Juicio a María

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

El Dicasterio para la Doctrina de las Fe emitió la nota doctrinal “mater Populi Fidelis” que invalida dones que la Iglesia Católica reconocía en María, madre del Cristo Encarnado, entre los que figura el de corredentora, además de decretar que la inmaculada no comparte con Jesús la potestad de salvar a la humanidad del pecado.

Conforme a ese documento, María no se las puede definir como redentora, mediadora ni como alguien que concede gracia, lo que debería resultar muy dolorosos para la feligresía  latinoamericana acostumbrada a invocar a la Virgen para que interceda ante el Altísimo en la absolución del pecado o para que conceda algún requerimiento material.

Ese Dicasterio, dirigido por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández,   advierte que la adjudicación del título de corredentora corre el riesgo de “oscurecer la única mediación salvífica de Cristo”, y puede generar confusión y un desequilibrio en la armonía de verdades de la fe cristiana”.

Entre la feligresía católica dominicana no se ha producido, ninguna reflexión en torno  al despojo de esos dones marianos que por siglos invoca el catolicismo, más aún porque María, bautizada como Virgen de la Altagracia y Virgen de las Mercedes, es patrona y madre espiritual del pueblo dominicano.

Además de negarle los dones divinos de corredentora y de mediadora, el Dicasterio de la Doctrina de la Fe también objeta que María pueda conceder gracias, porque dice que  su don se limita  a “su protección maternal” que  ayuda “a disponernos a la vida de gracia que solamente el Señor puede infundir en nosotros”.

El cardenal Fernández, con sus obispos, habrá hurgado en montones de textos bíblicos y otros documentos teológicos para sustentar su “mater populi fidelis”  pero será muy difícil que pueda evitar que millones de católicos del ámbito hispánico continúen invocando a María, en sus diferentes versiones, para que interceda por ellos ante Dios.

La religión forma parte integral del conjunto de costumbres o tradiciones que consolidan la cultura  de los pueblos, cuyos valores no se derriban fácilmente por  decretos, doctrinas o encíclicas, como sería, por ejemplo, descontinuar la oración aquella que  se inicia con la expresión de “Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.”

Fernández, nombrado  al frente de ese Dicasterio por el fallecido Papa Francisco,  sabe muy bien que  en América Latina, la figura de María  ha ejercido, desde el Descubrimiento o conquista, una enorme influencia sobre millones de católicos, por lo que debió no embarcarse en lo que el propio pontífice definió como una tontería.

jpm-am

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ES TODO
ES TODO
25 dias hace

LAS RELIGIONES. TODAS SON CUENTOS PARA VIVIR DE LOS PENDEJOS

CANTINFLAS
CANTINFLAS
25 dias hace

Entonces, después de ésta aclaración,concluyamos,que el indio mejicano Juan Diego,lo más probable había consumido Peyote,cuando fue huyendo a decirle al cura,que se le había aparecido la Virgen de Guadalupe.

Balanete
Balanete
25 dias hace

Es que en America se le ha otorgado a María un poder y una devoción que están por encima del mismo Dios. Las festividades marianas superan los cultos que se le hacen al ****r. María no es más que una humana privilegiada por el Altísimo, no una diosa. En algún momento había que ponerla en su puesto.

Pichirilo
Pichirilo
26 dias hace

Y este oportunista está vivo ?

Ranfis Peñ
Ranfis Peñ
26 dias hace

Hay una máxima en derecho que dice, que si la imposición de justicia hace más daño que la falta mima, obviemosla.

Rafael
Rafael
26 dias hace
Responder a  Ranfis Peñ

María nunca ha sido redentor de nadie.
Ése , más el de rezarle a los muertos , como el de cargar ídolos al hombro en ciertas festividades católicas no tienen significado bíblico .
» Yo soy el camino, la verdad y la vida , nadie viene al padre si no es por mí» dice Jesús. No dice por mamá ni por María.
» Todo el que a mi viene no le echo fuera» , vuelve a decir. María solo tiene que ver con el nacimiento de Jesús ; ella no salva a nadie por eso.