Leonel, Abel y la fórmula “Cain-Collado”

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EL AUTOR es abogado y político. Reside en Santo Domingo.

Los últimos acontecimientos políticos acaecidos en el país, protagonizados por la rivalidad de las dos fuerzas antagónicas que se disputan el control político y la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), hacen presumir desenlaces electorales atípicos para las elecciones del 2020.

Sin tener que convertirnos en adivinos o consultar a los oráculos como se hacía en la antigüedad, con el auxilio de instrumentos analíticos que ponen a nuestro alcance las  ciencias sociales  podemos proyectar un escenario futurista que apunta a un acuerdo del desacuerdo en el PLD en el sentido siguiente: que el leonelismo gane perdiendo y el danilismo pierda ganando. Esto, mediante la utilización combinada desde el poder de las fórmulas “Caín-Collado¨ y “Caín-Peynado, como explicaremos más adelante.

Como todos sabemos, porque es un secreto a voces, en las pasadas elecciones David Collado se impuso en la capital al leonelista Roberto Salcedo por la línea bajada en su contra por sus propios hermanos de partido pertenecientes a la franja danilista, en una aplicación maquiavélica de lo que hemos bautizado como la fórmula “Caín-Collado¨.

En una posible reedición de un escenario de conflicto intrapartidario teniendo como pivote la candidatura a una alcaldía importante, la consolidación de la precandidatura a Alcalde de Santiago del danilista Fernando Rosa presagia una disputa encarnizada por el control de esa plaza por parte de las dos corrientes hegemónicas del partido de gobierno.

Como muestra de la determinación del danilismo santiagués para el 2020, se resalta el reclutamiento reciente del popular ex alcalde reformista José Enrique Sued, lo que reafirma el interés especial de los estrategas oficialistas por el dominio de esa demarcación política actualmente en manos de un pupilo de Leonel Fernández.

Así las cosas, en un contexto como el descrito vale proyectar un escenario hipotético en el que si el candidato a la alcaldía de Santiago resulta ser finalmente el incumbente actual, el danilismo opte por aplicar la fórmula “Caín-Collado”, es decir, bajar línea para votar en su contra, con lo que conseguirían sepultar políticamente al rebelde Abel y debilitar a Leonel.

Todas estas acciones son sólo escaramuzas de la batalla que libran Leonel Fernández y Danilo Medina por la hegemonía partidaria y que se expresa en la lucha por la candidatura presidencial, la cual, si se toma en cuenta la extraordinaria capacidad que ha mostrado el PLD para preservar su unidad, podría terminar en un armisticio o acuerdo del desacuerdo donde el leonelismo gane perdiendo y el danilismo pierda ganando.

Nos explicamos. Si el ex Presidente mantiene su postura resuelta a ser el candidato del PLD en las elecciones del 2020 con su consigna de guerra “No hay marcha atrás”, al Presidente no le quedará otra opción que desistir de su aspiración reeleccionista y llegar a un acuerdo con Fernández donde el oficialismo conserve su dominio de la cuota en el Congreso del partido morado. Los actos reeleccionistas protagonizados por los senadores danilistas en la mayoría del país buscan no sólo promover la reelección del presidente, como aparentan, sino además consolidar sus candidaturas y la capacidad de negociación con el leonelismo (enfocado sólo en la candidatura presidencial) en beneficio de los legisladores que responden a Medina.

En ese escenario probable, en el que Leonel sería el candidato presidencial y Danilo conservaría la mayoría de los legisladores peledeístas en el Congreso, no se descarta que,  dado el grado de desafección y resentimiento que prevalece entre estos dos caciques políticos y sus seguidores, el sanjuanero opte por la fórmula  que usó  Balaguer en contra de su Vicepresidente Peynado y que precisamente permitió el ascenso de Leonel al poder, que consistió en no apoyar el candidato de su partido, aunque pase el de la oposición.

Guardando las distancias y matices, sobre todo porque el candidato de la oposición a ser beneficiario de esta maniobra -con mucha probabilidad Luis Abinader- no se convertiría en un aliado y discípulo de Danilo como sucedió con Leonel  respecto a  Balaguer, recientes movidas tácticas del danilismo como la reestructuración a su favor de la Suprema Corte de Justicia y el fortalecimiento de su ejército legislativo, apuntan a fortalecer la probabilidad de esta conjetura.

En un escenario político configurado de esa manera, Danilo Medina concentraría todo su esfuerzo y recursos a lograr el triunfo de los candidatos a senadores y diputados de su corriente, para conservar eventualmente como ex Presidente una cuota política que lo convierta en el hombre fuerte en el Congreso desde la oposición, dejando definitivamente fuera del escenario a Leonel Fernández con la aplicación de la fórmula “Caín- Peynado”-

Este es sólo un escenario predictivo cuya validación o no tendrá lugar con la consumación de los hechos en un futuro próximo.

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