Jubileo de la Esperanza 2025
La Nochebuena de 2024 fue un momento especial, un hito que marcó el inicio del Jubileo de la Esperanza para el año 2025 y que clausurará el 6 de enero 2026. En esa bellísima ocasión, el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, un gesto que simboliza la entrada a un año lleno de misericordia y perdón.
Él nos invitó a entrar en un tiempo donde la esperanza florece, recordándonos que la fe puede transformar corazones y realidades. Y es que, en medio de los desafíos de nuestra vida cotidiana, todos necesitamos un recordatorio de que siempre hay espacio para la esperanza, la alegría y la renovación espiritual.
Este Jubileo no solo es una celebración; es un llamado a redescubrir la esencia de nuestra fe. El Papa nos inspiró a llevar esperanza a aquellos lugares donde se ha perdido, a aquellos que sufren, y a los que se sienten solos o derrotados. Con su mensaje, nos anima a ser agentes de cambio y transformación, recordándonos que cada uno de nosotros tiene el poder de iluminar vidas con pequeños gestos de amor y compasión. Todos estamos invitados a participar.
Ahora bien, ¿qué son las indulgencias plenarias y cómo podemos ganarlas durante este Jubileo? Las indulgencias son un don de la misericordia divina que nos permiten experimentar el perdón y la purificación de nuestros pecados.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos proporciona, con palabras de Pablo VI, una definición más precisa: “La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos” (Catecismo, 1471).
Durante el Jubileo de 2025, todos los fieles que se acerquen con un corazón arrepentido y lleno de caridad podrán ganar estas indulgencias siguiendo algunas pautas específicas. Al recitar oraciones por las intenciones del Papa, al confesarse y al recibir la comunión en un templo jubilar, las personas pueden obtener la indulgencia, que también puede aplicarse a sí misma o al alma de una persona que haya partido de este mundo.
Los peregrinos que realicen un viaje a lugares sagrados relacionados con el Jubileo (cada obispo del mundo determina cuales son los templos jubilares de su territorio. En el caso de la Arquidiócesis de Santo Domingo la Catedral Primada de América es uno de esos.
Por lo general los obispos siempre incluyen a sus catedrales), participando en las eucaristías, también tienen la oportunidad de recibir estas indulgencias. Pero no solo se limita a las peregrinaciones; aquellos que, por algún motivo, no pueden asistir físicamente a las celebraciones eucarísticas, pueden también obtener la indulgencia al rezar en sus hogares, ofreciendo sus sufrimientos a Dios. Las obras de misericordia y las acciones de caridad son otra forma de obtener la indulgencia, haciendo vida la enseñanza del amor al prójimo que Cristo nos dejó.
Este año jubilar es, sin duda, una oportunidad invaluable para acercarnos a nuestras raíces de fe, para abrazar la misericordia y compartirla con los demás. Se nos invita a vivir con un nuevo ardor y propósito, a escuchar al corazón de quienes nos rodean y a ser un faro de esperanza en tiempos inciertos.
Por tanto, a tí que me lees, te invito junto conmigo a que vivamos plenamente este Jubileo de la Esperanza 2025. Aprovechar cada ocasión para ganar las indulgencias que podemos ofrecer a nuestros seres queridos que han partido de este mundo, pero más allá de eso, deja que este sea un tiempo de renovación interior y de compromiso con el amor y la solidaridad. La puerta a la esperanza está abierta; ¡entremos juntos!
jpm-am
Sigue comprando indultos y no busque a Jesucristo, que el día del juicio te espera.!