La borrachera política

Hace tiempo que hacía falta que alguien rescatara la honorabilidad de la respetada familia Mirarabal en la República Dominicana. En un país donde desde el poder político ya nadie respeta nada siempre es bueno recordarle a la gente que no todo está perdido. Sólo para que las nuevas generaciones vean que no todo es dinero mal habido para tener aviones, fincas, yeepetas y mansiones de lujo ganadas con el tráfico de influencia y el acceso fácil al poder a través de la politiquería. El tigueraje político ve al PLD como un medio más de ascenso social y económico. Destruir las finanzas públicas es puro deporte nacional. Quedaron atrás los tiempos del sueño, el patriotismo . Y ha sido esa la resultante del proceso de descomposición social y degeneración completa de todos los valores y principios del profesor Juan Bosch. La larga parranda comenzó desde temprano, en el primer gobierno de Leonel Fernández en 1996. Empezaron con las PEME –aquel famoso programa de pagar para no pegar, según el ex-gobernante— y siguieron con la pérdida total de la verguenza para robar el erario público. Perdieron el pudor y empeñaron la dignidad. A tal grado que ya nada asquea ni molesta por más degradante, inmoral y vergonzozo que sea. Los Félix Bautista y De La Rúa son ejemplos de conducta ejemplar, intachable. No hay auditoría que valga en la Cámara de Cuentas porque las cortes están todas cerradas al conocimiento, enjuiciamiento y condena del más mínimo caso de corrupción. Hasta el escandaloso caso Bahía de las Aguilas quedó extinguido por el paso del tiempo. Lo dejaron morir a propósito. La borrachera de impunidad ha sido extraordinaria. Regalaron la mina de oro de Pueblo Viejo a la Barrick Gold. Y querían embargar los Haitises. No invirtieron un chele en alfabetización. Sepultaron toda esperanza de justicia. Hay un caso tremendo de juma y parranda política. Es el de Jaime David Fernández Mirabal. Tan grande ha sido la parranda que hasta perdió la faja presidencial y todavía no se da ni por enterado. Con tanta esperanza e ilusión que lo veía la gente, sólo por ser hijo de la honorable familia Mirabal. Prefirió volar con alas de paloma sin rumbo y arrojó la presidencia al zafacón de la historia. Borró su memoria histórica. Es triste y penoso como mueren las causas nobles. Desde que llegan al carguito público sólo atinan a pensar como estafadores del Estado. Su norte permanente es cómo dar el próximo tumbe millonario a las arcas públicas. Es bueno ganar riquezas con los fondos de los hambrientos. Los más degenerados ideológicos y políticos son hoy grandes líderes respetados del PLD. Un ambiente tóxico, irritante y nauseabundo para cualquier ciudadano decente. Sin futuro politico frente la poderosa cúpula dirigencial que controla el PLD no tenia más remedio que renunciar. Liberarse de la angustia existencial que significa compartir la impunidad. La hija de Manolo Tavares y Minerva Mirabal –la familia mártir de la lucha por la libertad contra la tiranía trujillista– ha recuperado su paz espiritual y ha rescatado la honorabilidad de su familia. Ya no siente verguenza ajena ni complicidad con la delincuencia de Estado. Está por fin libre de la borrachera política del peledeismo ortodoxo vergonzante. Y a los borrachones que sigan su fiesta, no paren nunca, sigan su parranda política…. josealdueys@gmail.com

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