La despenalización del aborto

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El autor es educador. Reside en Santo Domingo

POR FRANCIS ANTONIO LORA RAMÍREZ 

Es evidente que el tema del aborto ha cautivado la atención de la sociedad dominicana, y no porque el mismo sea simple o complejo, sino por los intereses que lo defienden. Por  un lado, «las feministas y sus consortes»; y del otro, la Iglesia Católica y sus fieles séquitos.

Las feministas piden la despenalización del aborto, más la inclusión en el Código Penal de “las tres causales”, las cuales contemplan la interrupción del embarazo: 1-Cuando esté en peligro la vida de la mujer, 2- Si el embarazo es producto de una violación o incesto 3- Y siempre que la criatura no sea compatible con la vida.

Con estas medidas, las feministas establecen no solo procurar una conquista social, sino también un reconocimiento jurídico a sus derechos como mujeres de hacer lo que quisieran con su vida, y el fruto de su vientre. Alegan, además: que ni las cámaras legislativas, ni la Iglesia les deben coartar sus derechos. Y punto…

La Iglesia, por su lado, apela a la sensatez de sus contrarios, y al respeto mutuo por la vida. En sus argumentos recurre a la Biblia. Cita del libro de Éxodo, el capítulo 20, verso 13 (quinto mandamiento), el cual dice, implícitamente: » No matarás».

Dicho grupo, además, hace mención, de que el aborto al ser «un delito per se «, no por demás está condenado por las leyes dominicanas. Y cita, al respecto, de forma concluyente, el artículo 37 de la Constitución dominicana, que dice: “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse, ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte”. (Fin de la cita)

Conocidas y apreciadas las dos posiciones presentadas, es obvio que uno de los dos grupos tiene como derecho la razón; y ese es, el de los católicos, simplemente porque expone y justifica mejor sus intereses, los cuales, a resumidas cuentas, son, sin duda, los de todos los dominicanos/as.

No obstante, la Constitución dominicana contempla el derecho íntegro de la vida de las mujeres (artículo 42). De ahí se infiere que en el caso excepcional, cuando la salud de estas implicara algún riesgo congénito o de muerte, en torno al fruto de su vientre (a juicio de los expertos), siempre se ha hecho lo justo.

A las mujeres, como dueñas de su vida y cuerpo se les debe amar y respetar siempre. Su reclamo es comprensible y razonable, pero solo en la forma. En el fondo, sin embargo, no, porque riñe con las leyes divinas y las humanas.

La despenalización del aborto, no constituye un desagravio; por el contrario: “equivale a aprobar la pena de muerte en nuestro país”, y a su vez, “cumplirle un sueño a cierto sector oscuro”, que “lo único que espera es el visto bueno de las autoridades, para comenzar a hacer negocios a sus anchas, y en detrimento de las propias mujeres”.

Es oportuno que el Gobierno, con carácter de urgencia, ponga en marcha un plan, cuya finalidad sea la de: orientar, respaldar y educar a las mujeres, sobre los aspectos morales, físicos, sexuales y, sobre todo, de “los riesgos que implica, en su salud, la sola práctica del aborto”, el cual, no es, ni será nunca un desagravio a los males que suscriben las feministas.

El recurso del aborto, en vez de traer una solución a las mujeres, les agrega, como si fuera poco, otros males y traumas irreparables, en   aspectos que abarcan: lo psíquico, lo físico y la conducta. De ello no se habla. La doble moral despunta de boca en boca, sin reparo alguno.

¡Seamos sensatos! …Y demostremos que somos “seres humanos”; “personas racionales”, cuyas facultades nos permiten amar y obrar, en positivo, con la intención de aportar “una solución bien justificada, a este, y a cualquier otro reto con el cual nos toque lidiar, en lo adelante, ante Dios, la Patria, y nuestro prójimo.

fancislora3@gmail.com 

JPM

 

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Edgard
Edgard
2 Años hace

bien dicho

Aris Martínez
Aris Martínez
2 Años hace

totalmente de acuerdo con las mujeres, ellas tienen el derecho de mandar sobre sus cuerpos. por eso, cada mujer nace con una matriz y la que no quiera ser madre, que ejerza el derecho que tiene sobre su cuerpo y se haga extirpar la matriz para no concebir un embarazo. tres razones le asisten: 1 – es su cuerpo. 2 – no se convertirá en criminal al matar una criatura que lleva en su vientre. 3 – no tendrá cargo de conciencia de que es una criminal.