La confianza en pleno deterioro

La economía se nutre de supuestos que mientras más cercanos se
encuentren a la realidad más certeros son sus resultados, mientras la
política se nutre de realidades de donde les proviene fortaleza y
confianza a sendas disciplinas. Todo el quehacer financiero-económico
se basa en la palabra mágica y abstracta, “confianza”, que en tiempos
pasados se sellaba hasta con sangre, para empeñar la palabra y el
honor de las personas.

No cumplir lo que se promete deteriora la confianza, perdiéndose la fe
en lo prometido dando lugar a la demagogia, frustración o dudas sobre
las acciones de las personas o instituciones que hacen las promesas a
cumplir.

El ser humano: sueña, se apasiona, se encanta o se ilusiona sobre lo
que ha de suceder pero al ocurrir todo lo contrario surge el
sentimiento de fracaso.

La amargura se extrema cuando en la economia y finanza no sucede lo
que por lógica debe suceder. Es el caso de la rebaja del costo de los
insumos que sirven de base para la elaboración de bienes y servicios
los cuales no experimentan baja en sus precios (costo de producción
más el margen de utilidad) que se esperan o deben producirse.

A mayor especulación, incremento de costo y márgenes de ganancias
mayores precios y por ende menos: poder de compra, demanda,
utilidades, producción, empleos y menos ingresos tributarios.

La falta de institucionalidad, supervisión y regulación de parte de
las autoridades gubernamentales y la falta de cultura
económica-financiera en productores, intermediarios y comerciantes
originan precios inalcanzables provocando el agiotismo, la
especulación y abuso inhumano en las ventas de bienes y servicios.

Durante estos días de fiestas navideñas se observa una mayor afluencia
de personas que circulan de una tienda a otra, de un supermercado a
otro, en busca de buenos precios en bienes y servicios requeridos para
satisfacer sus necesidades, pero la sorpresa que se llevan es la
frustración al no poder llenar sus expectativas y requerimientos.

Lo anterior ahuyenta, desorienta y desilusiona al consumidor y más
cuando a través de campañas publicitarias se ha ofrecido tales o
cuales bienes o servicios a precios asequibles y atractivos,
llegándose hasta al engaño.

Ante esta situación no aparecen en auxilio las autoridades
gubernamentales que puedan poner coto a tantos abusos en los precios,
no obstante pregonarse a los cuatro vientos que el índice de precio al
consumidor es bajo o que la meta de inflación anual programada por las
autoridades económica-financieras se está cumpliendo con creces.

Se oyen reclamos, quejidos y comentarios de frustración que se alzan
pero sin receptividad alguna que pueda cortar de cuajo el abuso
indiscriminado de personas desaprensivas e inescrupulosas, ávidas de
más riquezas que no podrán llevarse al más allá.

Comerciantes hablan de malas ventas, consumidores de altos precios,
tal el caso de los precios del pollo a RD$60.00 y RD$65.00 pesos la
libra, el precio de la libra de cebollas a RD$60.00, cerdo a RD$85.00
la libra, plátanos a RD$15.00 la unidad y la tradicional telera
navideña a RD$80.00.

¿Por qué tantos abusos cuando todo el mundo sabe que los precios de
los combustibles y el costo del transporte experimentan cada dia
rebajas significativas?

Se manifiesta el crujir de dientes y la desesperación entre las
personas que entran a los establecimientos comerciales y salen con las
manos vacías. Visitan esos lugares a comparar precios o simplemente a
pavonearse para aparentar que están comprando, como cuando no se
cocina en un hogar pobre y el ama de casa hace sonar el caldero para
que el vecino más cercano crea que en ese hogar se ha cocinado.

Pro-Consumidor y demás autoridades gubernamentales no deben dejar
huérfanos a los consumidores más vulnerables que con poco dinero y
bajo poder de compra salen a adquirir bienes y servicios que durante
el año no han logrado satisfacer. Definitivamente se ha perdido la
confianza y la esperanza. No más abuso.

Hasta que las autoridades no proporcionen las condiciones que permitan
producir a menos costos que faciliten la competitividad, controlen el
agiotismo o aumenten salarios y sueldos, el alto costo de la vida en
República Dominicana seguirá en aumento.

Se esfuman entre los dedos los exiguos ingresos que perciben los
hogares y se incrementan sus deudas al módico 20% o 40%, cuando otros
se ufanan de habérselo robado todo a costa de la salud de los
dominicanos. Es un secreto a voces la Confianza se encuentra en pleno
deterioro.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com
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