OPÌNION: Lo que dije y digo

Pasemos revista a lo que he dicho en las últimas semanas sobre la crisis del PLD y sea usted el jurado sobre la pertinencia de tales señalamientos, ahora que el presidente Danilo Medina ha declinado optar por otra  habilitación constitucional:

-Dije que el liderazgo peledeista no debería  derramar agua entre las manos  en una crisis, cuyas causas nunca fueron de principio, sino coyunturales, porque la controversia sobre  extirpar  o no el transitorio en la Carta Magna,  fue siempre un tema político, no jurídico, carente de mérito para convertirlo en cruzada nacional.

Llame la atención sobre la posibilidad de que la oposición política asumiera  rol de principalía en la crisis del PLD, como al efecto ocurrió cuando Luis Abinader encabezó una marcha hacia el escenario de protesta que dominaba un sector del peledeismo.

El intenso lobby que  desde aquí se realizó ente el Congreso  estadounidense  para lograr que Washington presionara en la dirección que lo hizo Mike Pompeo, fue gestionado desde la oposición y litorales  que se dicen aliados de  un sector del PLD, pero erróneamente ese patrocinio interventor se atribuyó  al leonelismo.

Dije también que el liderazgo peledeista debió evitar que esa confrontación afectara el desempeño del Gobierno y de la economía, porque no sería posible que  el PLD pudiera retener el Poder, si el mismo partido destruye  con los pies la obra que han erigido sus dos líderes principales.

El Banco Central admitió que la economía ha sido afectada negativamente por el  entorno político y la complicada situación externa, responsabilidad que en términos políticos se atribuye al PLD y no al PRM ni  a Marcha Verde, cuyos roles  fueron desempeñado por muchos  dirigentes, funcionarios y militantes del PLD.

La militancia y dirigencia del PLD, así como los sectores progresistas del empresariado, la academia y sociedad civil, están compelidos a presionar al liderazgo de ese partido para que concerte una unidad duradera basada en la garantía de unas primarias abiertas libre, democrática, transparente y concurrida.

Esa  crisis que causó profundo estrés político y  económico solo ha recesado, como cáncer dormido a la espera de poder hacer metástasis, por lo que urge que el Danilo Medina y Leonel Fernandez zanjen diferencias y  acuerden garantizar absoluta democracia en la selección de los candidatos a puestos de elección popular. Es lo menos que merece el Partido y la Sociedad.

Todo lo que dije a resultado tal cual; ahora quisiera equivocarme al formular la advertencia de que sin acuerdo entre los líderes, el PLD terminará sus días en el Gobierno y en el Poder, sin importar si el candidato presidencial electo o impuesto sea fulano o mengano.  Esta vez el vencedor no sería el Estado, sino el pueblo.

 

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