Más sobre drogadictos y dolencias frecuentes

Un cuadro frecuente en estos individuos es la dificultad respiratoria que se presenta por depósito en la membrana alveolar (donde se intercambia el dióxido de carbono por el oxígeno en el pulmón) de sustancias, una proporción de ellas entra al torrente circulatorio, llega al riñón y al hígado provocando lesiones a estos órganos. Es el mecanismo mediante el cual muchos compuestos llegan, a través de las vías respiratorias y producen daños a estas estructuras. Ahí también están muchos artículos comprados para dar olores en las oficinas, vehículos y casas, no porque tengan efectos alucinógenos, sino porque pasan de las vías respiratorias a la sangre. En este grupo se incluyen las velitas que se encienden en ciertos negocios para dar olores agradables y según muchos, para atraer la buena suerte. Son modas dañinas y parte de una gran propaganda que lo único que busca es crear un banco de consumidores fieles. Un segmento importante de esta población de adictos sufre de calambres, hormigueos y adormecimientos debido a los daños causados a los nervios por estas sustancias, dando el trastorno conocido como neuropatía periférica, que debemos aclarar, tiene muchos orígenes más muy diferentes a éste. Los que usan drogas inhaladas sufren de daños a las neuronas del sistema nervioso central y periférico porque estas sustancias pasan de los pulmones a la sangre y a través de ésta llegan al sistema nervioso. El consumo de marihuana incrementa la frecuencia cardíaca y esto puede a aumentar el tamaño del corazón. El drogadicto presenta, como parte del síndrome de abstinencia, hipertensión arterial, agitación e irritabilidad, cuando es privado de la droga que utiliza. Los que consumen drogas inyectadas por vía endovenosa sufren de infecciones de la piel con mayor frecuencia que los demás, igual que problemas en las venas (flebitis). Los que se administran heroína por esta vía padecen con mayor frecuencia enfermedades de los riñones. También encontramos en estos pacientes una mayor incidencia de infecciones por Estreptococo pneumoniae y Haemophillus influenzae. Las posibilidades de padecer estos males se incrementan si los drogadictos tienen, además, HIV/sida. Para evitar estos males lo más efectivo es la prevención que empieza en la casa. La familia debe crear modelos de dignidad y respeto. Así como unas relaciones basadas en la comunicación y la confianza entre todos los miembros para que los que tienen más experiencia puedan orientar de manera efectiva a los menos conocedores de estas situaciones.

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