Hugo Cabrera: el inmenso

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Hugo Cabrera

Documentar de manera acuciosa y con cierta ingeniosidad  lo que ha significado la vida de Hugo Cabrera para el deporte dominicano, es una tarea pendiente, diríamos que urgente, para cronistas e historiadores deportivos que quieran re-crear una época tan vibrante y significativa para la vida social y deportiva local  como fue la que dio paso al surgimiento de esa  camada de baloncestistas nuestros  que han puesto en alto el nombre de la República Dominicana en todas las canchas de nuestro continente. 

Sin dudas que la carrera de este estelar baloncestista tiene los ingredientes necesarios para inspirar una narración o un guion lo suficiente atractivo para captar en una realización el interés de todos.  Basta solo pensar en   la emotividad y la euforia que despertaba la presencia de Hugo en cualquier cancha de baloncesto donde tenía la oportunidad, no solo de exhibir su excepcional talento deportivo, sino también su extraordinario carisma. 

Era fiero y voraz en la cancha, nunca se mostraba displicente o decaído, vivía con intensidad y pasión cada segundo sobre el tabloncillo. Para resultar una figura más atractiva, sus cercanos y familiares exaltan sin limitaciones  su calidad humana fuera del fragor del juego.

 Sería interesante analizar y dramatizar alrededor de unos de nuestros grandes encestadores lo    qué significó para el baloncesto  dominicano dejar el Auditorio Eugenio María de Hostos, como su plaza estelar  para  instalarse en la media naranja  del Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto,  escenario que convocó a chicos y chicas de distintas zonas de nuestra urbe  para resaltar una entusiasta confrontación deportiva entre clubes capitalinos que, en ocasiones, tuvo un cierto trasfondo clasista, cuando era el Club Naco que estaba sobre el tabloncillo. 

EL AUTOR es escritor. Reside en Santo Domingo.

Para construir la trama podríamos citar  esos  hombres que ya  se nos han  ido como   Héctor Báez, Chicho Sibilio, Franchy Prats y a Hugo Cabrera que creo es el que presenta el perfil más ventajoso para la propuesta que estoy  sugiriendo. Ellos,  junto a otros brillantes atletas, fueron parte significativa del renacer del baloncesto nacional, de su internacionalización, de ese bien ganado espacio de respeto a nivel de América y otras latitudes que alcanzó y sigue alcanzado nuestro baloncesto. Ellos elevaron la autoestima de la juventud y ayudaron a encarnar una sana rivalidad que se vivió  entre los barrios de la capital con  el baloncesto dominicano a partir de la década del setenta.

Me imagino  la publicación de un lujoso libro con una foto  del equipo nuestro que ganó medalla de oro en Centrobasket 1977 en Panamá,   y las caras en primer plano de cada uno de sus jugadores en la portada. Todo esto como parte de  una historia que nos cuente el gran salto del baloncesto dominicano,  considerando que antes de  la década del 70 cualquier equipo  del área continental  nos vapuleaba de manera fácil por un abultado marcador, hasta que a partir de los Doce Juegos Centro Americanos y del Caribe pasamos  a ser  un equipo contendor que había que tomar en cuenta en cualquier cancha del área donde nuestros muchachos se calzaran sus tenis. 

Pero no solo he pensado en un libro, esa idea ya debe estar alborotando el ánimo de algunos de nuestros cronistas deportivos más audaces y mejor documentados, sino que he estado pensado, a propósito del auge de nuestra industria cinematográfica, en una película. Imaginémonos  una película centrada en la vida de una figura como Hugo Cabrera, que, entre otros aspectos, nos abra un poco más a la comprensión del aporte de la diáspora dominicana,  no solo en términos monetarios y culturales, sino también en términos del agregado deportivo. 

Hugo formó parte de los primeros   basquetbolistas dominicanos que se desarrollaron en Estados Unidos y que se presentaban aquí como los “dominican york, sobrenombre que él fue perdiendo en la medida que su participación local se hacía más consistente y su fuerte  personalidad ganaba  mayor arraigo entres los fanáticos dominicanos.  Hugo vistió en nuestros torneos  las camisetas   de varios de nuestros clubes deportivos. 

Lo cierto es que hay un contexto histórico social y deportivo que permite re-crear una obra de gran interés para los dominicanos a partir de los notables logros de nuestro baloncesto y sus figuras más sobresalientes.  La obra histórico literaria y/o cinematográfica cuenta en figuras como Hugo, Hector, Chicho, Francy, Vinicio, Iván, Maita, Boyón, Hansen y otros con un material narrativo bastante atractivo que solo requiere de un tratamiento apropiado e ingenioso para ser un  éxito de librería o de taquillas.  

Tengo la certeza de que “Hugo Cabrera: el Inmenso” es buen tema para una buena crónica histórica deportiva, y más, para una buena película.

JPM  

 

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Angel
Angel
3 Años hace

buen escrito, pero se le olvido mencionae al grande de hato mayor . hector»el vikungo» monegro otro grande del baloncesto dominicano y de la seleccion tamvien2.

Eddy
Eddy
Responder a  Angel
3 Años hace

también debiéramos incluir a manolo prince, eduardo gomez, kenny jones, sergio taveras, que son partes importante del desarrollo del baloncesto en rd.