La compleja economía del gas
El gas natural en la etapa contemporánea es un combustible fósil que ha pasado a jugar un rol determinante en la industria y la economía que anteriormente jugaba el petróleo en el siglo XIX y XX. En su proceso acumulado durante millones de años en la tierra, que surge como resultado de una descomposición anaeróbica de los restos de plantas y animales carente de oxigeno como da referencia la clásica enciclopedia británica. Así, esta fuente energética lidera la transición de combustibles fósiles a un modelo energético bajo en carbono. Aunque no deja de ser contaminante.
Actualmente, los expertos entienden que es muy difícil determinar la reserva probada mundial de gas natural, al mismo tiempo de considerar que dicho combustible se puede encontrar en todo el mundo. Las innovaciones tecnológica constituyen una promesa en la ruta de su producción y de determinar la existencia en el subsuelo del preciado combustible, al igual que la tecnología de esquito (fracturación hidráulica) que ha elevado sustancialmente su productividad, especialmente en los Estados Unidos. Estudio reciente nos indican que las grandes reservas mundiales de esta codiciada fuente energética se encuentran en Rusia, Medio Oriente y Europa, constituyendo no menos de un 75 por ciento del total de las reservas mundiales. Particularmente Rusia es dominante con 47.8 billones de metros cúbicos; encontrándose el yacimiento más grande del mundo en la región de Siberia al norte de Asia, situado en el Golfo de Ob, específicamente el Círculo Polar Ártico. Una región inmensamente rica en petróleo, gas natural y carbón, además de diamante, oro, hierro y demás minerales. Estados Unidos en cambio, apenas cuenta con un 4% de la reserva mundial, aunque está entre los principales productores y exportadores del mundo. Su producción alcanza a 34 estados, teniendo como sus principales productores a los estados de “Texas con un 24,1%, Pensilvania 21,8%, Luisiana 9,9%, Virginia 7,4% y Oklahoma con un 6,7%”.
En materia de reserva técnicamente el 16 por ciento le corresponde a los continentes africano y asiático respectivamente. Y finalmente, América Latina y el Caribe se despachan con un 4 por ciento de la reserva probada de la preciada fuente energética.
La guerra ruso-ucraniana devino en una gran crisis del suministro del gas natural a Europa, que tenía como su fuente principal la Patria de Pedro el Grande. Lo que generó que los costes de producción en la industria europea se dispararon en más de un 300%, induciendo grandes pérdidas en las manufacturas de alto consumo energético de la eurozona. Situación que provocó el desplome de los sectores metalúrgico, siderúrgico, químico y otras industrias en el viejo continente. Este drama se ha traducido en mayor desocupación laboral e incremento de los servicios, particularmente la factura eléctrica de los hogares, constituyendo la tormenta perfecta que empobrece a los que menos pueden.
La imperiosa necesidad de la preciada fuente energética ha hecho preguntarse a muchos sabios, sí traerá el gas la Paz a Europa. Sin embargo, la compleja geoeconomía del gas nos coloca en una gran incertidumbre ante la potencial posibilidad de construir el gasoducto Qatar-Europa, vía Siria y Turquía. Esta ingeniosa y riesgosa propuesta pasa por desplazar la vía más expedita el gasoducto Irán-Europa, teniendo como ruta por igual Siria y Turquía.
Este último proyecto no tuvo lugar anteriormente dado las complicaciones en el escenario geopolítico mundial; pues siendo Rusia un aliado estratégico de Irán, no era propio debilitar el envidiable posicionamiento del gas ruso en el suelo europeo. Pero, esta circunstancia está a punto de cambiar, si se abre la nueva ruta del gas Qatar-Europa.
Y, he aquí donde se presentan lo que los chinos llaman el pollo del arroz con pollo. Pues, esta complejísima situación nos revela una interesante coincidencia de intereses entre Rusia y los EE.UU en el apetecido mercado europeo
Si bien Rusia se vería relativamente perjudicada por la realización del mencionado gasoducto qataríes. Al mismo tiempo, ante la posibilidad del mencionado megaproyecto gasífero, la Patria de Abrahán Lincoln (emancipador de los esclavos), sería el mayor perjudicado; ya que actualmente es el proveedor más importante de gas al mercado europeo. Y, quien hasta ahora ha fungido como una especie de protectorado para el viejo continente, como ha explicado el erudito de Brzezinski en su obra “El gran tablero mundial”.
Por lo que, podemos avizorar un entendimiento en la geoeconomía del gas entre dos grandes, Estados Unidos de América y la Federación de Rusia en aras de preservar un importante mercado. Salvo que las grandes transnacionales estadounidenses sean dominantes en la producción del gas qatarís.
JPM