Impacto económico de los programas sociales

Desde tiempos inmemoriales las sociedades formadas siempre han estado divididas entre fuertes y débiles, entre los que pueden y no pueden, entre ricos y pobres. La clase pudiente brilla por su disciplina para obtener riquezas, por el esfuerzo para conseguir su prosperidad y mantenerla. Eso merece un reconocimiento y un aplauso. En cambio, la clase más necesitada, más vulnerable, pobre, carece en gran medida de esas virtudes. Por ende merece ser, educada, orientada y socorrida por el Estado. En el caso específico de la Nación dominicana, ésta se erige, según el artículo siete de la Constitución proclamada el veintiséis de enero de 2010, como un “Estado social y Democrático de derecho.” El texto constitucional se “fundamenta en el respeto a la dignidad humana”. Como Estado social, vale la garantía de la protección de los derechos sociales y fundamentales a quienes necesitan ayuda oficial. Y como Estado democrático de derecho, éste le debe garantizar a la clase pobre, participación plena de todos los derechos económicos y sociales. Para el Estado el “respeto a la dignidad humana” ocupa el lugar más alto en la escala de valores de la Constitución, debido a que la razón de ser de la misma es la persona. En tal sentido, bien hace el Estado en auxiliar a la clase pobre realizando inversiones en programas sociales para impulsar su desarrollo y sostenibilidad. Para muchos, los programas sociales representan un gasto para el Estado. Y puede ser que suceda así con algunos que no estén dirigidos a mejorar las condiciones de vida de los indigentes que viven en nuestra sociedad. Algunos sectores nacionales y extranjeros verían con agrado que el gobierno dominicano elimine los programas sociales por completo y que destinara esos recursos a otro tipo de inversión más productiva. Pero, si eso llegare a ocurrir, el Estado dejaría de cumplir con su función social tal como lo establece la Constitución de la República La inversión social permite obtener resultados favorables, tanto para el gobierno, como para el Estado, como para la economía de la clase pobre. Y eso no es malo, por el contrario es muy bueno, debido a que ese cumplimiento oficial contribuye al fortalecimiento del Estado de derecho en la República Dominicana. Los programas de inversión social son muy importantes para lograr elevar el índice de desarrollo humano del país. Su impacto económico incide positivamente en la educación, salud, empleos, consumo y productividad. Este tipo de inversión garantiza la igualdad y la equidad social; y ayuda a evitar desequilibrios en todos los órdenes.

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