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Lula Da Silva: a prisión
Luiz Inácio Lula Da Silva fracasó en su intento de conseguir un hábeas corpus que le permitiría seguir en libertad mientras agota una serie de intentos de apelaciones para lograr anular la sentencia a 12 años a que un tribunal de segunda instancia lo condenó en enero pasado. El maratónico e histórico fallo del Supremo Tribunal Federal (STF), abre la posibilidad de que este sea detenido en cualquier momento.
Mientras que la jurisprudencia vigente autoriza que sea detenido tras la condena en segunda instancia que recibió en enero, el ex presidente ha permanecido en libertad a pesar de que los demás acusados por el mismo caso de corruptela, fueron detenidos al momento de sus condenas, como manda la ley.
Esto es considerado en Brasil como un intento de impunidad y de irritante privilegio que lesiona la institucionalidad democrática y el Estado de Derecho, por lo que ha provocado la ira de muchos que se han manifestado en los últimos días en desacuerdo con el trato desigual y exclusivo, del que ha gozado el ex mandatario.
Antes del histórico evento judicial, el jefe del ejército, apoyado por el alto mando, había advertido que la institución estaba con los que esperan justicia y cero impunidad, por lo que permanecían en vigilia para salir en defensa del respeto a la constitución, las leyes y las instituciones democráticas. Algo que unos consideran una intimidación de la justicia, y otros consideran positivo porque la advertencia es a favor del respeto a lo que mandan las leyes y a las instituciones democráticas.
La votación de los once jueces del STF, que tuvo una extensión de más de 11 horas, se definió a última hora con la participación final de la presidente de la corte, Cármen Lucía, finalizando la votación 6-5 en contra de la concesión del hábeas corpus solicitado por la defensa de Lula, al votar esta jueza en contra del pedido del líder histórico del Partido de los Trabajadores, (PT) lo que produjo el desempate 5-5, para negar la petición de la defensa.
El populista ex presidente, durante su mandato de dos períodos, que había heredado un país en pleno auge económico de manos del ex presidente Francisco Henrique Cardoso, (enero 1, 1995 a enero 1, 2003) y que fue favorecido también por el boom de precios de las materias primas registrado en gran parte de los 2000, logró establecer un sistema de subsidios y asistencia a los pobres, (clientelismo), lo que lo llevó a promocionar por todo el mundo la falacia de que había sacado de la pobreza a 30 millones de pobres.
Con esa falsa premisa el fundador del Foro de Sao Paulo, al que pertenecen decenas de partidos “progresista”, (izquierdistas), se vendió por todo el planeta como el mesías de los pobres, llevando a sus fanáticos apologistas a repetir insistentemente la fantástica propaganda de que en realidad este sacó a millones de la pobreza. O sea, que lo que les costó a los países desarrollados siglos de constante progreso, a este mago de la política solo le bastó par de años de populismo… ¡vaya propaganda más osada!
Ahora le toca pagar por su pecado, al liderar como presidente, la más vasta trama corrupta transnacional jamás descubierta en todo el mundo.
Este condenado a prisión, solía reunirse con presidentes amigos para ofrecerles los servicios de las corporaciones brasileñas a cambio de sobornos, en medio de conspiraciones para expoliar los presupuestos de los países sobornados, inflando los precios de las obras a contratar a cambio de financiamiento de campañas presidenciales, entre otras perversiones colaterales.
jpm