Ningún éxito en la vida,compensa un fracaso en el hogar…
KATIUSKA SUAREZ DE VARELA
Recién iniciamos el mes de noviembre, mes en que se celebra en nuestro país La Familia.
La familia representa la base de nuestra sociedad. Entendemos por familia al grupo primario del ser humano. Esto es así ya que la familia actúa como el primer grupo de personas con las cuales el ser humano que nace entra en contacto.
La familia es el grupo responsable de cuidar y proteger al bebé pero también de integrarlo al mundo y de hacer que, a través de la enseñanza de prácticas, reglas y pautas de convivencia, pueda adaptarse exitosamente a las necesidades de la sociedad.
La familia brinda al recién nacido protección, cuidado y cariño, enseñándole a través de esas cosas reglas de comportamiento, dónde está el peligro, qué cosas no se deben hacer, cómo ser sano, cómo ser saludable, qué significa cada sensación, etc. Esto es así ya que un bebé (de cualquier tipo, no sólo humano) al ser abandonado sin ningún tipo de cuidado o protección de posibles peligros no podría sobrevivir por sí solo.
Para los seres humanos, el cuidado y la protección de los padres es necesaria hasta la edad de la adultez, momento en el cual se entiende que la persona ya puede valerse y cuidarse por sí misma (en términos de edad, la adultez varía de país en país pero se suele establecer alrededor de los 16 a 18 años).
El ser parte de una familia es una gran bendición. Tu familia te puede proporcionar compañía y felicidad, ayudarte a aprender principios correctos en un ambiente de cariño.
Las familias fuertes requieren esfuerzo. Tu familia será bendecida a medida que hagas tu parte para fortalecerla.
¿Qué estamos haciendo en ese sentido? ¿Dedicamos el tiempo y las energías para tener una familia feliz? Tiempo, dedicación, calidad, toda nuestra energía debería estar dirigida a nuestras familias. A nuestra pareja y nuestros hijos. Educando en valores, en la Fe, en el amor.
Ningún éxito profesional, ningún logro económico o material podrá sustituir la formación de una familia sana y feliz. Nada material podrá compensar la ausencia de los padres o uno de ellos en el hogar, en la familia.
Aprovechar estos días en que en los colegios, parroquias, realizan actividades para celebrar en comunidad La Familia; aprovechar para reflexionar. ¿Le doy suficiente tiempo y calidad a mi familia? ¿Que lugar ocupa realmente mi familia en mi día a día? ¿Me estoy perdiendo el crecimiento de mis hijos, sus logros, sus alegrías y tristezas por horas interminables en el trabajo o en actividades sociales?
¿Quien educa a mis hijos, La nana? ¿El colegio?
Disfrutarlos mientras sean parte de ti, mientras vivan bajo tu mismo techo, debería ser sagrado. Vendrán tiempos donde volarán para formar sus propias familias y entonces quizás añores los momentos que perdiste a su lado.
Ningún éxito en la vida compensa un fracaso en el hogar

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David O. Mckay: Ningún éxito en la vida compensa el fracaso en el hogar”.