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Por fin, ¿quién gobierna en República Dominicana? ¿Es Leonel a través de su achichincle Danilo y sus mismos viejos colaboradores de gobiernos anteriores, cuando no tenía que hacerlo a través de interpósita persona, o el achichincle (ayudante servil) que con escasos grados de libertad se deja manipular y luce que en las cosas importantes y de buen gobierno solo cumple órdenes, pues fue impuesto a fuerza de papeletas que vinieron del propio Estado y nosotros a la postre, estamos pagando.
Permitimos desfalcos y déficit multimillonarios, con la increíble cooperación de los más afectados y los más beneficiados.
Diariamente reviso algunos periódicos y en estas dos últimas semanas que me he esmerado en seguir, Leonel es la estrella. No importa que sean artículos a su favor o en contra, es el bailarín más mencionado de la fiesta política. Y eso que hablamos solo de lo que se publica, de lo que él quiere que salga a la luz, sin contar sus otros achichincles que lo llevan en procesión como si fuera la Dolorosa, por las calles del infortunio dominicano, e inundan de baba lambiscona todo a su paso.
El primer actor de la mala telenovela que vivimos, tiene una actuación tan crítica, donde recibe premios por la educación que él maltrató, como lo hizo con los manifestantes de sombrillas amarillas, y ahora trata de proyectarla como su baluarte de propaganda; va y emite sus opiniones en la OEA sobre temas de Estado; encarga por motu propio a universidad extranjera de analizar para el país el alcance de la reciente sentencia del Tribunal de los Derechos Humanos. _Quiere ser el nuevo chapulín morado.
Olvida convenientemente que él mismo le dio vigencia a ese tribunal internacional en uno de sus gobiernos y ahora lo critica, hipócritamente, como la gatita de María Ramos. Deja muy claro, que en el país no hay especialistas en leyes que puedan hacer ese y otros trabajos, pues sólo él conceptualiza y ningunea al Colegio de Abogados que luce estar totalmente parcializado y sin capacidad de opinión creíble.
En el país existen más de 40 universidades que para él tampoco tienen ni capacidad, ni valor.
Llegar al colmo de crear o aceptar la Banda Morada de delincuentes y asaltadores para imponerse físicamente, maltratando a cualquiera que ose criticar sus criticables acciones, su moralidad y honestidad. Y poder seguir cubriendo con el manto de la impunidad a los suyos con el mecanismo de ignominia por él creado con jueces banales y sin la mínima pisca de auto respeto y menos patriotismo. Nada nuevo en nuestro país.
La verdad que el dinero, medio idóneo de intercambio de trabajo y riqueza, se ha convertido en amo y señor de casi todo, quienes someten su integridad moral y física, en busca de lo mucho o poco que el amo, el líder, quiera darles y permitirles agarrar.
Cuando un ser humano deja de tener dignidad, honor y auto valorización de sí mismo, ya no es un ser humano libre. Es simplemente un esclavo amoral.
El castigo eventualmente les llegará, sino en justicia humana, si en justicia biológica.
