La grandeza de Jesucristo

El ser humano por lo general tiende a buscar gloria ante los demás, sin embargo, Jesucristo no decía ni hacía las cosas para buscar gloria de los hombres. El dij «Gloria de los hombres no recibo,» Jn. 5:41. «Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga» Jn. 8:50. Esa es la conducta que proyecta un hombre superior, que está por encima de las mezquindades humanas. Jesucristo era un hombre centrado en las realidades naturales y espirituales. Una de las grandezas de Jesús consiste en que él no escribió sobre él, ni sobre sus enseñanzas. A pesar de él saber leer y escribir. En Juan 8:6b, 8, está escrit «Pero Jesús, inclinado hacía el suelo, escribía en tierra con el dedo… E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.» Pero a la vez, Jesús sabía leer, pues está escrit «Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro halló el lugar donde estaba escrit El Espíritu del Señor está sobre mí»… Jn. 416- 18a. Jesucristo era descendiente de Abraham, a quien los judíos consideraban como su padre. No obstante, él no se presentó como hijo de éste, lo cual podía haber atraído más personas hacía él; él prefirió demostrar a los judíos de esa época, que ellos no daban honor a Abraham, pues les dij «Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham harías. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham» Jn. 8:39, 40. Cuando Pedro había declarado que Jesús era el Cristo, siendo ya conocido por sus discípulos de que él era el Crist «Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo» Mt. 16:20. El no quería causar un impacto social, pues su objetivo no era la jactancia y la vanidad, sino la humildad; él quería que las personas descubrieran quien era él, en base a sus obras y sus enseñanzas, pero nunca en fundado en simples propagandas. Jesús era un ser grande, pues siendo Hijo de Dios, se identificó como el Hijo del Hombre, su dignidad de ser lo que él era, no se perdía porque se identificara como uno de nosotros. Por eso, su forma de ser lo identificaba más con los menospreciados, como estaba escrit «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor» Lc. 4:18, 19. Jesús no criticaba a las personas, más bien, los defendía ante sus verdugos; los acusadores escribas y fariseos, en el caso de la mujer que decían que fue encontrada en el acto de adulterio, les dijo que el que de ellos esté «sin pecado que sea el primero en arrojar la piedra sobre ella,» Juan 8:1- 11. Pero también defendió a los niños ante la ignorancia de sus discípulos, pues él les dij «Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos,» Mt. 19: 14. La grandeza de Jesucristo se demuestra en que fue capaz de asumir la muerte, para salvar del pecado y del infierno a tantos culpables que le buscan. El sabía lo que le iba a suceder, sin embargo, no rehusó sufrir y morir por nosotros. Sólo los que tienen una visión clara de la grandeza, son capaces de tomar lo ridículo para beneficiar a los necesitados. Cuando fue arrestado pidió que dejaran ir a los discípulos, diciend «Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a éstos» Jn. 18:8; Y no puso oposición cuando soltaron a Barrabás y ordenaron la crucifixión de él. No ha habido otra persona tan grande como Jesús. Por eso, aunque inició un ministerio con doce apóstoles, en un pequeño país, que en menos de 40 años, más tarde desapareció; sin riquezas, sin apoyo de naciones, por el contrario su propia nación era su principal opositor. Sin embargo, habiendo buscado hombres que eran simples pescadores; otros, servidores al Imperio; otros, siervos del Sanedrin; algunos eran sin iletrados, y otros pocos cultos. Pero a pesar de todas estas situaciones, inició la conquista de corazones para el Señor. Jesucristo es seguido por personas de todas las naciones, y sus enseñanzas son apreciadas más allá de sus seguidores. El libro que habla de él es el más leído del mundo, y por ende el que se ha traducido a más idiomas y dialectos. Muchos de sus opositores, lo consideran como un profeta de Dios y los más extremistas no tienen fuertes argumentaciones contra él. Faltan muchos conocimientos más sobre la grandeza de Jesús, pues también hay que decir que él es Señor y Salvador de millones de personas. Dios le bendiga.

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