Los periodistas descienden al sepulcro

Por OSCAR LÓPEZ REYES

 

Cuando un periodista desciende al sepulcro, se apaga una voz, un vientecillo sopla piadoso en las colinas, el cielo se encorva grisáceo y una congoja aguda aprieta el pecho, cincela y se clava en la piel. Y, en esa disensión, las páginas de la prensa escrita tromban con tristeza muda, los ecos electrónicos susurran con espasmo, y los tambores del paraíso celestial retumban con regia solemnidad.

La noticia del fallecimiento estremece y sumerge, en un trance fugaz, en la túnica sideral, haciendo brotar la fuerza inspiradora con enternecedoras remembranzas, para no prorrumpir en llantos.

También acelera los dedos en el teclado para estampar, con letras fascinantes, el pensamiento y el legado del compañero y amigo que transita bizarro hacia otra urbe.

El 2016 cortó las alas vivenciales a 40 periodistas –en un fatídico récord histórico-, que regaron las semillas fértiles de la productividad laboral, en el abrigo de la dignidad, escarbando las perversidades y labrando, en lances continuos, para abonanzar el progreso colectivo, en el bohío de la libertad.

Estos son los colegas fi nados: La capital: Silvio Herasme Peña, Elsa Expósito, Ramón Antonio Cordero Regalado (Momón), José Cáceres, Frank Peña Tapia, Evelin Germán, Victoriano Féliz, Felipe (Lipe) Collado, Arístides Reyes y Manuel María Pouerie Cordero.

Fotorreporteros: Carmen Suárez y Juan Pérez Terrero.

Locutores estrechamente vinculados con el periodismo: Américo Martínez, José Antonio Núñez Fernández, Félix Nova, Mundito Espinal y Martha Sánchez.

Santiago: Apolinar Medina Díaz (El Nítido), Mikcley Rodríguez (El Americano), Fausto Torres, Santo Marcelino Paulino y Eusebio López Alvarez.

San Cristóbal: Domingo Taveras.

Villa Altagracia: Marino Arias Betancourt.

San Francisco de Macorís: Luis Báez del Rosario, Miguel Castillo y Adolfo Tavárez Castro.

La Vega: Dionicio Alberto, Nelson Holguín, Isidro César Paulino y Andrés Reyes.

San Pedro de Macorís: Edward Leger, José de la Cruz (Josesón) y Eduardo Vásquez.

Barahona: Luis López Méndez y Geuris Joel Guzmán Alcántara.

Esperanza: Víctor Rivas.

Montecristi: Félix González.

Moca: Dulce Jiménez.

Miami: Manuel Arturo López.

Durante los últimos 25 años, más de 150 periodistas bajaron a la tierra, por tres patologías esenciales: cáncer, diabetes y cardíaca.

Entre los fallecidos por muerte natural están Rafael Herrera, Germán Emilio Ornes, Mario Alvarez Dugan (Cuchito), Radhamés Gómez Pepín, Francisco Comarazamy, los hermanos Eurípides, Emilio y Silvio Herasme Peña, Salvador Pittaluga Nivar, Ramón Alberto Ferreras, Freddy Gatton Arce, José Labourt, Aleyda Fernández, Miguel Angel Velazquez-Mainardi, los profesores Rodolfo Coiscou Weber y Carlos Curiel, entre otros.

Con el presente trabajo queremos rendir un homenaje póstumo a todos los colegas que volaron hacia la distancia hermética y misteriosa, con la esperanza de que sus partidas ayude a los que trajinan en el periodismo para alarguen la vida y puedan seguir sirviendo a la sociedad.

Para llegar a la longevidad se necesita ser protegido por la dicha (1), respaldado por la genética (2), ayudado por la alimentación sana (3) y el ejercicio físico cotidiano (4); dormir bien (5), descansar plácidamente (6), recrearse para la relajación (7), cautivar la paciencia (8), tener compasión (9) y vivir sin miedo (10).

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