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Momento crucial para los residentes en Verón-Punta Cana
El próximo año se presenta como un momento crucial para los residentes de Verón-Punta Cana, quienes se encuentran ante la decisión de permanecer anclados en un pasado confuso o alzar su voz a través del voto para impulsar un cambio significativo en el gobierno local. La participación activa de los votantes en las elecciones de febrero de 2024 no solo es un ejemplo cívico, sino un acto trascendental para moldear el futuro político.
En consonancia con nuestra Constitución, el ejercicio del sufragio no solo es un derecho, sino un deber inalienable de cada ciudadano. La capacidad de elegir y ser elegible se erige como pilar fundamental de nuestra participación activa en la construcción del destino de nuestra comunidad.
A pesar del notable crecimiento poblacional experimentado por Verón-Punta Cana, las cifras de votantes no han seguido la misma trayectoria ascendente. La baja participación en las elecciones de 2020, solo concurrió un 36.3% a los recintos a votar, indica una disparidad preocupante que requiere una acción inmediata. Esta situación insta a una mayor integración y participación de los votantes para garantizar una representación más auténtica de la voluntad popular.
A nivel nacional, la discrepancia entre la población total y el número de personas con derecho a voto es evidente por la condición de la legislación. Mientras la población asciende en 2022 a 10,760,018 habitantes, solo 8,103,291 y 8,118,214 tendrán derecho a votar en febrero y mayo de 2024, respectivamente. Este 49% de participación a nivel nacional en las elecciones de marzo del 2020 no se manifiesta igual en Verón-Punta Cana.
También, esta inclinación negativa de este ejercicio se expresa de manera diferente en los distritos municipales de La Altagracia, donde exhiben porcentajes del más del 60% de su población de votantes de acuerdo a los resultados de concurrente en las elecciones municipales pasadas, a diferencia de Verón-Punta Cana, donde menos del 40% son solo los que acuden a votar abre un espacio para enfrentar esta apatía social y política.
Para mejorar la calidad democrática de este distrito municipal, es fundamental que sus ciudadanos se involucren como munícipes comprometidos, con la emisión del voto se actúa como un antídoto contra esta tendencia poco saludable.
En la última década, la población de Verón-Punta Cana ha experimentado un aumento significativo, pasando de 54,218 en 2010 a 138,919 habitantes en 2022. Sin embargo, este crecimiento poblacional no se refleja proporcionalmente en el número de electores.
En las elecciones de 2020, disponía de 24,435 votantes, y para las elecciones de febrero 30,282 personas están hábiles para votar. Es imperativo revertir el poco entusiasmo que se manifiesta en el porcentaje de votantes que concurren en este nivel de elección, llama a buscar formas de motivar a los votantes a concurrir, pues de asumir compromisos públicos con los ciudadanos como parte sus ofertas electorales allanan el camino.
Indudablemente, la práctica, la forma como se maneja la clase política local ha demostrado ser ineficaz para motivar a los votantes. Al compararnos con otros distritos similares, en La Altagracia resalta la necesidad de revisar métodos y formas de presentar las propuestas a los votantes.
Los factores que inciden la asistencia a las urnas en Verón-Punta Cana, como distrito turístico, impone restricciones debido a su dinámica económica-social, ahora bien, no deja de ser una oportunidad de emocionar mediante la creatividad para fomentar este derecho. Cada candidato debe mejorar su propuesta, igual, aplicar principios de gerencia política para lograr una mayor participación, representatividad y legitimidad.
De modo que, la suma de cada participación en estos procesos electorales agrega valor a nuestra democracia. Honrar el compromiso ciudadano al votar nos coloca en la senda para mejorar la realidad de la sociedad.
Al ejercer el voto en el próximo torneo electoral municipal, auspiciamos el cambio en este destino turístico, y para lograrlo, se requiere una mayor integración y concurrencia de los votantes. Aunque en el pasado estas elecciones han carecido de motivación, la Junta, los partidos y, sobre todo, los votantes deben cambiar de actitud para construir un futuro sólido y representativo.
Igualmente, el derecho de votar, respaldado por la Junta Central Electoral, no solo es un deber cívico, sino un derecho fundamental con beneficios significativos para la sociedad y el sistema político. Esta práctica ciudadana fortalece la democracia, contribuyendo a decisiones colectivas y garantiza una representación equitativa. Además, el sufragio promueve la estabilidad social y la transferencia pacífica de poder, elementos esenciales para fortalecer la democracia.
En última instancia, la responsabilidad social de votar trasciende el mero ejercicio de un derecho; es un convenio ciudadano con la construcción de una sociedad democrática, equitativa y sostenible. Acudir a votar en el proceso democrático no solo es un deber cívico, sino un aporte valioso para legitimar el desarrollo integral de Verón-Punta Cana.
ancorcino@gmail.com
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