa situación.
Hay que garantizarles a los consumidores alimentos de calidad y a precios competitivos.
La producción de granos para alimentar los cerdos, gallinas, pollos y otros animales, debe ser una nueva política de los productores. Si en el país hay terrenos suficientes, ¿por qué éstos u otros productores no siembran los alimentos que necesitan para sus animales?
Es correcta la postura de los productores, los cuales entienden que el gobierno debe facilitar o producir maíz, soya u otros alimentos que utilizan los que se dedican a criar animales.
Hay que usar menos tierras para el ganado, aplicando más técnicas para producción en menos cantidad, como forma de garantizar la alimentación del ganado, de manera fundamental.
Pero no debe dejársele al gobierno que siembre el maíz, la soya u otros alimentos, si los productores también pueden hacerlo de manera conjunta. Hay que renunciar a mantener un ganado de 200 cabezas en millares de tareas.
En Suiza, los pequeños productores de ganados usan unas 20 tareas para diez cabezas con sus crías, compensando la alimentación con pequeñas cantidades de suplementos. La hierba es de corte, en su totalidad, lo que permite dividir el terreno para mientras en un pedazo, para decirlo lo más entendible posible, ésta está en crecimiento, en el otro lado se está sembrando y en la otra área se está cortando en lo inmediato.
En nuestro país una vaca cuenta con ocho y 10 tareas de pastos, especialmente la producción de los grandes ganaderos.
Los productores nacionales deben aprender de los de Estados Unidos, dependiendo menos de las importaciones. El gran problema de nuestro país, es que más que productores agropecuarios tenemos ensambladores, en virtud de que casi todas las materias primas son importadas.
Éstos deben crecer pensando en los consumidores. En la medida en que los que consumen se benefician de los precios, también ganarán más los productores “y serán los mejores aliados para cualquier lucha que haya que librar para conseguir respaldo”.
Pero sí el gobierno debe poner atención a la denuncia de los productores, de que hay sectores que están ganando muchos millones de pesos dejando de pagarle impuestos al Estado por concepto de importaciones.
Se requiere de una revisión de la política de importación y los ensambladores, que se llaman productores, pensar más, como aliados, en los consumidores, porque al final, a éstos últimos lo que les conviene es que se les venda productos con calidad y a precios bajos. Si los ensambladores, llamados productores agropecuarios no entienden esta parte, no sobrevivirán a la competencia internacional. Los productores o ensambladores, deben hacer planes a diez años, como hacen los norteamericanos.
jpm