La agonía de la democracia

El mundo político dominicano ha entrado en una fase degradante que asusta hasta los más compiscuo estudiosos de los fenómenos sociales y politicos de toda latinoamerica, determinada esta apreciación por la forma como se ha desarrollado el proceso electoral pasado.

En las recientes elecciones municipales se produjeron acontecimientos que por su organización y uniformidad evidencian que se hizo con planificación y minuciosos detalles; la compra del voto a un precio prefijado, regalos de drogas, la compra de cédulas, las amenazas de cancelar tarjetas, inauguraciónes ilegales, el hermetico control militar y por demás, casi todos los presidentes de mesas eran del partido oficial confirman un concierto formado para aplastar a como diera lugar, a la oposición.

Se alega, como justificación que todos los partidos en el gobierno han hecho de esta práctica un modus operandi normal, con el propósito de retener el poder político, fundamentado esta apreciación, en el hecho de que el o los órganos reguladores y persecutorios del sistema no intervienieron para hacer cumplir el mandato de la ley,

Sin embargo, es justo decir, que en esta oportunidad el «método» se ejecutó a la vista de todo sin el más mínimo temor a consecuencias legales y sin que ninguna autoridad, ni periodistas «independientes» sometieran o denunciaran a los responsable de tan profunda herida mortal a la democracia, más bien, el centro de la atención periodistica lo fue la debacle o no de la oposición.

Lo preocupante de esta situación radica en el hecho de que el proceso comicial venidero, que está a la vuelta de la esquina, podría entrar en una espiral de violencia electoral indetenible entre los partidarios rivales, puesto que, ante las desviaciones señaladas, la impunidad de estas y el silencio cómplice inducido de una sociedad adormecida, por lo general, debuta la venganza privada como forma primitiva de dirimir controversias.

Hay que recordar que en el próximo torneo se va a discutir el PODER REAL, La Presidencia de La República donde los intereses políticos y de sectores económicos importantes de este país están en juego, máxime si uno de los contendientes entiende que esa sería su última pelea y dará el todo por el todo en procura de que su fama y su posicionamiento no le sea arrebatado de forma descarada, tope no es pelea dice argot popular, y esta se perfila como la madre de todas las batallas.

Desde esa perspectiva, la situación es compleja y no tan simple como algunos «opinadores» pagados, han pretendido presentarla a la sociedad Dominicana, lo cierto es que el hombre de a pie, los comerciantes, el que tiene algo que perder y la familia misma, han entrado en un estado de angustia total desquiciante, disimulada en un vendaval de pasiones desbordadas; y eso de por sí, es explosivo.

¿A donde pueden recurrir, los partidos de oposición y los ciudadanos independientes para canalizar sus quejas o denuncias? Ante la JCE que se lava las manos diciendo que existen fiscales electorales para perseguir el delito, con ello evitar anular las elecciones? ¿o por ante esos fiscales que voltean las caras para no ver cómo la ley es pisoteada olimpicamente? ¿o por ante el defensor del pueblo que se tapa la nariz para no oler el fétido batido de «mierda» en que se puede convertir nuestra democracia?

El que se quiera creer la película que lo haga, pero realmente el mal de fondo es innegable, todo indica que hemos retrocedido en el tiempo que los «metodos» que antes criticabamos a Balaguer hoy han vuelto con mayor intensidad y sin desparpajo, sumergiendo a la oposición y a quienes todavía le queda algo de racionalidad politica en una deprimente impotencia que podría estallar fragmentada en convulsiones políticas de muchos frentes.

Desconocen que toda aventura es peligrosa, que cuando los pueblos no encuentran explicación ni salida a los fenómenos económicos, sociales y políticos que les afectan, estando cerradas todas las válvulas de escape, son presa de una angustia generalizada, que por antonomasia es peor que el miedo, reaccionando con respuestas imprevisibles y fuera de control,

Ante panoramas tan sombríos, que los nuevos ricos provocan y los pueblos indefensos con juventudes sin capacidad de cuestionamientos no entienden, constituyen el abono perfecto, para la aparición de un loco mesías que para los que hoy celebran la agonía de la democracia podría ser el perderlo todo con la añoranza de volver a aquella que un día despreciaron.

En definitiva, como dice Byung-chul Han, repitiendo a Heidegger, en su ensayo «vida contemplativa»: «Aquello ante lo que la angustia se angustia es el estar-en-el-mundo mismo. En la angustia se hunde […] el ente intramundano. El «mundo» ya no puede ofrecer nada, ni tampoco la coexistencia de los otros».

Jpm